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Absolutamente todos los norcoreanos votaron por Kim Jong-un en las elecciones de Corea del Norte

Que el 100% de los votantes en unas elecciones vote lo mismo siempre resulta un poco raro.

Me encuentro en medio de una impresionante muestra de apoyo al actual líder de Corea del Norte, en las elecciones del domingo pasado, no se emitió ni un solo voto en contra del líder supremo Kim Jong-un.

El resultado de la votación, que fue la primera desde que Kim heredó su cargo en abril de 2012, fue de un 100% de apoyo de la población, todos los habitantes del país eligieron en una votación anónima al actual líder. El resultado superó incluso al de las anteriores votaciones en las que Kim Jong-il, el padre del actual líder, habitualmente “solo” obtenía un mísero 99,9% de los votos.

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De acuerdo con varios sitios web que sostienen ser oficiales del gobierno de Corea del Norte, existen varios partidos en el parlamento norcoreano, la llamada Asamblea Suprema del Pueblo, entre los que se incluyen un sindicato a favor de las mujeres, un partido socialdemócrata, un partido campesino y un sindicato de trabajadores agrícolas.

A pesar de la existencia de varios partidos políticos, en teoría diferentes, las elecciones desde luego no reflejan una democracia ateniense. Solo hay un candidato por partido, que ha sido predeterminado por el líder, y los norcoreanos están obligados a votar por ley sí o no a estos candidatos de forma pública.

Técnicamente es legal votar por una persona diferente a King Jong-un, pero los disidentes tienen que votar en una cabina diseñada especialmente para esto y pasar delante de varios funcionarios del estado. En un país en el que no es algo raro ser ejecutado públicamente por cualquier tipo de “crimen antisistema”, no es sorprendente que la cola para votar en esa cabina especial no dé la vuelta a la manzana.

Los resultados de estas elecciones teledirigidas revelan que su auténtico objetivo es simplemente realizar un censo de la población de Corea del Norte y también mostrar quién está en alza y quién ha caído en desgracia dentro del dominante Partido de los Trabajadores.

“Las elecciones en los países capitalistas son una competición entre un pequeño número de personas ricas y poderosas, pero en Corea del Norte son un sinónimo de la felicidad de poder elegir a los representantes entre personas normales y son una importante ocasión para demostrar la unidad de objetivos”, se dijo en los medios de comunicación del régimen el domingo. “Este tipo de elecciones son inimaginables en los países capitalistas”.