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Cables desde Kabul: Un trozo de cuello destrozado

Ayer, nuestros amigos Conor Creighton y Henry Langston volaron a Afganistán. No pasaron ni 24 horas antes de que tres suicidas bomba se inmolaran en uno de los hoteles mejor fortificados de todo Kabul. Nos pusimos en contacto con Conor y Henry esa...

Ayer, nuestros amigos Conor Creighton y Henry Langston volaron a Afganistán para ver cómo sería pasar tres semanas en una zona de Jihad. No pasaron ni 24 horas antes de que tres suicidas bomba se inmolaran en uno de los hoteles mejor fortificados de todo Kabul. Once civiles, nueve talibanes y un puñado de policías afganos murieron en el ataque tras cinco horas interminables de fuego cruzado entre los milicianos y las fuerzas de la OTAN.

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Nos pusimos en contacto con Conor y Henry esa mañana para asegurarnos de que siguiesen con vida y ver qué había ocurrido.

VICE: Hey, Conor, Soy Andy, ¿estáis bien? ¿Qué ha ocurrido cuando te levantaste esta mañana?

Conor Creighton: Estamos bien. Nos despertó el sonido de un carrito de helados que pasaba por la calle. Después abrí mi Facebook y ahí me encontré a unas diez personas preguntándome si estaba bien. Miré la página de la BBC y allí vi lo de las inmolaciones en el Hotel Intercontinental.

El techo calcinado del Hotel Intercontinental.

¿No te despertaron las explosiones? ¿Cómo de lejos estabas del Intercontinental?

Estábamos en otro hotel, a medio kilómetro, pero no, no oímos nada. Dormíamos como bebés. Pillamos un taxi y llegamos al Intercontinental a la media hora. No podíamos acceder a la fachada principal, donde uno de los tipos se había hecho estallar, así que nos deslizamos por la parte trasera. Desde donde estoy ahora, la fachada del hotel está totalmente negra, como una casa destruida por el fuego, y una de las ventanas ha reventado por el calor. El balcón parece haberse derretido, y se ha descolgado del edificio, como el sujetador de una chica borracha.

Conor y Henry.

¿Quién os impidió pasar por la puerta principal? ¿Hay gente importante metida en esto?

La verdad es que hay algunos tipos extraños dando vueltas. Nadie parece hacer demasiado. Estábamos sentados en una tienda de bebidas en la colina que hay detrás del hotel, y vinieron dos tíos y se sentaron con nosotros. Primero nos dijeron que no tenían trabajo, pero después de tantearnos un poco nos enseñaron las armas que llevaban escondidas debajo de la ropa. Después, con toda la tranquilidad del mundo, nos contaron que esta noche habría otro ataque. Cuando les preguntamos que cómo lo sabían, sonrieron y dijeron “Lo sabemos, lo sabemos”. Todo era bastante sospechoso. No creo que la policía secreta occidental se comporte así. Unos minutos más tarde se oyeron disparos a lo lejos y ambos se levantaron y echaron a correr hacia las matas, dejando atrás la ciudad con sus pistolas en mano.

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También nosotros corrimos, pero hacia el oficial de comunicaciones afgano. Posó para nuestra foto, pero no conseguimos que nos dijese nada en inglés.

El jefe de comunicaciones afgano.

Parece demasiado cualificado como para ser oficial de comunicaciones afgano. Llegasteis ayer a Afganistán. ¿Os ha jodido bien todo esto?

Es raro, porque hasta que ocurrió esto Henry y yo nos limitamos a dar vueltas como si estuviésemos en Tailandia de vacaciones o algo así. Nos topamos con un chaval que intentó cobrarnos por pesarnos, y luego intentó enseñarnos la lengua local. Fue todo muy tranquilo, pero ahora estamos demasiado lejos de los escombros de un hotel en el que ha muerto una docena de personas. Para la gente de aquí esto es muy normal. No sientes miedo. Todo es caótico, polvoriento y soporífero, y la gente se te queda mirando allá donde vayas. Pero no da miedo.

El chaval que pesa a la gente por dinero.

¿Entonces qué pasó anoche?

Llegaron seis talibanes al hotel. El primero hizo explotar el chaleco-bomba en el vestíbulo, otro se inmoló en la segunda planta, y el tercero se escondió en una habitación hasta que apareció un turista español y entonces explotó. Los chicos de la OTAN acabaron desde el helicóptero con otros tres talibanes que se habían refugiado en el tejado. El hotel es que está en lo alto de una colina, rodeado de árboles… aunque no esté tan fortificado como dicen los medios y el gobierno, hay que tener un par de huevos para llegar hasta aquí. El Intercontinental es probablemente uno de los lugares civiles más seguros de la ciudad. También es el lugar más alto. Todo Kabul ha debido ver lo que pasaba aquí esta mañana.

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Henry y su guardaespaldas.

¿Pero le importa a Kabul, Conor?

Hablábamos con nuestro taxista esta mañana y nos decía “Ah, sí, otra vez los malditos talibanes”. No parecía muy sorprendido. Para mucha gente, es algo casi natural. Ese fotógrafo afgano al que conocimos nos contó que el ataque de los talibanes in mitad de la noche fue un tanto fuera-de-lo-acordado.

¿Lo hicieron por alguna razón en particular?

La OTAN decidió hace poco dejar de estar a cargo de los servicios policiales y militares, y quedarse como facilitadores. Así que seguramente se trata de un mensaje talibán advirtiendo de que seguirán aquí aunque los americanos se retiren.

También parece relacionado con lo que han estado haciendo los talibanes los últimos meses -ataques chuscos y desesperados que daban la impresión de haberse quedado sin cabecillas, con material casero y de bajo presupuesto.

¿Qué tal ha ido en Kabul, aparte de ese cotidiano ataque suicida?

Bien. No nos permiten llevar pantalones cortos porque no podemos enseñar las piernas por encima de las rodillas. Es un poco coñazo. Tuve que prohibirle a Henry que se pusiese esos calzoncillos tan pegados.

¿Significa lo mismo el dedo gordo levantado allí que aquí?

Ja, aún no lo sé. Imagino que el dedo gordo levantado podría ser el símbolo afgano de “retirad lo dicho o moriréis, sucios cerdos occidentales en taxi”, pero tendré que dejarte que lo adivines. Cuando los occidentales viajamos al tercer mundo siempre nos rodea esa especie de curiosidad inocente. Unos niños también nos enseñaron los restos de un suicida. Decían que era un trozo del cuello, pero la verdad es que era un pedazo de carne chamuscada. Podría ser de cualquier parte.

Pasadlo bien.

Seguro.