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Otras elecciones que no sirven para nada: analizamos los resultados del 27S

Ayer íbamos a hacer historia. Hoy la vida sigue.

Imagen vía VICE News.

Artur Mas quiso unas elecciones plebiscitarias, las tuvo y las perdió. El líder de Convergència Democrática de Catalunya, como el doctor Frankenstein, creó un monstruo que no pudo controlar y que al final acabó jugando en su contra.

Cuando en la plaza del Borne Francesc Homs salió diciendo que la altísima participación – más del 77% - demostraba que eso era un referéndum tenía razón, pero aunque intentó hacer creer que esa participación se debía a la movilización de las masas independentistas, la verdad es todo lo contrario. A pesar de que Junts Pel Sí y las CUP suman mayoría de escaños, se quedan por debajo del 50% de los votos – que no lo olvidemos, en un referéndum es lo que cuenta. Ya lo dice la tercera ley de la física: con toda fuerza ocurre una reacción igual o contraria y, en este caso, ha sido la mayoría de votos no-independentistas. De hecho, el que ha salido más beneficiado de que se planteasen las elecciones como un referéndum ha sido Ciudadanos.

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Todos los esfuerzos de los políticos catalanes en atraer el voto del extrarradio barcelonés – que normalmente se abstiene en las catalanas y por eso muchos analistas decían que iba a ser eso lo que decidiese la balanza – solo le ha servido a Ciudadanos que se ha impuesto en la periferia como una de las grandes fuerzas políticas catalanas – y eso que algunos decían que se desinflaban. Dio igual que el PSC trajese a Pedro – Ken – Sánchez e incluso al mismísimo Felipe González para que nuestros abuelos les votasen, o que Junts Pel Sí celebrasen el mitin central de su campaña en L'Hospitalet con toda su artillería pesada.

Quizás esto no se entienda muy bien en el resto de España, donde C's se ve como un partido liberal – que busca atraer a la gente del PP cansada de la corrupción y la mala gestión pública del Partido Popular – como si lo que ha hecho Rajoy tuviese que sorprendernos – y a los votantes más centristas del PSOE. En Cataluña el tema es un poco más complicado, Ciudadanos se ha convertido en el paladín de la españolidad en contra del nacionalismo catalán más radical que empezó a crecer durante el Tripartit; cada vez que ha habido elecciones se ha ido reforzando su posición y esta vez, cuando los independentistas han planteado un todo o nada, han calado en Ciudadanos todos los votos anti-independentistas, al final sin quererlo los de Rivera se han beneficiado de que todo se redujese a "independentismo contra unionismo".

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En Catalunya, Ciudadanos se presenta como un partido ideológicamente más transversal pero que se basa en un claro y contundente rechazo al nacionalismo catalán, que es lo que de primeras atrae a la gente. De hecho, aunque en estas últimas elecciones se hayan beneficiado del descalabro del PP – que se ha quedado con 11 -, el grueso de los votos de C's en Cataluña vienen de los antiguos feudos de la izquierda como L'Hospitalet, Esplugues, El Prat, Sant Boi… Consiguiendo unos resultados similares a los que hubiesen sacado ERC o Convergència si se hubiesen presentado con sus siglas.

Por otro lado está claro que Junts Pel Sí ha arrasado, ha sacado más de un millón y medio de votos y 62 escaños, pero no nos engañemos, esto no tiene mucho mérito si tenemos en cuenta que no es más que la unión de los dos principales partidos de la política catalana – Esquerra Republicana y Convergència – en una maniobra de Mas para intentar anular a una Esquerra que las últimas encuestas daban como ganadoras. Junqueras se echó a un lado para asegurar la victoria absoluta independentista y perdió la oportunidad de regenerar un movimiento que objetivamente hablando, ha perdido fuelle y sin conseguir unos resultados tan buenos como esperaban. No son tan buenos porque en las últimas elecciones entre ERC y CiU – entonces aún iban de la mano de Unió – sacaron 71 escaños en el Parlament, 9 más que esta vez. Si haces una lista para ganarlo todo y pierdes votos y escaños respecto a los de la última vez, está claro que algo no va bien. Seguramente, buena parte de esos votos hayan ido a parar a las CUP, que al no entrar en Junts Pel Sí ha capitalizado el voto independentista descontento con Mas, los recortes y la corrupción.

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Pero pesar de hacerse unas elecciones a medida – empezándolas oportunamente en el mismo día de la megamanifestación independentista del 11-S, utilizando a los medios de comunicación públicos a su favor, etc. - el independentismo en general – contando también a las CUP – ha bajado.

No hay que olvidarse tampoco de Unió. Si, está claro que se han ido a la mierda y no hay ningún eufemismo capaz de suavizar su derrota, pero se han ido al otro barrio llevándose con ellos un 2,5% de los votos – algo que si tuviésemos una ley electoral realmente representativa se hubiese convertido en 3 escaños – unos votos que ha perdido Junts Pel Sí y que le han puesto las cosas más difíciles a los independentistas.

Además, por mucho que se empeñen Junts Pel Sí y las CUP en decir que ellos hacen las cuentas dejando fuera del "No" a Catalunya Si Que Es Pot – el mix de Podemos, Equo e Iniciativa Per Catalunya – porque están a favor del derecho a decidir, la verdad es que en ningún momento han negado estar en contra de la independencia. La coalición izquierdista representa a toda esa gente que el 9-N votó "Sí-No": da igual que su líder – Lluís Rabell – votase Sí-Sí, da igual que tengan una minoría independentista dentro y da igual que como partido hayan intentado escapar de posicionamientos rígidos en lo que respecta al tema nacional: al final han aceptado un programa político que está muy lejos de la declaración unilateral que buscan Junts Pel Sí y las CUP y mucho más cerca de la tercera vía de Iceta, algo que saben sus votantes y por ello, todos aquellos que tienen una postura mucho más clara sobre lo que debería ser Cataluña dentro del estado español han decidido por el partido: los que se identificaban con el programa político de Catalunya Si Que Es Pot pero apostaban por la ruptura con España votaron a las CUP y los votantes más unionistas acabaron por darle su voto a Iceta, que aún no sabe como ha conseguido sacar 17 escaños – de hecho durante las primeras horas del recuento no hubo conexiones con la sede del PSC, lo que deja bastante claro las expectativas que tenían los socialistas.

Iniciativa pensaba que iba a repetir el éxito de Barcelona en Comú y se ha ido a casa con tres escaños menos de los que tenían cuando se presentaron con sus propias siglas, es lo que tiene que la gente vote en clave de referéndum y que cuando te pregunten "si o no", te pongas a buscarle los tres pies al gato para encajar a todos los que tienes metidos dentro.

En fin, por mucho bombo que le hayan dado al tema - era el "voto de tu vida" y vamos a hacer historia - lo único que ha habido ha sido un poco de baile de cifras que al final han dejado todo igual que estaba hace tres años: Junts Pel Sí es la nueva CiU, una mayoría parlamentaria soberanista y moderada – aunque ahora más escorada a la centro izquierda - pero que no tiene la fuerza suficiente como para hacer la tan ansiada declaración unilateral, las CUP haciendo el papel de ERC, una izquierda independentista que le gana espacio y que pretende desvincular el proceso independentista de Mas aunque le tenga que hacer el juego al nacionalismo moderado, C's que substituyen al PP como opción españolista fuerte, un PSC que sigue haciendo equilibrios para no bajar aún más – y sorprendentemente lo consigue – y una izquierda federalista que poco a poco pierde su espacio político en medio de un enfrentamiento maniqueo.

Como decían en el Gatopardo, "hace falta que todo cambie para que todo siga igual".