FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Y Albert Rivera se disfrazó de chico bueno en “¡Qué tiempo tan feliz!”

Rivera se perdió el Barça-Madrid para ir a ver a María Teresa Campos.

Todas las imágenes cortesía de Telecinco

Sede de Ciudadanos. Lunes, 16 de noviembre. El jefe de prensa del partido golpea dos veces en la puerta del despacho de Albert Rivera.

(Toc toc)

– Pasa…

– Sí, mira, Albert… Ya sé que esto no te va a entusiasmar, pero creemos que nos iría bien hacerlo. Los de "¡Qué tiempo tan feliz!" nos han pedido una entrevista.

– Los de ¿qué?

– "¡Qué tiempo tan feliz!". Es el programa de la Campos. Lo emiten el fin de semana por la tarde y tiene buena audiencia…

Publicidad

– ¿El de las momias? ¿El de los cantantes acabados que siempre que pasan por ahí acaban palmando?

– Eh, sí…

– ¿Me tomas el pelo? ¿Queréis meterme en ese infierno? Tío, ya os dije que sí a "El hormiguero" y me estoy arrepintiendo cada puta noche cuando pongo la tele y veo a Pablo Motos bailando. Y ahora me queréis meter ahí…

– Ya, Albert, te entiendo, pero no todos los días puedes salir en "Salvados", y además Pablo Iglesias también ha confirmado que irá…

– ¿Iglesias con la Campos? Me cago en todo, tú. A ver, ¿cuándo sería el paripé?

– El sábado, 21 de noviembre, sobre las siete de la tarde.

– ¿Este sábado? ¿Este sábado no es el Barça Madrid?

– Sí…

– ¡¿Me tomáis por imbécil o cómo va?! ¡¿Por qué coño no va Iglesias este sábado?!

– Es que Iglesias este sábado está en La Sexta Noche…

– ¿En La Sexta? En serio, tío, me estás jodiendo el lunes. Ya había quedado con Nart y Girauta para ver el partido en su casa, hostia…

– Bueno, Albert, piensa que en realidad nos va mejor que aparezcas en el programa justo cuando se está jugando el partido…

– Lo que faltaba… A ver, convénceme.

– Piénsalo. Quedarás como un político comprometido que prefiere estar en televisión proponiendo ideas de cambio que viendo un partido de fútbol. Y luego ten en cuenta que el target del programa está formado por señoras mayores a las que se la sopla el fútbol, ahí tienes un público potencial que nos interesa. Es más factible que saques votos de ahí que saliendo en lo de Évole.

Publicidad

– Me estás hundiendo la semana, que lo sepas. Venga, di que sí.

– Cojonudo. Una cosa más. Nos han pedido que elijas tres o cuatro canciones, algo así como las canciones de tu vida.

– ¿De qué coño me hablas?

– Es algo del programa. El invitado elige las canciones que más le gustan y en el plató hay un grupo de cantantes que la interpretan en directo…

– ¿Va en serio?

– Sí.

– Estoy flipando. ¿Quién canta esas canciones?

– Ni idea. Alguna vez he visto el programa y me suena que son concursantes fracasados de Operación Triunfo, pero no te sabría decir quiénes son.

– Oye, tío, de verdad…

– Tranqui, es el único marrón del programa. Ya hemos pedido que la entrevista sea solo con la Campos, que no te metan a ningún colaborador del programa. Piensa que ellos querían que en la entrevista también estuvieran presentes Terelu Campos, Carlos Ferrando y Torito.

– ¿Torito?

– Sí, un colaborador. Este salía con Jordi González hace años en aquel programa de 8TV…

– ¿El freak de las rastas del "Vitamina N"? Yo era fan de ese tío. No sabía que estaba ahí… ¿Qué coño hace en ese programa decadente?

– Si quieres podemos decirles que Torito sí puede estar…

– Qué dices… ¿Me quieres hundir la campaña?

– Hostia, es que te he visto entusiasmado…

– No, coño, solo que recuerdo sus shows en el programa y que me hacía reír el cabrón. No te me vengas arriba tú ahora.

– Bueno, pues mantenemos la idea original. Tendríamos que decidir las canciones, eso sí.

Publicidad

– Hummm. Déjame pensar. Una que sea "Vivir mi vida" de Marc Anthony. Las otras me dan igual, elegidlas vosotros, que sea algo corriente. No me vayáis de listos ni de horteras.

– ¿Marc Anthony?

– Sí, el que era marido de Jennifer Lopez.

– No, sí, ya sé quién es…

– ¿Algún problema?¿Qué pasa?

– Joder, no sé, no me lo esperaba.

– Es un hitazo y el tío canta que te mueres…

– …

– ¿Qué ocurre?

– ¿No la ves muy… gay? No sé, no conozco a ningún tío que sea fan de Marc Anthony, solo me ha sorprendido, no digo que sea una mierda.

– ¿Gay?¿De qué hablas?

– Sí, no sé, Albert. Cuando la gente te ve y piensa en tus gustos musicales no creo que te asocie con Marc Anthony. Lo veo como el típico tío que le gusta a mujeres, gais y sudamericanos.

– Me la suda lo que piense la gente. Marc Anthony es Dios. Ponte como quieras. Me tenéis harto. Me aconsejasteis que fuera a U2 hace semanas y que me hiciera pasar por un fan del grupo en Twitter y el concierto fue un coñazo. Y encima me pusieron a caldo. Si quieres que vaya a ese programa la canción de Marc Anthony tiene que estar sí o sí.

U2 , leyenda en vivo, en Barcelona . — Albert Rivera (@Albert_Rivera)octubre 9, 2015

Sábado, 21 de noviembre. 9 de la mañana. Horas antes de que Neymar y Suárez le peguen el repaso de la década al Madrid, Albert Rivera se dirige al vestidor de su casa, abre el armario y empieza a mirar entre su ropa. La elección está muy clara: "hoy toca el disfraz de chico bueno". Decisión lógica y razonable. Un win win. Cada programa tiene su público y un vestido ad hoc. Vestido metafórico, claro. Si en "Salvados" toca sacar la indumentaria más belicosa, en el caso de "¡Qué tiempo tan feliz!" está muy claro cuál es el outfit: gustarle a las abuelas y las marujas que ven a la Campos. Son votos. Y votos de los buenos. Rivera se acuerda del día en que le dijeron que Esperanza Aguirre se había dejado caer por el programa de María Teresa Campos. Se descojonó vivo, convencido de que eso era un síntoma de desesperación electoral. Hoy es él quien pasa por la piedra.

Publicidad

Del mismo modo que hemos imaginado ese diálogo en la sede del partido también podemos imaginar el día D. Rivera mirándose al espejo en el hotel de Madrid, dándose bofetones de ánimo, gritos cual lobo de Wall Street… "¡vamos, Albert, a por ellos!". Y sus asesores, como si se tratara de Floyd Mayweather minutos antes de entrar en el cuadrilátero, animando al campeón: "Venga, crack, con calma, son solo un par de horas, y has toreado en peores plazas. Acuérdate cuando salías en "El comecocos" de Cuatro. Si conseguiste superar aquel despropósito lo de hoy será coser y cantar". Euforia, vítores, autoconfianza… A por todas. Rivera llama a su jefe de prensa.

–¿Cómo ha quedado al final lo de las canciones?

–Tranquilo, Albert. Todo está controlado.

–Ya, pero no quiero cambios de última hora.

–No te preocupes, me han asegurado que saldrá. He pedido que me envíen una foto de la escaleta.

–Eso espero. Si no cantan "Vivir mi vida" les monto el pollo del siglo. Y a vosotros también.

Y la cantaron. Vaya si la cantaron. El mejor momento del fin de semana, precisamente. Albert Rivera tarareando "Vivir mi vida" de Marc Anthony al compás de Los Supersingles, el grupo de vocalistas que forma parte de "¡Qué tiempo tan feliz!". Ellos más emocionados que él, superado por las circunstancias pero metido de lleno en llevar a cabo su misión: ganarse el favor del público mayor de 60 años. Sabedor del esperpento, totalmente consciente de la decadencia del entorno, Rivera apostó a caballo ganador: entre monólogos sobre las bases de su programa electoral fue dejando caer estratégicamente un poco de pienso para la audiencia. Que si bonitos recuerdos de juventud, que si buenas palabras para su expareja, que si veranos idílicos, que si gesto amable, que si tono conciliador, que si rivalidad cordial con sus contrincantes, que si de joven me defendía ligando, que si me gusta la humanidad…

A mí me recordó a esos adolescentes que saben adaptarse al medio como camaleones y por eso les va bien en la vida. Esos chavales que por la noche, con sus amigos, se integran a la perfección en una vorágine de alcohol, droga, peleas, electro latino, desenfreno, mala educación, violencia y desmelene, y que por la mañana, cuando van a casa de la abuela a pasar el cepillo, se comportan como chicos ejemplares que no han roto un plato en su vida. Rivera jugó a eso, y jugó muy bien, por cierto, en la hora larga de cara a cara con la Campos, convertida aquí en la abuela que tiene su aguinaldo preparado en la cartera. Una entrevista fácil, con aires de masaje, de las más cómodas que habrá tenido y tendrá nunca el político catalán.

Además de Marc Anthony, Los Supersingles, a petición del propio Rivera, cantaron piezas de Los Rodríguez, Alejandro Sanz y Joaquín Sabina. Gustos algo carcas y rancios para su edad, ¿no os parece? Respondió a una pregunta grabada de Bertín Osborne, tiró de repertorio para sortear los asuntos más peliagudos –Cataluña, posibles pactos, Iglesias…– y salió de ahí con las manos limpias y el alivio de haberse quitado un enorme peso de encima. Buena cara, interpretación impecable y deberes hechos.

Y cientos de notificaciones en su móvil. Ya en el taxi de vuelta al hotel, Rivera, satisfecho con el papelón, entra en WhatsApp y se dispone a leer los mensajes de felicitación por su intervención en el programa. Pero las únicas notificaciones que tiene al respecto son las que le han enviado sus tías. En las restantes ni una sola mención al programa y un mensaje repetido hasta la saciedad en todas las ventanitas abiertas de la aplicación: "Albert, tío, te has perdido un meneo histórico del Barça".