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Música

Benditas Salchichas

De no ser por Mammatus, los forofos del rock ácido psicodélico progresivo guitarrero de ascendencia setentera hormonado con proto-metal (decidlo rápido varias veces seguidas) jamás nos hubiésemos enterado de que en la localidad californiana de...

Foto de archivo

De no ser por Mammatus, los forofos del rock ácido psicodélico progresivo guitarrero de ascendencia setentera hormonado con proto-metal (decidlo rápido varias veces seguidas) jamás nos hubiésemos enterado de que en la localidad californiana de Corralitos tiene su sede la mayor compañía salchichera del mundo. Bien alimentados sus cuerpos con carne de cerdo y de vacuno y sus mentes con riffs de Black Sabbath, el doom anabolizado de Sleep, los viajes astrales de Hawkwind y Amon Düül 2 y, en su disco más reciente, los remansos acústicos del folk rock, este cuarteto de fuertes convicciones cristianas y que profesa devoción por los fenómenos naturales depara en sus dos discos publicados hasta la fecha (

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Holy Mountain

, 2006, y

The Coast Explodes

, 2007) extensos desarrollos de guitarras culebreantes y voces sicofónicas que favorecen la disociación neuronal sin la ayuda de agentes químicos, el vuelo libre hasta Saturno sin moverse del sofá y la relajación de los músculos del esfínter. Hiperdelia más que sicodelia, lo que hacen Mammatus deja los primeros álbumes de Bevis Frond a la altura de una cuña radiofónica. Amén.

Vice: ¿Qué haríais si un día, al salir a la calle, descubrieseis que la última moda es vestir una camiseta de Mammatus, una cinta para el pelo y nada más? Ni pantalones ni calzoncillos.

Aaron Emmert (batería):

Diseñaríamos una línea Mammatus de cintas para el pelo.

Se dice que ‘somos lo que comemos’. Háblame de vuestros hábitos alimentarios.

Nuestro cuartel general está en la misma calle que la compañía salchichera de Corralitos. Muchos de nuestros ensayos y sesiones de grabación han sido propulsados por las salchichas más deliciosas del mundo y otros productos cárnicos. La carne es una comida poderosa. El efecto de zamparse una salchicha con queso regada con mostaza picante no es muy distinto del de ser arrollado por el sonido aplastante de Tony Iommi.

¿Y qué hacéis cuando salís de gira? ¿Os lleváis una buena provisión de carne?

No, y deberíamos hacerlo. Comer de gira es peligroso para la salud. Siempre estás corriendo de un sitio a otro y nunca sabes lo que te sirven. El estrés y una dieta pobre se combinan para crear un escenario digestivo terrible. Muchas veces me he encontrado sentado a la batería y apretando las nalgas para evitar una explosión. Así no te puedes concentrar en la música y el concierto se resiente. Una vez, tras una actuación en Chicago, me pasé diez días con cagalera. Fue el infierno. Lo único que recuerdo de los conciertos siguientes son los lavabos de cada sala.

El nombre del grupo es el de una nube, y vuestro último disco está libremente inspirado en los flujos y reflujos del océano. Eso me lleva a pensar en una forma de animismo, pero también mencionáis a Dios. No sé, ¿hay algo espiritual en vuestra música o sólo sois cuatro tipos flipándose con el wah wah?

No creemos en el animismo pero sí alucinamos con el wah wah. Creemos en Dios y en Jesucristo. Dos de nosotros, de hecho, estamos muy inmersos en la devoción a Él. Pensamos que la música sirve para glorificar a Dios, y que nuestras habilidades musicales son extensión y testamento de la magnificencia de la creatividad de Dios. Muchas de nuestras letras son citas literales de la Biblia.

JESÚS BROTONS

‘The Coast Explodes’ ha sido editado por Holy Mountain. www.myspace.com/mammatus