Carlos Navarro, también conocido por “El Yoyas”, podría ser alcalde

A primera vista puede parecer un error que un tipo al que llaman "El Yoyas" se presente como candidato a la alcaldía de un municipio llamado Vilanova del Camí, en la comarca catalana de l'Anoia. La cosa se extrema si además el señor en cuestión piensa este tipo de cosas sobre los chinos y si, sobre todo, tenemos en cuenta que participó en ese reality llamado Gran Hermano (segunda edición), del que, por cierto, fue expulsado de forma forzada por una pelea que tuvo con una concursante con la que estaba teniendo algún tipo de "relación". Tampoco suma puntos que aprovechara la fama para hacer eso tan típico que hacen los famosos de "hacerse unos bolos de discotecas" y a colaborar con ese agujero negro del horror llamado Crónicas Marcianas, donde presuntamente la coca y el humor se entremezclaban sin ningún tipo de pudor ofreciendo un resultado escalofriante pero adictivo. Posteriormente también ha colaborado en varias tertulias donde ha soltado buenas perlas sobre la inmigración y el independentismo catalán. Sin duda se trata de un tipo complicado.

Pero coño, todo el mundo ha robado una chuche alguna vez, todos hemos hecho eso de "fingir que nos ponemos un condón" para que la tipa se quedara más tranquila. NO PASA NADA. Este tipo, "El Yoyas", tampoco se limita a ser solo un conglomerado de perdición. Todos hacemos mierdas pero también todos somos capaces de generar cosas bonitas, ¿no? En la historia de "El Yoyas" todo se arregla. La fatal disputa con Fayna Bethencourt que terminó con su expulsión de Gran Hermano no fue más que una pequeña mancha de vino en la apasionada historia de amor que surgió entre los dos, actualmente casados y con dos hijos preciosos. Y no solamente esto, este expastelero "del Hospitalet" también ha flirteado con la poesía. Hasta donde he llegado a averiguar, el tipo tiene un par de libros —A Pie de Calle y Bueno, Bonito, Barato— que desprenden vitalidad y heroísmo de barrio por igual. En el segundo, por ejemplo, Navarro "reivindica la sencillez como objetivo fotográfico para hablar de lo cotidiano", y no se queda corto al describir el compendio como un "golpe directo, un navajazo en la conciencia de los políticamente correctos", según apunta la nota de prensa de la publicación. Quizás esto es lo que realmente necesitan en Vilanova del Camí.

Pero la cosa no termina aquí, Navarro es un joven emprendedor. Creo recordar que hace tiempo en Barcelona existía un local en la calle Balmes llamado "La Taberna del Yoyas", un santuario dedicado a ofrecer jarras enormes de cerveza, calimocho o vodka con naranja a su clientela. El local, de estética pirata, estaba situado en una zona sensiblemente pija de la ciudad por lo que la propuesta de llevar la fiesta de la priva desmesurada hacia los locales sofisticados de la zona era absolutamente arriesgada pero absolutamente coherente con su personaje. De algún modo, lo que "El Yoyas" siempre ha hecho ha sido llevar esa idea del chico de barrio, del hombre de la calle, a otros formatos; la televisión, la poesía o el mundo empresarial. "La Taberna del Yoyas" cerró, sus libros de poemas fracasaron y su importancia mediática se limita a artículos como este pero nada, absolutamente nada en este mundo podrá cercenar sus aspiraciones políticas que flamean como las primeras bocanadas de aire de un ave fénix resucitado.