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Cazando replicantes por las calles de Benidorm

Ion de Sosa reconstruye el mundo de Philip K. Dick entre los rascacielos de la costa. "Sueñan los androides" es una de las películas más sugerentes del año. Su director nos presta algunas claves para entenderla.

La primera vez que escuchamos hablar de Sueñan los androides fue en el concierto de Cuchillo de Fuego en Madrid. Miguel Llansó, director de Crumbs, fue el que nos puso sobre la pista. Nos fiamos de su buen olfato y también teníamos ganas de ver qué había hecho Ion de Sosa tras la interesante True Love, su primera película. Llansó no es el único cineasta implicado en el proyecto. Por los créditos también aparecen Luis López Carrasco (El Futuro), Velasco Broca o Chema García Ibarra (Uranes). Miembros de lo que se están empeñando en bautizar como el otro cine español. O nuevo cine español o low cost… En definitiva todo esto no son más que etiquetas y como tales, no tienen mayor importancia y dan mucha pereza. Es cine, ni más ni menos. Y eso es suficiente.

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Sueñan los androides es una película ambientada en Benidorm en la que no hay turistas extranjeros, ni garitos de 2x1, ni discotecas con gogós, ni abuelos recorriendo las aceras a toda velocidad y sin respetar a los peatones en esos carritos motorizados. Están los grandes rascacielos, pero parecen abandonados y los androides y los humanos no logran convivir. Ion de Sosa ha trasladado el universo de Philip K. Dick a una costa mediterránea fantasmal en el año 2052.

¿Será así el futuro? Él lo ve como una mezcla de thriller y comedia surrealista, con una banda sonora de clásicos populares y una estética muy personal. "Es una película de ciencia ficción templada y realista ambientada en localizaciones naturales de la ciudad de Benidorm". La película pasó por el Festival de Sevilla y gustó. La semana pasada clausuró el festival de cine online Márgenes y seguro que su carrera internacional no ha hecho más que empezar. Localizamos a Ion de Sosa en Berlín, ciudad donde reside, y le propusimos un juego. Buscar las referencias visuales de la película. Él nos devolvió esto.

Blade Runner (1982), Ridley Scott

Una secuencia de Blade Runner es el germen de Sueñan los androides. Harrison Ford aplica el test Voight-Kampff a Rachel y con mucho esfuerzo descubre que es una replicante. El 'creador' de la Tyrell Corporación explica que ella es un experimento al que le han implantado recuerdos para que pase por humana y para poder controlarla mejor. Hay un momento en que pienso: ¿qué pasaría si los recuerdos de Rachel fuesen los míos? ¿Qué pasaría si tratasen de comercializar esos androides en España implantándoles recuerdos de una Nochebuena en familia, los recuerdos de un hogar cálido y tradicional o los recuerdos ficticios de su época de estudiantes? ¿Como serían esos Nexus-6?

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Elephant (1989), Alan Clarke

Un telefilm de 38 minutos de duración, producido por la cadena de televisión inglesa BBC, en el que se ven de manera enumerativa y sin ninguna explicación previa 18 homicidios con arma de fuego. A veces vemos primero a la víctima, otras al asesino; mueren un gasolinero, un hombre que limpia las letrinas de la piscina municipal, un hombre que pasea, dos hombres que están reunidos por algo que parece clandestino y entra un tercero y los mata… Así hasta 18 veces. Una propuesta radical, una forma incontestable. Una manera de narrar impersonal, mecánica y certera que Gus Van Sant adoptó para su obra homónima y en la que yo me inspiré para describir la rutina de las ejecuciones en la vida de nuestro protagonista al comienzo de la película.

66 scener fra Amerika (1982), Jørgen Leth

El autor es un danés que describe los Estados Unidos a partir de 66 postales orgánicas que genera utilizando solo su cámara fija para retratar paisajes, personas, retazos de vida y cócteles. La manera de describir la vida en el interior de los hogares de nuestra ciudad futurista está fusilada de esta película. A veces para explicar Sueñan los androides a alguien que no supiese nada solía decir directamente: Elephant + 66 escenas de América + Ghost Dog y aunque hay más referencias así puedes hacerte una idea de lo que vas a ver.

Ghost Dog (1999), Jim Jarmusch

Jim Jarmusch está siempre presente, Permanent Vacation fue una película en la que me fijé para hacer mi primera película True Love. No sé si hay referencias evidentísimas de Ghost Dog en Sueñan los androides. Me gusta pensar que hay algo en el tono y en el tempo a lo que hemos conseguido acercarnos con las conversaciones de los androides en su casa durante la cena, con la conversación entre nuestro protagonista y el veterinario que atiende a su oveja moribunda, en el encuentro de uno de nuestros androides con una vidente… Algo muy familiar con elementos extraños.

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Lancelot du Lac (1974), Robert Bresson

El comienzo de esta película es perfecto, es un martillo. Con muy pocos elementos describe el entorno en el que se enmarca la historia. En Sueñan los androides sabíamos que nos jugábamos que la peli funcionase o no por su arranque, en el montaje quisimos crear esta atmósfera que describiese el mundo en el que se desarrolla la historia antes que la propia historia de manera que el lugar pasase a ser uno de los protagonistas y la forma algo muy atractivo que no te dejase despistarte.

Cockfighter (1974), Monte Hellman

Esta es una película en la que su protagonista prácticamente no habla. Un entrenador de gallos de pelea que perdió la competición más prestigiosa sacrificando su mejor gallo haciéndolo pelear en la habitación de un hotel la noche antes de la final estando él totalmente borracho y que decide hacer voto de silencio hasta enmendar su error y salir victorioso. Otra especie de samurai que junto al personaje de Forest Whitaker en Ghost Dog me ayudó a confeccionar el fondo de nuestro protagonista.

La obra de Velasco Broca

Para mí la mayor referencia de la ciencia-ficción nacional. Un autor brillante e inagotable que en sus cortometrajes y escrituras digitales va 100 años por delante. Tiene un agradecimiento especial en Sueñan los androides por brindarme su apoyo durante todo el proceso creativo y por su obra en la que tradición y ciencia ficción confluyen de forma bellísima.