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Cultură

Me llamaron la atención en el trabajo por ir con esta ropa

Personas a las que criticaron o acosaron por cómo fueron vestidas a trabajar nos cuentan cómo lo vivieron y posan con las prendas que desencadenaron el incidente.

El pasado mayo una mujer fue despedida en el Reino Unido por negarse a utilizar tacones en su puesto de trabajo. Desgraciadamente, este tipo de situaciones no son hechos aislados y las mujeres, los queers y en general cualquier persona que no encaje en la norma sexual, social o económica se puede encontrar —y de hecho se va a encontrar— con problemas de este tipo si deciden expresar su identidad a través de algo que debería ser tan personal y propio como la ropa, que por otro lado no deja de ser un elemento superficial.

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Por ello, para darle visibilidad, diversas personas que en algún momento de sus vidas han tenido problemas en el ámbito laboral por ir vestidas de determinada manera han querido posar de nuevo para VICE con el outfit de la tragedia, para recordar así aquel fatídico día en que su vestimenta fue objeto de comentarios desagradables en ese lugar sacrosanto que, presuntamente, dignifica. Clasismo y sexismo suelen hallarse en el origen del revuelo, cosa que muchos se tomaron con humor y otros reconocen haber llevado bastante mal.

ANNA, FOTÓGRAFA

Edad: 26

¿Quién hizo la observación?

Varios hombres de diferentes secciones de un periódico de tirada nacional en el que trabajaba.

¿Cuál fue el comentario?

Fueron varios, a lo largo del día. "Qué falda, te queda muy bien", "Uy, así nos distraemos", "Ya era hora de que una chica guapa nos enseñara sus piernas…". Por suerte no los recuerdo exactamente.

¿Respondiste?

Dependiendo de la persona. Si había confianza les mandaba a tomar viento o les decía cosas como, "Concentraos en lo que os tenéis que concentrar", "Anda, que no tenéis nada mejor que hacer" o "¿Qué pasa? Voy bien normal". Si no tenía confianza –sí, me dijeron cosas tipos a los que ni siquiera conocía–, simplemente me iba.

¿Cómo pasaste el día?

Me chocó mucho. Lo comenté con las mujeres de mi sección y todas estuvieron de acuerdo en que no era la primera vez que pasaba.

¿Acabó aquí el altercado?

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Sin más, se acabo el día y me fui a casa.

¿Cambió algo después de este día?

Sí. No volví a llevar falda, y no porque pensara que era inapropiado, sino porque me estaba costando mucho que se valorara mi trabajo, y no quería que se comentase más sobre mi vestimenta que sobre mis fotografías (trabajaba como fotógrafa). Así que me curé en salud.

DANIEL, PSICOANALISTA y ARTISTA

Edad: 34

¿Dónde ocurrió?

Trabajaba en atención al cliente (como teleoperador, vaya).

¿Quién hizo la observación?

Una team manager.

¿Cuál fue el comentario?

"Me parece que te has equivocado de fecha, el Carnaval ya pasó".

¿Cuál fue la respuesta?

"Ah, si no es por Carnaval, es lo primero que he pillado en el armario".

¿Cómo fue el día?

Risas, rubores y algún que otro comentario por parte de los compañeros: "¡Qué guapa estás!".

¿Acabó aquí el altercado?

Sí. Hay una supuesta política contra la discriminación en esa empresa. Otra cosa es que funcione. Y otra es que relacionen el género o la orientación sexual con la ropa que llevas. ¿A que me pueden gustar las chicas tanto como ponerme "sus" vestidos?

¿Sientes presión a la hora de vestir en el trabajo?

Ahora trabajo por cuenta propia, pero es evidente que esa presión existe casi en cualquier parte, no solo en el trabajo.

RAQUEL, PERIODISTA

Edad: 28

¿Dónde ocurrió?

Era dependienta de una marca de cosméticos de lujo.

¿Quién hizo la observación?

Mi jefe.

¿Cuál fue el comentario?

"No es conveniente que lleves zapatillas, y menos si no son de marca. Es importante que vayáis bien vestidos, a poder ser con ropa de marca, porque no podemos dar imagen de pobres".

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¿Cuál fue la respuesta?

Lo cierto es que me quedé muy cortada, simplemente le solté un "vale". No le di más vueltas porque, más allá del clasismo del comentario, no me pareció para tanto en aquellos momentos.

¿Acabó aquí el altercado?

Sí, nunca me volvió a decir nada, salvo cuando no iba maquillada, pues afirmaba que si queríamos vender cosméticos para tener un buen rostro deberíamos lucir un buen rostro.

BIBIANA, coach

Edad: 24

Departamento: La agencia de viajes de un gran centro comercial.

¿Quién hizo la observación?

Era una orden de recursos humanos, directamente, y los jefes de departamento se encargaban de que se cumpliera.

¿Cuál fue el comentario?

En esta empresa no puedes llevar nada que deje al descubierto los hombros, tampoco vaqueros, tampoco sandalias. Y por supuesto el piercing, que en aquella época también llevaba.

¿Cuál fue la respuesta?

Entendí que eran los valores y políticas de la empresa y que yo decidía aceptar ese juego. Entiendo que cada empresa batalle por la imagen que decida dar. Pero no estoy de acuerdo en que se juzgue el talento por la forma de vestir, cosa que pasa muchísimo.

¿Acabó aquí el altercado?

Qué va. Había días en que me hacían volver a casa a cambiarme. Era rebelde e intentaba ir a la mía, pero no, no me lo permitían.

¿Sientes presión a la hora de vestir en el trabajo?

Actualmente no. ¡Tengo mi propia empresa! Y siempre que trabajo con colaboradores evito todo juicio a la hora de vestir. Lo que quiero de ellos es, al fin y al cabo, que sean auténticos y aporten todo su talento.

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ELIANNE, EJECUTIVA

Edad: 28

¿Quién hizo la observación?

Un compañero de trabajo.

¿Cuál fue el comentario?

Estábamos bromeando sobre quien sería el siguiente en conseguir reunión con un superior. Cuando entró en la sala me adelanté y conseguí que me citará a mí la primera, entonces fue cuando mi compañero comentó, "No me extraña que te haga caso a ti primero, con ese escote".

¿Cuál fue la respuesta?

Me cabreé bastante, pero solo me salió decirle que no fuera machista.

¿Cómo fue el día?

Descargué toda mi indignación y me desahogué con otros compañeros, pero no pasó de ahí.

¿Sientes presión a la hora de vestir en el trabajo?

Por suerte, siempre he trabajado en moda y en otros ambientes en los que, en teoría, puedo ir como quiera. Pero aun así siento presión, no nos engañemos. Siento presión sobre cómo debo vestir en las reuniones y qué imagen debo dar, en el sentido de que tengo la obligación de parecer moderna. No es la misma presión, pero también lo es, ¿no?