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Cultură

Oferta de empleo de la semana: 2,5 euros la hora por embalar cajas

Si trabajaras 90 años en esta empresa no llegarías ni ajuntar medio millón de euros en la vida, literalmente.

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Sois mis colegas y nunca os haría una putada. Pero hay gente, gente ahí fuera —gente peor que el fuego y que la muerte—, que no son exactamente vuestros amigos. Gente que se atrevería a haceros una enorme y jodidísima putada. La gran putada. La putada final. Gente que os haría esto. Miradlo bien:

La oferta en cuestión. Imagen vía

Ignoremos el hecho de que se trate de un trabajo de becario de 40 horas semanales para realizar "apoyo en las funciones de embalaje y etiquetado" por 400 euros al mes con una formación obligatoria que tiene que pagar el mismo aspirante. Pongamos que esa empresa necesita MUY FUERTEMENTE un becario, un aprendiz de embalador durante seis meses. Pongamos que esta necesidad sea coherente en un planeta imaginario llamado Infierno. En Infierno las cosas van así. Se contratan becarios para que, durante tres o seis meses, aprendan a embalar. Pero no es nada raro, en Infierno los niños llevan pañales con agujas y los ojos de la gente están tan fríos que les duele siempre la cabeza, al fin y al cabo es el jodido Infierno. Pero esto no es Infierno, así que ignoremos que este planteamiento pueda existir en nuestra realidad y pasemos a los datos.

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Juguemos con los datos.

Cada día me siento en una silla y me pongo a trabajar con un Mac. El modelo no es importante, se trata de un Mac, los de la manzana. A veces es complicado todo el tema de las hot keys porque en casa tengo un PC y las cosas van un poco distintas pero lo asumo. No pasa nada. En el Mac tengo una calculadora, que es la que voy a utilizar ahora para proponeros algunos datos, por si no habéis terminado de entender el asunto que estamos tratando aquí y ahora, lo de los 400 euros al mes por trabajar 40 horas a la semana. Existe gente trabajando en condiciones similares pero da igual, juguemos con los números, algo frío, algo totalmente alejado del corazón y los sentimientos.

Accedo a la calculadora a través del Dock —que en mi caso lo tengo situado en la parte inferior del escritorio, oculto, con tamaño mediano y sin efecto de magnificación. Entonces empiezo a teclear. Resulta que el empleador del trabajo ofrecido considera que esta tarea hay que remunerarla con 400 euros mensuales, si tenemos en cuenta que se trabajan 40 horas a la semana, tenemos un total de 2,5 euros la hora. Ignoremos el hecho de que sea una cantidad ridícula, al fin y al cabo poder comprarte dos hamburguesas de un euro del McDonald's por hora no deja de ser una idea bastante excitante. Sigo tecleando y esto hacen un total de 20 euros ganados por jornada laboral. Llegas a casa y dices "Marta, hoy me he dejado las manos embalando objetos, por suerte ha valido la pena y he traído de la nave industrial este billete de veinte, te juro que a partir de ahora las cosas empezarán a ir mejor".

Pongamos que estás de acuerdo con que las horas del día se paguen a 2,5 euros. No me refiero ya al horario laboral, me refiero a las horas en general; a las horas de la vida. Si le das la mano a esta idea también le estarás dando la mano a la idea de que —si, pongamos, con un poco de suerte llegas a vivir 90 años (desconozco la esperanza de vida de un embalador en Jaén)— durante tu estada en la Tierra acumularás un total de 1.971.000 euros. Tu vida será esta cantidad, tú serás esto, casi dos millones de euros. Pas mal. Dicho así, de una tacada, suena bien pero si lo piensas un poco puede que tu vida resulte un poco insignificante.

Elucubremos más, joder, ya que estamos démosle más vueltas al asunto. Sigamos con eso de vivir 90 años. Ahora calculemos todo lo que vas a cobrar en tu vida si existiera la posibilidad de alargar esta experiencia profesional hasta el último día de tu vida, justo antes de tu último suspiro. 400 euros multiplicado por 12 meses que tiene un año. Bien, ahora lo multiplicamos por 90 años de vida. Vaya, si te seleccionaran para este trabajo y te pasaras la vida currando ahí con tus colegas llegarías a generar la increíble cantidad de 432.000 euros. Un hombre, capaz de amar, odiar, sufrir y reproducirse, solamente habría generado 432.000 euros. Estoy de acuerdo en que no hay que valorar nuestra experiencia en la Tierra a través de valores económicos —¿verdad?— pero llega un punto en el que por muy feliz que hayas sido no te sale de las pelotas aceptar que alguien te haya engañado.

No tengo claro si ese alguien es el gerente de esta empresa de la Mancha Real, en Jaén, o una idea mucho más profunda y oscura. La idea de la eterna espiral de agresividad y crecimiento que aflora en cada rincón de este planeta por culpa de un sistema económico, político y social que se encuentra a las antípodas de lo ético. Si bien es una forma de entender la realidad comparable a la brutalidad de la naturaleza, esta tiene la coartada del instinto animal y la falta de consciencia, cosa que —lamentablemente—, en el caso de los humanos no sucede igual.

El planeta sigue girando, la oferta de empleo existe y ahora mismo (en la hora de publicación del artículo) hay ocho personas dispuestas a aceptar estas condiciones.