FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

A ver quien se taja antes, mi madre o yo

Encima ahora sabe que he probado la coca.

El otro día me encontré a gente de la editorial de VICE en un pub. Siempre he querido escribir para VICE, y como estaba muy borracho, pensé que sería una gran idea proponerles algunos artículos. En lugar de escuchar lo que les estaba diciendo, me asignaron la misión de escribir un artículo sobre un concurso de beber con mi madre. Es justo lo que vas a leer a continuación.

Estos somos mi madre y yo. Sé que creéis que ganar a una mujer de mediana edad, madre de dos hijos, tiene que ser pan comido, pero a) estoy bastante delgado y b) mi madre es la estrella de esas historias de hadas alcohólicas de media noche, como por ejemplo, “Aquella vez que mamá se pilló tal pedo que llamó a su ex jefe un cabrón y gritó la palabra ‘cabrón’ una y otra vez en un vergonzoso crescendo en un pequeño restaurante italiano en Chelsea”. (Que es algo que ella ha negado hasta el día de hoy). Este post probablemente será la primera vez que mi padre se entere de esto. Lo siento, mamá.

Publicidad

RONDA 1: LA HORA DEL PODER

Las reglas eran básicas: el primero que pote, pierde. Decidimos empezar con ese juego en el que pegas un trago de cerveza por minuto durante una hora. No parece mucho, y los dos empezamos súper seguros de que no nos afectaría, pero al final es el ritmo lo que termina jodiéndote. Para ser totalmente imparcial, le pedí a mi novia que analizase la situación desde fuera: “Rachel tiene gases. Quiere dejar la cerveza y empezar con los licores. No hay indicios de borrachera. Joe asegura que está un poco contento. A pesar de esto, está seguro de que todo cambiará en cuanto pasen a los licores. Se lanzan frases como “Vas a palmar, Collier”, entre otras frases de “competencia”.

RONDA 2: “YO NUNCA HE” Este es el juego en que una persona dice algo que ellos nunca han hecho y si cualquiera de los otros jugadores ha hecho ese “algo”, entonces tiene que beber. Esta fue la idea que tuve para hacer la cosa un poco más interesante y destapar los secretos de mi madre. Sin embargo, subestimé fatalmente su capacidad para dominar el juego y usarlo como un pretexto para descubrir todo lo que pudo sobre mí mientras me avergonzaba delante de toda la familia (y de vosotros). A estas alturas de la noche, nos volvimos inusitadamente competitivos. He aquí un fragmento de lo que pasó: Mamá: Nunca he esnifado cocaína. Yo: [bebo] Mamá: [suspira] Lo sabía. Yo: Nunca he concebido a un hijo en un campo de vacaciones Butlins. Mamá: [bebe] Yo: Arg, lo sabía. – ¿Nunca he tenido sexo en la playa? Mamá: [bebe. Después cuenta una historia de cuando durmió con mi padre en la playa de Madeira mientras sonaba la banda sonora de Tiburón, y que no voy a reproducir aquí porque es mi madre, asquerosos].

Publicidad

Seguimiento de la situación (esta vez por parte de amiga de mi madre): “Se ha perdido cualquier inhibición. No hay tabúes. Rachel arrastra el habla, habla muy fuerte y se ríe mucho. Joe grita y no para de asegurar que no está borracho a pesar de que es incapaz de pasar por una puerta, lo cual es algo que la gente sobria generalmente domina”.

RONDA 3: CHUPITOS HASTA QUE ALGUIEN POTE Habiendo agotado los dos únicos juegos de beber que me vinieron a la cabeza en aquel momento, decidimos empezar a tomar chupitos hasta que uno de los dos potase. En este momento estaba bastante seguro de que iba a perder, pero seguí jugando de todos modos, porque tengo mi orgullo. Algunos de los secretos que se estaban desvelando estaban perturbando a la amiga de mi madre, mientras que mi novia no se sorprendía por nada excepto por la confesión de mi madre de que una vez fue la “amante” de alguien. Decidí que quería fumar algo de maría, pero para cuando me la trajeron ya no podía ni andar. Cuando llegué con la hierba mi padre dijo: “Dámela a mí y te la devolveré por la mañana”. Decidí que era una buena idea, y me alegro de haberle hecho caso porque solo dos chupitos después, pasó esto:

Jamás creeríais lo petulante que era la expresión de la cara de mi madre mientras tomaba esta foto.

Se parecía mucho a esta cara de aquí. Una mezcla entre “te lo dije” y “si juegas con fuego te quemarás, muchacho”.

Y eso fue todo. Sufrí una derrota indigna en una lucha depravada y freudiana hasta la muerte y terminé en la cama con un cubo al lado. Mi novia y mi madre se quedaron despiertas un par de horas más bebiendo chupitos hasta que también ella vomitó hasta el alma. (¡JA!) Al día siguiente aseguraba que su resaca era por mi culpa. Le dije que era culpa suya por quedarse hasta tan tarde despierta. La ironía de la situación es que, aunque me rendí antes que mi madre, no tuve resaca al día siguiente. A las 9 de la mañana ya estaba en pie y fresco como una rosa. El domingo ella aún estaba en la cama. ¡Ja! Esta gente mayor…

Más tajas:

La guía VICE de cerveza barata