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Cultură

A los adolescentes les ha dado por cagarse en las piscinas de los hoteles

Por lo visto, nuestros adolescentes se dedican a giñar en piscinas por una secuencia que aparece en una popular película británica.

No existen pruebas de que estas personas estén –o hayan estado- cagando en la piscina. Se trata de una imagen de archivo. Foto por Joe Shlabotnik vía Flickr.

Este artículo se publicó originalmente en VICE UK.

¡Queremos noticias de los jóvenes y las queremos ya! Nos fascinan las cosas de adolescentes. Vivimos para saber a qué dedican el tiempo, qué tabúes están desafiando y quebrantando. ¿Qué modelitos superguais llevan? ¿Qué música escuchan? ¿Son grupos que marcarán tendencia? Y ¿qué me decís de las apps? A los adolescentes les chiflan. ¿Qué apps están de moda? Adolescentes del mundo, sois la savia de la innovación. Los jóvenes son osados, estúpidos y esenciales. Sin adolescentes, no hay cambio, no hay evolución. Sin ellos, nos quedaríamos estancados, estaríamos muertos. ¿Qué están tramando esos molestos adolescentes?

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Pues se están dedicando a cagar en piscinas por pura diversión.

No me considero el típico tío moralizante. A todos se nos ha pasado alguna vez por la cabeza lo de soltar un mojón mientras nos bañamos en la playa, ¿no? Como especie, resulta exótico poder cagar en sitios nuevos y emocionantes. En general, defecar es una tarea necesaria, esa labor de desprendernos de lo que no necesitamos y que albergamos en el receptáculo del culo, de soltarlo en un inodoro. Buf. Qué aburrido. Pero, ¿y hacerlo sumergidos en agua salada calentita, mecidos por el vaivén de las olas? Ni punto de comparación, por supuesto.

Pues eso mismo han pensado nuestros chavales: han decidido soltar lastre pero en vez de en el mar, en las piscinas de los hoteles, lo que cambia bastante el concepto. El diario británico The Mirror elaboró un informe al respecto. Está claro que un fenómeno semejante merece una investigación contundente.

No sé, para seros sincero, este año 2015 está siendo de los más confuso:

Docenas de veraneantes han enfermado después de bañarse en una piscina en la que unos adolescentes habían defecado deliberadamente, siguiendo una tendencia inspirada en la serie Inbetweeners.

Los turistas de la población de veraneo de Sharm el-Sheikh, en Egipto, tuvieron que permanecer en sus habitaciones con un tratamiento de gotas, tras presentar una grave indisposición.

Por lo visto, nuestros adolescentes se dedican a giñar en piscinas por una secuencia que aparece en la popular película británica The Inbetweeners 2 , en la que uno de sus protagonistas, el bueno de Neil, suelta un truño por una cañería y va a parar directamente a la cara de Will, el rarito. Años y años de evolución. Miles de horas lectivas desperdiciadas por la escena de una película.

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Otro extracto de la noticia en The Mirror:

La semana pasada, una mujer británica recibió una indemnización de 2.000 libras [2.800 euros] tras haber caído enferma durante una estancia en el mismo complejo en 2014.

Las agencias de viajes han amenazado con multar a las personas a las que se sorprenda defecando en la piscina.

El experto en viajes Nick Harris, del despacho de abogados Simpson Millar, aseguró que durante las últimas semanas la cifra de afectados se ha duplicado.

Básicamente, lo que saco de todo esto es: 19 personas sufrieron diarrea en Egipto y se ha convertido en tendencia. Alguien cagó en una piscina en España (en Benalmádena concretamente) y otro en la República Dominicana y ahora es tendencia. Así de fácil es empezar una moda. Extrapolemos los datos: han sido solo tres mojones en tres piscinas de distintos continentes, suficiente para que los adolescentes creen tendencia.

Seguramente no es una noticia que aparezca en algún diario de nuestro país que se precie de ser serio, pero sí da que hablar. Una más de las perlas que salpican la trayectoria en espiral descendente que parecen llevar los adolescentes del mundo.

Los adolescentes no saben lo que hacen, y nosotros tampoco. Esa es la verdad de todo esto. ¿De verdad están los jóvenes cagando en las piscinas? Es muy posible. No será la primera ni la última vez, pero ¿eso lo convierte en tendencia? No. ¿Significa eso que todo los veraneantes corren peligro de enfermar por criptosporidios y E. coli procedentes de mil cagarrutas de adolescentes? Pues tampoco. ¿Están tan aburridos los jóvenes que lo único que les hace sentirse vivos es vaciar sus intestinos en el agua clorada de las piscinas de los complejos hoteleros?

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¿Es que no saben que cagar en público perjudica su reputación y que la gente hablará mal de ellos y les pondrán apodos crueles como "Juan Mojón"? Parece que no. Lo cierto es que los jóvenes son una fuerza desconocida y en constante cambio, un ser colectivo insondable que echa por tierra cualquier intento adulto de comprender su comportamiento.

En fin, la última moda que apareció entre los adolescentes era la de invocar al diablo usando un par de lápices y una hoja de papel. La siguiente será alguna tontería similar, no sé, como lanzarse a lo kamikaze contra coches en marcha o beberse su propio meado, y todos nos preocuparemos.

Pero como siempre, pasarán los días y la tendencia caerá en el olvido, los chavales olvidarán que ocurrió, morirán y renacerán como adultos y serán sustituidos por una nueva oleada de adolescentes, más imbéciles si cabe que sus antecesores y haciendo peores gamberradas. La única constante en esta sucesión de locuras es la incapacidad de los medios de comunicación de entender a los adolescentes.

Bueno, para resumir: quizá sea cierto que haya adolescentes que caguen en piscinas como forma de diversión. Si has decidido hacer lo mismo en un intento de vivir una segunda adolescencia, cuyos efluvios se escapan cada vez más rápidamente hacia el cielo, buena suerte y procura que no te arresten.

Traducción por Mario Abad.