HJ Darger nos habla sobre la serie 'Atlanta'

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Noisey

HJ Darger nos habla sobre la serie 'Atlanta'

Una carta de amor a tu nueva serie musical favorita.

Hablemos de superhéroes.

Tal como avanza la sociedad, en mi opinión, ya deberíamos ser una comunidad de consumidores culturales emancipada, crítica y sin referentes mitómanos, pero AY. La necesidad de auto-reconocimiento y el miedo a una individualidad mediocre paralizan este progreso, y no porque debamos admirar alguna figura o ansiemos formar parte de subculturas arcaicas y chungas never more, sino porque aceptémoslo, alguna foto de mierda de alguien reconocible tenemos que subir a face/ig para ganar likes.

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Suficiente hemos tenido - y tenemos- en las últimas décadas con intentar rellenar los vacíos culturales e ideológicos con referentes que sean mujeres para ahora comenzar con preguntas del palo…qué tipo de "hombre" merece un lugar en el imaginario de nuestra generación. Tengo uno —> Donald Glover.

Donald Glover a.k.a Childish Gambino, el hombre que propuso a internet la posibilidad de un Spiderman negro y volvió locas a las masas. Actor, guionista, rapero, cómico, Troy en The Community <3. La primera persona a la que escuché allá por 2011, en su hora de Comedy Central Weirdo reírse del rap de los noventa y decir que es ahora cuando vivimos en el mejor lugar y escuchamos la mierda más excitante del planeta.

El lunes fue tu cumpleaños, DONALD, JODER, que 31 palos más bien llevados, por ti me tragué la segunda parte de Magic Mike XXL…salías haciendo de stripper, la virgen, eres mi Demi Moore y mi Kanye West juntos. Eres tan bueno creativamente como Tyler the Creator pero sin ser imbécil, y ahí estás, convirtiendo en mito todo lo que haces, llevando el directo de Pharos a otra liga, vendiendo todas las entradas en seis minutos vía app y prohibiendo ser filmado o subido a Snapchat a la vez que escribes los guiones de la mejor serie del año: ATLANTA.

Por fin una serie sobre música que SÍ merece la pena: Atlanta, que versa sobre un universo hip-hop y trap ficcionado y contemporáneo en el que queda lugar para explorar la crisis, la brutalidad policial o la viralidad y creación de fama vía Internet. Quizá ahí esté el acierto, en la necesidad de escapar a períodos dorados de la historia musical, en aferrarse al presente.

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Si como yo os habéis sentido decepcionados por la mayoría de series que vienen retratando la industria y escena musical, esta es la vuestra. Haciendo memoria de los fiascos podemos comenzar por aquel drama de Lee Daniels en el que un imperio discográfico deviene culebrón, casi como en la realidad. Siguiendo por el intento punk de Scorsese, demasiado envarado para filmar la droga en los setenta, o en último lugar y más cercana machacona versión edulcorada del Bronx con personajes insufribles sobre el fin del disco y el nacimiento del hip-hop, que con 120 millones de presupuesto pilló de banda sonora el mainstream más sudado tipo Anita Ward a la cabecera, perpetuando clichés. Van sólo cinco episodios de Atlanta de los diez de la primera temporada así que ya os podéis ir enganchando.

Varios temas formales interesantes en Atlanta: la vuelta al formato de 25 minutos, porque nadie tiene tiempo ni ganas para capítulos de hora y media; los maravillosos planos aéreos de la ciudad grabados como Van Sant filma Promies Land; la utilización de tonos fríos y escenografía minimalista frente a la opulencia estética de los vídeos facturados por los artistas que retrata (Glover declaraba hace poco que siempre habría querido hacer un Twin Peaks con raperos XD); y por encima de todo el detector infalible de series de culto sigue siendo la falta de una cabecera. El peor recuerdo que conservo de esta temporada son los terribles comienzos de dos minutos con Nas rapeando de fondo. En Atlanta las referencias musicales y visuales cambian de capítulo en capítulo.

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Y ahora es cuando nos venimos arriba, la serie abre y no podría ser de otra forma con No Hook de OJ da Juiceman y Migos, que aparecerán en el tercer capítulo haciendo un cameo a modo mafia-mexicana hilarante, prosigue con referencias a Flo-Rida como "rap para madres". El segundo capítulo comienza con el tema de Yo Gotti´s Law y aparecen conversaciones sobre uno de los temas actuales más controvertidos los "real rappers". El propio Donald fue menospreciado por la prensa como rapero por sus tendencias cómicas pero el mundo sigue girando a pesar de que las nuevas generaciones como Lil Yatchy sean "blandas", tal como describe la serie, y no sepan nombrar cinco canciones de Tupac. Todo son hitazos, el tercer episodio abre con "SKRT" de Kodack Black, los protagonistas entonan "Encore" de Cheryl Lynn en una transacción de drogas con Migos y aparecen por ahí Shabazz Palaces. Por no seguir con el spoiler musical el tema del cuarto episodio es cómo hacer frente al trolleo y en el quinto aparece un Justin Bieber negro con el que Childish Gambino presenta canción inédita.

Está claro que el hip-hop se está convirtiendo en la fábrica de Hollywood y el maistream, referentes como ATL en 2006 o Straight Outta of Comptom en 2015 van marcando una línea de explotación del género y sus ideales. Frente a películas gansta, cargadas de testosterona Atlanta de Donal Glover propone otra cosa diferente: la versión millenial y bien contextualizada de todo esto. Una serie algo maliciosa, con una burla autoconsciente a la precariedad, chistes raciales, familias no tradicionales, un protagonista expulsado de Princeton en una relación abierta con una mujer que "no quiere ser el estereotipo de negra enfadada"y un constante juego de ficciones con lo digital.

HJ Darger es mamá de Visual 404. Puedes seguirla en twitter.