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Cultură

"Sí, he matado a tus perros. Y como te pongas tonto te mato a ti también"

Hablamos con Emilio Merchán de la Iglesia, el zamorano que fue encañonado por el cazador que acababa de matar a sus dos galgos.

Fotografías de Emilio Fraile. Algunas de las fotos de este artículo pueden herir la sensibilidad de los lectores.

Advertimos que las imágenesde este artículo pueden herir la sensibilidad de los lectores.

Todo el que tiene un perro en casa, lo sabe: es parte de tu familia. Una relación que va mucho más allá de alimentarlo, cuidarlo y pasearlo: es parte esencial de tu vida y pasas con él más tiempo que con la mayoría de la gente. De hecho, le aprecias más que a la gran mayoría de personas que conoces.

La historia de Emilio me conmovió y me llenó de ira a partes iguales. Quizá, por una cuestión de pura empatía: como yo, tiene galgos adoptados que han sido descartados por cazadores a los que ya no les eran útiles, y a los que trata de darles una vida digna lejos del maltrato que sufrían a manos de sus antiguos dueños. Y como yo, ha sufrido amenazas por parte de cazadores a los que les molesta que pasees con ellos por el campo. Pero hay una gran diferencia: él sufrió en sus propias carnes la materialización de esa amenaza: uno de esos cazadores disparó a la cabeza a sus dos perros y después le encañonó a él, tal y como contó La Opinión de Zamora.

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Todo ocurrió en el Camino de Las Chanas, una zona a orillas del Duero cercana al barrio de Carrascal, el más deprimido de Zamora. Un lugar aislado frente al vertedero, sin actividad comercial y sin conexión a Internet. Emilio, conocido en la zona por rescatar perros cuando estos son desechados por los cazadores, paseaba con sus cuatro galgos cuando escuchó dos disparos, seguidos de los chillidos de dolor de uno de los animales. Corrió hacia el lugar de donde provenían los gritos, tras un terraplén, y se dio de bruces con una escena dantesca.

Un cazador "de unos 40 años y 1,80 de estatura", acababa de descargar sus balas en la cabeza de dos de sus perros. Desconcertado, sólo acertó a insultarle, lleno de impotencia, y a preguntarle si acababa de matar a sus perros, a lo que el cazador contestó apuntándole con la escopeta: "Sí. Y como te pongas tonto te pego dos tiros a ti también". Uno de los perros, Rocky, murió en el acto. La otra, Sevillana, lo hizo tras tres horas de agonía.

La indignación ante la dramática historia no tardó en extenderse por las redes sociales. Organizaciones en defensa de los derechos de los animales y partidos como el PACMA se hicieron eco de la noticia y mostraron su repulsa y su apoyo a Emilio. Por su parte, él permanece ajeno a todo ello. Desolado, ha declarado en la comisaría y está a la espera de que el cazador, que sigue desaparecido, pueda ser localizado por la Policía. No tiene demasiadas esperanzas.

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VICE: Lo primero de todo. ¿Cómo te encuentras?

Emilio: He estado todos estos días muy mal, tomando incluso pastillas para los nervios. Parece que voy mejorando poco a poco.

Rememorar aquel momento no debe ser fácil, pero te voy a pedir que lo hagas. ¿Dónde estabas y qué ocurrió exactamente?

Sacaba a mis cuatro perros por el mismo sitio donde paseamos todos los días. Es un lugar en el que hay una gran explanada junto a una zona de chalets, y en el que está prohibido cazar. Nunca había visto a un cazador por allí: se ponen bastante más lejos, pues creo que no pueden cazar a menos de 500 metros de las viviendas. Siempre suelto a los perros para que puedan correr un poco a su aire. Y siempre vuelven. Tras escuchar los disparos corrí hacia el lugar y me encontré al cazador que acababa de disparar a mis perros.

¿Qué hiciste en ese momento?

Llamarle hijo de puta. Gritar. Y preguntarle si había matado a mis perros. Me apuntó con la escopeta y me dijo: "Te los voy a matar a todos. Y como te pongas tonto, te mato a ti también". Salí corriendo hacia casa, porque me había dejado el móvil, y llamé a la policía. Cuando volví, el hombre ya no estaba allí.

¿Qué hizo la policía?

Nada. La Policía pasa del tema. Les pedí que por favor llamaran a un veterinario para que le pusieran una inyección a Sevillana, que se estaba desangrando. Tardó tres horas en morir. Ni siquiera me ayudaron con los cadáveres. Fue la gente de la Asociación Defensa Animal Zamora la que me apoyó para poder practicarles la autopsia.

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Días después fuiste llamado a declarar. ¿Cómo fue esa comparecencia en comisaría?

Me han enseñado unas 15 fotos de cazadores que frecuentan el coto, pero no es ninguno de ellos. Sé que al menos hay unos 35 que cazan allí, por lo que me van a tener que enseñar más fotos para poder reconocerle. Otras personas me han dicho que no sería difícil, porque pueden identificarle por las huellas dactilares de los cartuchos, pero por el momento la cosa ha quedado ahí.

No eran los primeros galgos que rescatabas. ¿Hace mucho que lo haces?

He adoptado todo tipo de perros desde hace muchos años. No sólo galgos, aunque me gustan mucho por su carácter dócil y afable. En esta zona hay mucha caza con galgo y mucho abandono. Algunos cazadores que no los quieren me los dan cuando cumplen cuatro o cinco años y ya no les sirven. Yo no los uso para cazar, sino simplemente por cuidarlos. A Sevillana me la dieron hace poco y estaba echa polvo: apenas era piel y huesos, y estaba muy asustada. No se acercaba a nadie. Rocky ya llevaba dos años conmigo.

Vives en una zona con una gran tradición de caza con galgo. ¿Es frecuente ver esa situación de maltrato y abandono?

Sí. Es muy habitual ver galgos heridos y desorientados. Es algo terrible ver cómo los tratan. Además de los cazadores, muchos gitanos del barrio también tienen galgos, y puedes ver cómo viven muchos de ellos.

Los galgueros dicen que ese maltrato es cosa de unos pocos…

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Qué quieres que te diga… La realidad es que, al menos en esta zona, hay gente que los tiene en condiciones miserables. Es muy habitual verlos sueltos, desorientados y escuálidos. Ayer mismo vi a uno y se lo dije a la Policía. Pero no es sólo cosa de galgos: hace un par de días salió la noticia de que habían atado a un mastín a un puente. Se hacen auténticas barbaridades. Y sinceramente no lo entiendo. No tiene ningún sentido.

¿Conoces la reacción que se ha producido en redes sociales a tu caso?

Sí, me han comentado que hay gente que me apoya. Por aquí incluso algunos vecinos que vieron la noticia me paran por la calle a decirme que me apoyan, que tengo la razón. Nada de eso me hace sentir mejor, pero se agradece. Más allá de cómo esté sufriendo yo, me pregunto cuánto estarán sufriendo tantos y tantos animales ahí fuera.

¿Seguirás paseando por la misma zona?

Sí. Aunque estos días lo hago con miedo, y llevo a los perros atados. Temo que el cazador tome represalias, ya no contra mí o contra mis perros, sino contra mi mujer o mis hijos.

¿Tienes esperanza en que se haga justicia?

La verdad, no demasiada. Todo depende de la Policía y, sobre todo, de que lo quieran coger. Pero me temo que esto se va a quedar en que un cazador ha matado unos perros… y poco más.