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Cultură

Aquí acaban los animales exóticos de ricos excéntricos y mafiosos

Nos paseamos entre leones, cebras, hienas, ocelotes, monos y otros bichos incautados por tenencia ilegal. Incluida la tigresa de Juan Antonio Roca, cabecilla del caso Malaya.

Todas las fotos por la autora

CURRUPIPI. A casi todos nos suena su nombre porque fue trendingtopic de la televisión en los noventa. Aunque conocemos el debate ético y moral que supone tener animales exóticos en casa, esta esperpéntica moda es el must have de los mafiosos, capos y ricachones. A día de hoy, el pobre tigre de Jesulín yace muerto y disecado en Ambiciones pero, ¿qué pasa cuando estos bichos son incautados por tenencia ilegal? ¿Qué sucede cuando sus cuidadores ya no se pueden hacer cargo de ellos? Frank Cuesta (Frank de la Jungla) deja clara su postura: "Nuestra teoría de que es mejor que un animal muera en la selva a que muera en vida en una jaula… ha sido avalada por mayoría y a partir de ahora se seguirá esa pauta. Si eres un centro de rescate… no puedes ser un centro de recreo… El rescatar a un animal significa sacarlo de sus prisiones y dejarlos LIBRES!, no meterlos en una nueva cárcel".

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La tenencia de animales exóticos fuera de su hábitat natural supone un problema. A la vista están los hipopótamos de Pablo Escobar, campando a sus anchas por Colombia y destrozando todo lo que pillan; o la plaga de mapaches en Madrid, cargándose la fauna y la flora autóctona. Entonces, ¿cuál es la solución a esta cagada monumental provocada por el capricho de algunos? ¿Devolverlos al sitio del que proceden? ¿Hacerles rabiar e inducirles a odiar al humano, tal y como propone Frank, para poder reintroducirlos? ¿Tiene eso sentido? He querido indagar en el tema y para ello les he hecho una visita a los chicos de Fauna y Acción, una empresa dedicada principalmente al adiestramiento de animales salvajes y domésticos para cine y televisión.

8:30h. Jota, cuidador voluntario, me recoge en Avenida América. Nos dirigimos en coche hacia Santos de la Humosa, Madrid. Al llegar al recinto, entramos en la cocina, me pillo un café porque estoy muerta de sueño y salimos de nuevo. En ese momento, me recibe a lo grande un precioso perro mezcla de lobo. Se me tira encima y el café se derrama sobre mi abrigo. Como Jota ya me ha hecho una introducción al comportamiento y psicología de los tigres (hablo de ello más adelante), pienso que un perro es un tigre y le pregunto: "¿Me está probando para saber quién tiene el poder y matarme?". Jota responde: "Qué va, lo hace porque es muy cariñoso…". Entonces, miro hacia el fondo y allí están: tres tigres. Dos toman el sol. Uno camina de un lado al otro de la parcela. Su manera de moverse me produce una mezcla de novedad, sorpresa, admiración, emoción y peligro a la vez.

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10:30h. Llega Tato, uno de los propietarios. Mientras caminamos hacia las parcelas de los tigres, me lo deja claro: "No somos un refugio. Pero sí que es verdad que en algunos casos actuamos como tal porque no tenemos más remedio. Mi padre trabajó con Félix Rodríguez de la Fuente y crecimos rodeados de animales. Más tarde, tuvimos un zoo pero tuvimos que cerrarlo y, bueno, al final nació esto. Estar en este mundo hace que conozcamos a mucha gente y cuando algún refugio o zoológico ya no puede cuidar a algún animal, nos llama. Aquí tenemos espacio suficiente y amamos a los animales. Estamos encantados de acogerlos. Si puedo, ¿por qué no? Pero estas dos jaulas, por ejemplo (y señala las jaulas que contienen a los tigres, una es Melody, tigresa incautada a Juan Antonio Roca, cabecilla del caso Malaya), me costaron 30.000 euros. El recinto entero me cuesta 600.000 euros al año. Necesito ingresos para poder mantener a estos animales. El mes pasado se nos murió nuestro otro tigre macho. Tenía veinte años. ¿Sabes lo que es mantener a un animal así durante todo ese tiempo? Come 3kg de carne al día, necesita de cuidados y limpieza diarios, tengo que pagar a los cuidadores… Con los rodajes, por ejemplo, obtenemos beneficios para mantener a todos los demás animales con los que no podemos trabajar".

VICE: Tener un tigre no es como tener un gato. Son animales con una psicología completamente diferente.

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Tato: Totalmente. Nosotros tenemos a los activistas siempre encima porque dicen que maltratamos a los animales para adiestrarlos. Sin embargo aquí está Sahir. Lo acogimos y lo criamos con biberón, hicimos algunos rodajes con él… pero a los dos años nos dijo "basta". Ya no quería trabajar más. El hecho de cuidar a estos animales desde pequeños no los convierte en perros. Llega un momento en que sus instintos hacen que quieran estar por encima de ti. Como nosotros no trabajamos con la violencia, no podemos obligar a un animal a que haga lo que nosotros queremos. Al final su instinto se sobrepone. Somos conscientes de que este animal ha nacido en cautividad y morirá en una jaula. Pero la otra opción es la eutanasia.

Habéis acogido a la tigresa incautada en el caso Malaya.

Sí. La tenía Juan Antonio Roca en su casa. Primero la acogió El Arca de Noé, un refugio en la Comunidad Valenciana, pero con el tema de la crisis y la reducción de subvenciones, ya no podía hacerse cargo de Melody. Entonces la adoptamos nosotros porque tener a otra hembra me iba fenomenal para hacer compañía a los tigres macho. Su caso es como el de los animales que tenía enjaulados Rodríguez Menéndez en el jardín de la mansión. Se fugó dejándolos allí y cuando las autoridades entraron, los encontraron casi muertos. Hay muchos casos de animales que llegan en pésimas condiciones: el año pasado tuvimos una pareja de leones bebé, Cach y Spain. Pensábamos que no sobrevivirían. Ahora están estupendos en Suráfrica con Kevin Richardson.

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¿Y la legislación?

Aunque sea totalmente legal la tenencia de estos animales exóticos en España, no hay una ley que los ampare. La Comunidad de Madrid, en este caso, se lava las manos. Rainfer, el centro de rescate de primates, está teniendo problemas de financiación. ¿Qué pasará con esos ejemplares? No hay subvenciones, no hay apoyo por parte de las autoridades y la reintegración en su hábitat natural es prácticamente imposible. Estamos trabajando con Natacha, la leoncita, porque llegó muy asustada. Tenía un miedo terrible a las personas. A saber lo que le harían en el circo. En unos meses se marcha a la reserva de Suráfrica. Su jaula allí tendrá muchísimas hectáreas, podrá tener una familia, pero jamás estará en "libertad".

§

Llegamos al punto clave: la reintroducción. La alternativa que propone Frank Cuesta parece sencilla, sin embargo, no es del todo acertada. El problema va más allá de "enseñarles a aprender a matar" para que cuando estén en libertad sean capaces de cazar o de rivalizar con otros animales. El verdadero problema de dejar libres a estos animales es la contaminación genética. Es decir, los animales nacidos en cautiverio normalmente proceden de otros animales nacidos en las mismas condiciones. A veces se han mezclado entre sí, son fruto del incesto y del cruce forzado por el hombre. Genéticamente hablando, no son naturales. Soltarlos en su hábitat natural provocaría la contaminación genética de los ejemplares salvajes que han seguido las leyes de la naturaleza para garantizar su supervivencia. Vamos, que nos cargaríamos la Ley del Más Fuerte. La solución entonces sería castrarlos, pero… ¿seguirían siendo hábiles para cazar y luchar? Sin saberlo, me encuentro ante un montón de preguntas complejas. Nadie tiene la respuesta perfecta.

Hoy en día, algunas especies presentan mayor número de ejemplares en cautividad que en libertad. A pesar de que a muchos nos parezca una contradicción, el argumento defensor de la existencia de estos animales "privados de libertad" es la conservación de los espacios naturales. Probablemente todos queramos viajar a la jungla y conocerlos pero hacerlo in situ representa un impacto aún mayor que un parque zoológico.

No quisiera terminar sin hablar de Noah, la hija de Melody -tigresa del caso Malaya- que causó tanta polémica por aparecer en el videoclip de Edurne. Y no porque el videoclip o la canción fueran infumables (para gustos, colores); sino porque los activistas pusieron el grito en el cielo en contra del maltrato animal. Ya he explicado cómo trabaja Fauna y Acción: adiestramiento sin violencia. Gracias a Noah y a otros animales actores, Sahir, Melody, Marlene, Natacha, Conchita… pueden tener una vida feliz. Eh, soy vegetariana y tenía unas ganas enormes de poder visitar este lugar. Esta gente sabe lo que hace. Y los animales son felices y están preciosos. Doy fe de ello. Recordad que la opción 'b' es la eutanasia.