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Cultură

¿Chicas o gays?

Comer pollas en nombre de la ciencia

Fotos de James Stafford

Los hombres tienen necesidades sexuales. Quieren correrse. Eso es todo. A veces creen que son inventivos por correrse de alguna forma determinada, como en la cara o en las tetas, pero en el fondo todo es lo mismo: un chorrito de una cosa blanca y viscosa seguida de un breve aletargamiento como el que tienes después de tomar Xanax. Después de 20.000 orgasmos, la mayoría de hombres se empieza a preguntar “¿Eso es todo?”. Llega un momento en que se aburren de los orgasmos.

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Los hombres de la América profunda sufren mamadas insulsas por parte de sus novias a diario. ¿Nos dice algo el hecho de que cada vez más hombres se plantean que quizás el mejor modo de luchar contra su sopor carnal sería probar una mamada de un auténtico homosexual? Después de todo, todos los hombres gays que han conocido les han dicho que una mamada de un gay es mucho más excitante y agradable que una mamada aburrida de una mujer. “¡Nadie sabe cómo hacer feliz a una polla excepto aquel que también tiene una!”. (Eso es lo que dicen los gays para meterse las pollas de los heteros en la boca). Pero recordad esto: la mayoría de hombres bisexuales por curiosidad no piensan en lo delicioso que sería tener la polla de otro tío metida en su culo. Solo piensan en que el interior de la boca de un hombre es exactamente igual que el de la boca de una mujer, especialmente si estás borracho. Y mucho más especialmente si eres feo y te sientes solo. La bisexualidad simplemente te dobla las posibilidades. Es un refugio para aquel que esté patéticamente cachondo. Nuevas estadísticas de Italia dicen que cada semana un hombre gay come más pollas que 12.7 mujeres. ¡Por Dios! ¿Quiénes están recibiendo todas estas mamadas? No serán otros gays… no hay suficientes gays para que haya 13 veces (redondeando) más mamadas que las que hacen las tías en una semana. Especialmente en Italia –esas putillas comen más pollas que la cantidad de appletinis que se zumban nuestras mujeres. Lo único que nos queda por preguntarnos es “¿quién lo hace mejor?”. Con la finalidad de averiguarlo, un hombre gay y uno hetero recibieron mamadas de otro hombre gay y una mujer hetero. Les tapamos los ojos y construimos un “agujero glorioso”. Entonces nos pusimos cómodos y presenciamos uno de los experimentos eróticos más reveladores que jamás se hayan llevado a cabo en nombre de la verdad sensual.

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LAS REGLAS

Los resguardos se pusieron para prevenir que los receptores pudiesen ver el género de los mamadores.

Le dimos órdenes a nuestra mamadora de no hacer ruidos eróticos y de no tocar nada con sus uñas largas y caras. Ewwww.

A nuestro mamador le afeitamos la cara y no se le permitía hacer ningún tipo de gimoteo como por ejemplo, "Oh, tu pollas est divine" en su acentillo francés. Más ewwws.

Primera Ronda El primero fue Rick. Tan pronto como la metió en el agujero, Daniel atacó, lamiendo con entusiasmo la polla de Rick como si la reputación de todos los gays dependiese de ello. Después de 10 minutos de esfuerzos por parte de Daniel, la polla de Rick todavía no respondía a su fama de 18 centímetros.

Después de guardársela nos dijo: “siendo sinceros, no ha sido la mejor mamada de mi vida pero tampoco ha sido la peor”. Era obvio que eso solo lo dijo por ser amable con el pobre Daniel, que parecía estar bastante confuso por no haber podido despertar a la serpiente. Le toca a la segunda boca. Después de las dificultades para poner un condón en una polla flácida, animamos a Rick a que la metiera en el agujero así, au naturel. Avalon se puso manos a la obra mientras parecía que el condón se le fuese a quedar en la boca en una de esas embestidas. La polla de Rick desapareció un momento y al momento siguiente se estaba erigiendo en la boca con una rapidez alarmante. Su técnica de deslizar y chupar sin ningún tipo de esfuerzo impresionó a todos los presentes pero especialmente a Rick, quien, entre murmullos, le dijo a los jueces: “¿puedo decir algo? Creo que este es el tío. Esta es mucho mejor que la primera”. Un minuto después llenó su condón con chorros de leche gay y Avalon se puso en pie y alzó su brazo en señal de victoria. Resultado: Mujeres 1, Hombres Gays 0.

Segunda Ronda Sam se preparó un poco pelándosela detrás de la cabina gloriosa con una copia de Maxim. “Puede costarme hasta una hora correrme pero que se me ponga dura solo me lleva unos minutos”, nos dijo. Daniel se puso de rodillas mientras Sam, con los ojos tapados, metió su espada en el agujero glorioso. Nuestro amigo gay descorazonado se puso en marcha inmediatamente, esta vez usando los dientes, escupiendo, frotándosela en la cara y chupándola de lado, una técnica que aprendió en los lavabos de los clubs de Brighton. Pronto empezó a resultar obvio que su técnica no estaba funcionando y a Sam empezó a bajársele. Daniel miró a su alrededor como si buscase desesperadamente una salida. “Creo que quiero pasar al número 2, gracias”, dijo. “Este es demasiado basto”. Temíamos que el desafío hubiese acabado, así que decidimos añadirle un poco de salsa al asunto y le añadimos una dificultad: le dijimos a Avalon que se la comiese tan mal como pudiese. Estuvo perdiendo el tiempo sin hacerle casi nada cual prisionero iraquí que tiene que comérsela a su compañero solo por placer de los soldados americanos. Aún así, el miembro de Sam respondió inmediatamente. Esto se estaba convirtiendo en un baño de sangre. Ebria de victoria y una vez le habían dado el visto bueno para que llevase a cabo el ataque final, Avalon se puso de rodillas y mostró una técnica suave pero firme para hacer garganta profunda que hizo flipar a Rick. En un par de minutos, las facciones de Sam se relajaron y miraba al techo mientras nos decía “este es mucho más sensual. Umm, uh, eso es importante cuando te están, eh, haciendo una cosa así”. Solo para estar 100% seguros, le dimos a Daniel una última oportunidad de mantener su reputación. “No”, dijo. “Me gusta el vigor de esta pero definitivamente prefiero la otra”. Así pues, Avalon le relevó y llevó a Sam a un intenso y vibrante clímax.

Resultado: Mujeres 2, Hombres Gays 0
Pues eso es lo que hay, colegas. Las tías la comen mejor que los gays. Se trata de algo bueno, porque si los hombres hubiesen continuado malgastando sus semillas dentro de otros tíos, la raza humana se terminaría en 2.000 años.