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Cultură

Aless Gibaja, el Paris Hilton español, se hace mayor

Con 119.000 "seguidorcitos" en Instagram y un ejército rosa de fans en el que no faltan famosos, asegura que ya no le importa el aspecto físico y lidera una campaña de lucha contra el bullying.

El pequeño Alessandro era un niño de familia acomodada que repartía su infancia entre Madrid, la casa de su madre en Roma y la de sus abuelos en Las Palmas. "Súper feliz, siempre rodeado de animales (perros, gatos, ranas, patitos, pollitos, hamsters…), súper aventurero y con mucha imaginación". Cuenta Alessandro que, de adolescente, dejó de ser Mowgly para meterse de lleno en la moda y fue entonces cuando nació el Aless Gibaja influencer de las redes sociales.

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El joven Alessandro lanza mensajes de "hola bebés" a sus 119.000 "seguidorcitos" de Instagram y demás redes sociales. Sus fans se hacen llamar 'pink army' y sus no-fans le llaman mamarracho o zoolander, pero a él no le afecta. En mayo lanzará una tienda online y prepara nuevo single, con el que pretende repetir el éxito de Sexy Summer ("o sea, JELOU"). Ahora, el 'Paris Hilton español' ha madurado y hace campañas contra el bullying infantil: "me considero cero superficial, aunque todavía muchos sigan pensando que lo soy".

VICE: Dices que has evolucionado. ¿En qué se nota ese cambio?

Aless Gibaja : En que antes me importaba más el físico. Supongo que era también por la edad. Todos evolucionamos y yo lo he hecho. Tengo 26 años y para mí ahora el físico no es para nada lo importante. Quizá por mi forma de vestir, de actuar y de expresarme, muchos siguen pensando que soy superficial. En mi opinión no va unido, pero entiendo que lo puedan pensar.

Es verdad que tu forma de vestirte y expresarte no deja indiferente a nadie.

Antes me interesaba más la moda. Cuando era adolescente, en Italia, era más fashion muy 2000 época de logos y prendas súper llamativas. En España era como el típico look pijo madrileño y cuando estaba en Canarias era salvaje total, con shorts y flip-flops. Me sigue encantando la ropa, pero me aburre la superficialidad que rodea a la moda. En cuanto a la idea de la perfección, la perfección no existe. Mi lema es que somos perfectas imperfecciones.

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Entonces, ¿has dejado atrás la etiqueta del 'Paris Hilton español'?

No sé, quizá tenemos ambos ese cliché, por tener una personalidad muy marcada. Y a lo mejor los dos transmitimos un mensaje erróneo, en el sentido que por nuestra forma de actuar o de vestir ya tenemos que ser superficiales. Pero nunca hay que juzgar un libro por la portada. Creo que a mí me pasa eso.

En tus fotos y vídeos, ¿añades algo extra al personaje? ¿Ese acento?

Jajaja, sí tengo un acento híperraro, como spanglish, creo que es por la mezcla de lugares. Pero yo soy 100% auténtico. A los 16 años empecé a tener más o menos el estilo que tengo ahora y no existe un personaje, soy Aless las 24 horas del día. Creo que cada persona tiene que ser uno mismo y no tener miedo a las críticas o las opiniones de los demás. Sé que es difícil pero tendríamos que ser así todos. Ser nosotros mismos siempre sin hacer daño a nadie. ¿Dónde esta el ese manual que dice lo que tenemos que llevar puesto cada uno?

Estás muy implicado en la lucha contra el bullying. ¿Lo has sufrido personalmente?

La verdad es que yo no sufrí acoso o bullying. Vivía en mi propia burbuja y no hacía caso a los insultos ofensivos. Tenía un escudo protector que hacía que no me afectara. Sigo haciendo lo mismo, las críticas constructivas las escucho y reflexiono sobre ellas, pero un insulto ofensivo es mejor autodestruirlo. Muchos de mis haters no saben ni siquiera el significado del insulto.

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Alex Gibaja con Ana Obregón

¿Nunca te enfadas y te cagas en todo?

Claro que me enfado, soy humano. Aunque a veces no lo parezca… jajaja. Hay días que estoy triste por diferentes circunstancias, pero siempre intento ver el lado optimista de la situación. Palabrotas casi nunca digo, aunque a veces se me escapa alguna. ¡Ups!

Gracias a esa filosofía, tu 'ejército rosa' crece día a día.

Sí, súper amo a mi 'pink army'. Lo son todo para mí, es como algo mágico el amor y el apoyo que recibo de ellos. No solo es gente anónima, el cantante Dani Martín, Joaquín Prat, Bibiana Fernández, Alaska y Mario o la it girl Pixie Geldof también se han sumado.

¿De dónde sacas genialidades como "sexy Moraleja"?

Jajaja. Tengo una imaginación sin límites, siempre estoy creando. Me inspiro con cualquier cosa, desde una película, una canción, un lugar… Tengo mucha imaginación. Entre las películas que me han gustado últimamente están Remember Me, me encanta esta peli porque te enseña que la vida en un segundo se va y tienes que hacer todo lo que te haga feliz sin pensarlo dos veces. Me encanta la frase final de Gandhi: "todo lo que hagas en la vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas". Y justo anoche vi La Dolce Vita de Fellini, que la he visto mil veces y no me canso de verla y cada vez me gusta más. Me encanta el cine clásico.

Y de cosas más modernas ¿qué te inspira últimamente?

Estoy volviendo a ver series de los años noventa como Sensación de vivir, Los vigilantes de la playa, Punky Brewster, Sabrina…. Y debo de confesar que amo los dibujos animados, siempre antes de dormir me pongo dibujos para tener sueños bonitos. Las dos canciones que tengo esta semana en modo repeat son Are You With Me de Lost Frequencies y I Want You to Know de Zedd con Selena Gómez. Me súper encantan.

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¿Eres muy lector?

Los libros que estoy leyendo ahora son Manual del guerrero de la luz de Paulo Coelho y Siempre soñé con África de Kuki Gallmann. Amaría tener esa vida salvaje que tuvo la protagonista del libro.

¿Cuánto tiempo dedicas a tu actividad en redes sociales?

Invierto muchas horas diarias. Me gusta leer y responder a los comentarios. Muchas me ponen "ojalá que me leas" y yo leo todo. Me gusta ver como es la persona que me escribe, el lugar, la edad. Por las noches, cuando estoy en la camita respondo a los mensajes privados, directs de Instagram, mails… Me gusta contestar a todas esas personitas que muestran su amor por mí. Y también a todos los mensajes de las personas que sufren bullying, que es mi himno de vida [sic].