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Cultură

Alaska no quiere una segunda Movida en Madrid (ella se lo pierde)

La cantante no se fía de que el gobierno de Manuela Carmena vaya a ayudar a la noche madrileña y no quiere saber nada de subvenciones.

Alaska y Mario de parranda en la cabalgata del Orgullo. Imagen vía.

Alaska conoce bien la noche de Madrid. Ha salido mucho, es lo que se puede llamar una socialite, ha gestionado locales y organizado sesiones. Por eso nos ha llamado tanto la atención su pataleta verbal contra el nuevo gobierno municipal de Madrid. "Muchas veces los políticos no saben, ningún alcalde sabe lo que es un bar, lo que es gestionar una discoteca; se meten en líos y a lo mejor lo que tienen que hacer es dejar que eso funcione , no tener leyes tan brutales con los aforos, con los horarios, con el alcohol… Hay que abrir un poco más la mano y no meterse, dejar hacer". Le dijo a la Agencia EFE.

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Ya, Olvido, pero es que las leyes no son de esta nueva alcaldesa, vienen de todos los años en los que el Partido Popular ha estado en el Ayuntamiento. Que son muchos, quizá demasiados. Durante este tiempo hemos comprobado cómo la legislación ha dejado en estado de coma lugares míticos de la noche madrileña como Malasaña. Los horarios de cierre y la persecución a estar en la calle son dos motivos que están consiguiendo que la zona se parezca cada día más al barrio de Salamanca y menos a la zona juerguista que ha alumbrado modas (en todo tipo de consumos), tendencias musicales y formas de disfrutar la noche de una manera alternativa.

¿Y qué decir de la reducción de aforos? Se produjo tras el caso del Madrid Arena y se ha llevado a un extremo tan brutal como que en una sala del Matadero, durante el último Primavera Club, hubieran dos docenas de personas viendo un concierto. Y así nos quedamos sin festivales en Madrid. Al menos indoor, y los que se organizan al aire libre no llegan a la altura de los que pueden tener otras capitales como Barcelona o Valencia. Ya llevar la comparación a Londres o París sería de risa. O carcajada. Pues ésta ha sido la situación a la que nos ha llevado el anterior Ayuntamiento.

Más perlas (ensangrentadas, no) de Alaska: "Tampoco queremos subvenciones, no queremos nada, pero déjennos en paz". Pues en este punto no estaría mal algo más de implicación pública en, digamos por ejemplo, organizar festivales (y no es por insistir) que pongan de una vez a Madrid en el mapa continental. O para promocionar a jóvenes artistas, que tengan bolos dignos y locales de ensayo accesibles. ¿O es que ellos no forman parte del tejido vivo que conforma la denominada noche?

Alaska estuvo presente en la época en la que Tierno animaba a la chavalada a colocarse, justo cuando había un concurso de nuevos grupos (Villa de Madrid, con dinero municipal) del que salieron, por ejemplo, Kaka de Luxe, banda que le debe sonar. O Los Enemigos, Obús, Derribos Arias… o el Gran Wyoming, sin ir más lejos. La memoria musical de esta ciudad, que luego se propagaba en locales que ya no tenemos, que se han visto obligados a cerrar como la mítica Sala Canciller, abandonada tristemente al destino de la especulación inmobiliaria, o Stella, Bocaccio, Bali-Hai, Xenon y así un largo etcétera. Y también sesiones, aunque el local permanezca abierto, como las que se organizaban en el Nasty o en el MidDay.

Las declaraciones de Alaska parecen más propias de su amigo, y jefe radiofónico, Federico Jiménez Losantos. Este ataque preventivo a Carmena, cuando todavía no ha dado sus primeros pasos parece solo eso, un ataque preventivo. ¿Pedir a la nueva alcaldesa que deje en paz al sector? Pues sería mejor tener algo de mimos por parte de la regente, sobre todo en forma de ayudas. Suponemos que la bandera del arco iris en Cibeles sí que le parecerá bien. ¿O no?