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Cultură

Cómo manejar esto de llevarse bien con tus exparejas

Ya ha terminado. Ha habido llantos y gritos, incluso abrazos. ¿Y ahora qué?

Ilustración de Penelope Gazin

Ya sabéis cómo va esto de las parejas: un auténtico desconocido se planta delante de ti y, bajo amenaza, te obliga a convivir con él hasta el resto de sus días y tienes que follártelo para evitar que te clave un machete en toda la cara. No coño, es broma. La cosa va más o menos así: conoces a alguien por puro y absoluto azar —en el fondo poco has hecho tú, solamente has escogido entre un pequeño abanico de gente que pasaba por delante de ti en un momento concreto de tu vida, si lo piensas bien incluso podrías haber salido con un mono—, en, digamos, la clase de "crítica práctica" que impartes en la Universidad de Barcelona. Esto se pone interesante. Ella es una chica de esas que calificas como "explosiva" y al primer vistazo ya lo tienes todo claro; este año es esta la alumna que te gusta. Siempre te ha atraído la belleza femenina, no le puedes hacer nada, es uno de los pocos defectos que tienes. Con el tiempo termináis follando después de haber ido a "tomar algo" después de haber repasado su trabajo sobre Philip Roth en esa cafetería del centro. Las cosas están yendo rápido, algo descontrolado. Sin saberlo estás penetrando con tu pene la vagina de tu alumna. Eso es lo que está pasando. La diferencia de edad no es un problema, exceptuando ciertos casos extremos —extremos, digamos, ilegales—, nunca ha sido un problema. No me miréis raro, la literatura, el cine y el puto arte en general siempre han tratado este tipo de temas, a mí no me juzguéis. El caso es que de repente te despiertas en medio de una relación con una tipa que ni conoces, solamente sabes que tiene cierto interés por el arte y que siempre escribe "hermenéutica" sin hache, cosa que, de alguna manera, te la pone muy dura. La cosa se alarga unos tres años y podemos afirmar que al final ya llegas a conocerla bastante bien y la verdad es que resulta ser una persona más interesante que la media —esa media que anda por la calle y parece que solamente quiera morir a cada instante que pasa. La ruptura es inevitable, con el tiempo ambos os cansáis un poco y la hache de "hermenéutica" pasa de ponerte la polla dura a hincharte las pelotas de forma insoportable. Solo es cuestión de escribir una puta hache delante de la puta palabra. NO ES TAN DIFÍCIL. La verdad es que tú quieres dar un paso más y ella dice que es demasiado joven y no quiere verse inmiscuida en este tipo de planificaciones familiares y cada una de sus palabras mientras dice esto te hace llorar y te desgarra las entrañas. Pero es lícito. Como ves que se acerca el final empiezas a fijarte en esos otros culos que pasean por la calle y una cosa lleva a la otra y una noche decidís cortar con todo este asunto, de forma racional. Ambos lo queréis. Un abrazo a las tres de la madrugada en su portal, una despedida extraña y quizás un último beso; una postal para el recuerdo. No, realmente esto último no sucede. En este momento ya estáis demasiado hartos el uno del otro como para tener las ganas de morrearos románticamente. Solamente pensáis en llegar a casa y pensar eso de "bueno, ahora puedo follarme a quien quiera". Todos estos años "compartiendo" cosas se desmenuzan y pierden todo su sentido frente a esta triste elucubración final. Pero joder, durante los tres años que ha durado, ha sido un desmenuzamiento maravilloso.

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¿Y ahora qué? ¿Ahora qué coño tienes que hacer? Puede que esa persona siga gustándote y te sientas despechado. Puede que sea al revés. Puede que hayáis cortado de forma racional, de un modo muy adulto y europeo; coherente y frío. Puede que haya un odio extremo entre las dos partes, puede ser cualquier cosa. La gran pregunta es: ¿Quieres seguir viendo a esa persona? Piénsalo, si os seguís viendo puede que a partir de ahora tengas que lidiar con la idea de saber que se folla a alguno de tus mejores amigos. Si te olvidas de ella, ¿de qué habrán servido todas esas peleas dialécticas en la cama o esa nochevieja en la que intentasteis cocinar un salmón y al final terminasteis tomando las uvas en un McDonald's parisino? Se convertirán solamente en un recuerdo, no servirán como un efectivo contrafuerte para una relación futura distinta, quizás incluso más intensa. Es un decisión dura y de ella depende tu moral como ser humano.

En el fondo supongo que todos queremos terminar bien con las personas, no queremos que la gente vaya por ahí contando que somos unos hijos de puta, puesto que esto rebajaría las posibilidades de mantener futuras relaciones con otras personas y, por lo tanto, afectaría a eso de poder morir al lado de alguien. Si este es nuestro objetivo, se nos presentan varias opciones.

ODIO EXTREMO ENTRE LAS PARTES

Esto es bastante complicado. Ambos os habéis jodido tanto la vida que lo único que queréis es que el otro desaparezca de esta dimensión. Incluso toleráis la idea de que esa persona se muera. Es inmoral pero la idea está dentro de vuestra cabeza. Lo mejor en estos casos es desaparecer, no vale ni la pena intentar joder al otro. Con el tiempo os encontraréis trabajando en el mismo equipo de comerciales, y mientras recorráis el Clot en busca de potenciales clientes de Ono recordaréis esas noches de platos rotos y ese polvo extremo que hicisteis en el suelo de casa de Miguel. Parece que las cosas no han terminado tan mal al fin y al cabo.

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ACUERDO FORMAL

El lado racional vence a la pasión, seguramente es justamente por eso que vuestra relación se fue a la mierda. Termináis con un buen apretón de manos, como si se tratara de un acuerdo comercial. Os repartís las propiedades que uno tiene del otro y ni os planteáis guardaros un recuerdo para evocar momentos pasados. Aquí no ha pasado nada y al día siguiente quedáis para cenar para demostraros que habéis comprendido el nuevo giro de vuestra relación. Ese día termináis follando pero a la séptima cena ya ni os apetecerá. Cuando tu expareja empiece a salir con otra persona no sentirás nada, simplemente te joderá no tener a nadie con quien ir a cenar esos domingos más tristes del mundo.

TÚ ERES LA VÍCTIMA

Si nosotros hemos sido la víctimas de la ruptura —la parte que sufre más— entonces la cosa es más complicada. Seguramente no te apetecerá volver a ver a esa persona que te ha dicho que ya no te quiere en absoluto pero la necesitas y lo haces. Puedes llegar a pensar que estás perdiendo el tiempo con este tío o tía ya que, ¿para qué vas a quedar con alguien que potencialmente no te vas a follar? Joder, no será una pérdida de tiempo, al fin y al cabo se trata de esa persona que un día te invitó a cenar a un sitio cojonudo y te pagó un jodido bogavante de 50 euros y puede que algún día lo vuelva a hacer.

Con el tiempo verás que no pasa nada y decidirás, finalmente, alejarte. Puede que coincidáis en algún sitio y quizás con un poco de suerte estará lo suficientemente borracha como para que te invite a su casa y deje que te la folles de nuevo. Eso, por supuesto, desembocará en un nuevo torrente de tristeza y odio pero ya lo sabías perfectamente y esta vez incluso estarás aún menos preparado que la primera vez para soportarlo. Con el tiempo el amor se convertirá en odio y poco a poco el odio en indiferencia. Maravillosamente, un día, esta indiferencia podrá apartarse y volverás a desarrollar cierta simpatía hacia esa persona. Incluso sentirás un poco de pena de ti mismo y cuando coincidáis de nuevo te preguntarás cómo coño pudiste estar tan enamorado y tan loco por alguien que, al fin y al cabo, es absolutamente normal.

TÚ ERES EL VERDUGO

Por lo contrario, cuando es a ti a quien le dicen eso de "quiero que nos dejemos de ver durante un tiempo" significará que el capullo eres tú. De todos modos, no les hagas ni caso, tú haz como si nada. Sigue llamando a tu ex para hacer cosas, para felicitarle su cumpleaños o lo que sea. No importa si ella sufre al principio, al final tendrá el corazón duro como una roca y no le afectará en absoluto. Si la cagas y desapareces por completo de su vida, como eres un ser mediocre, se olvidarán de ti, y lo último que quieres es quedarte completamente solo en la vida. Llámala cada semana, pregúntale cómo está e interésate por sus nuevos amantes. El objetivo es generar cierta amistad para que cuando tú estés completamente jodido tu expareja venga a verte a casa y te saque del pozo. Joder, las relaciones entre personas son realmente un trueque de intereses, no me digáis que esto es algo que os viene de nuevo.