Cómo pajearte en el trabajo

Foto de Ben Ritter

Acéptalo, trabajar es una mierda. No importa cuánto te guste tu trabajo, siempre habrá un millón de cosas que preferirías estar haciendo antes que envejecer en tu escritorio, borrando cientos de correos porque los plastas de la oficina clicaron en “responder a todos” cuando no era necesario, y mirando en secreto páginas como ésta para no perder la cordura. ¿Sabes qué preferirías estar haciendo? Estar sentado en tu casa en ropa interior viendo la tele mientras juegas con tus huevos de vez en cuando. Bueno, no sé si puedo ayudarte con la tele, pero seguro que podrás hacerte una paja rapidita a mitad del día para hacer que la jornada sea más agradable. Esto es lo que tienes que hacer:

Entra en la onda
Ni importa lo que hagas (ya seas un fotógrafo porno, un diseñador de dildos artesanales, el que le arregla los pezones a Jessica Alba o el segurata de los probadores de Victoria Secret), tu trabajo no te gusta. De hecho, probablemente te ponga menos que ver a tu abuela desnuda cagando encima de un gatito. Si planeas sacarle punta a tu lápiz en el almacén de la empresa, primero tienes que motivarte. En tu trabajo seguro que tienen las páginas porno bloqueadas, así que prueba enviándole algunos mensajes guarros a alguna de tus parejas sexuales. No tienen por qué responder (estamos en “Cómo pajearte en el trabajo” no en “Cómo follar en el trabajo”), sólo tienes que pensar en lo que escribes para que tus partes hagan lo suyo.

El lavabo comunitario
Obviamente, te irás al baño. Asegúrate de cerrar con pestillo. Si los baños de tu oficina son individuales, has triunfado. Saca a tu amiguito y haz lo que aprendiste en ese campamento de verano en quinto grado. Si es un baño público, enciérrate en el lavabo más alejado de la puerta. Si la gente piensa que estás liberando un ñordo te dará mucha más privacidad. Si trabajas en una construcción y tu baño es uno de esos portátiles, por favor no te pajees ahí dentro. Sería asqueroso. Aborta misión.

Aprende a decir basta
A veces, en especial en los baños compartidos, vas a tener que posponer tu terapia desestresante. Estoy hablando de cuando entra un tío y su culo explota en el water de al lado. Además, tienes unos diez minutos antes de que la gente empiece a sospechar que estás haciendo travesuras ahí adentro. Esta no es una de tus maratones en bata. Entras, haces lo que tengas que hacer, y regresas a tu escritorio antes de que todos sepan que te has ido.

Hay una app para esto
Si quieres empezar a hacer esto con más frecuencia (¿quién no?), descarga algunos videos porno, coloca tu móvil sobre el rollo de papel de baño y deja que las chicas de Bukkake a los 16 te ayuden a salir de ahí todavía más rápido. Que no se te olvide quitarle el sonido. No metas tus cascos en el baño. Queda mal. Y es asqueroso.

Destruye las pruebas
Si la lías en el suelo y la pared, y algún idiota se queja, empezarán a vigilar los baños. Felicidades, le has arruinado la diversión a todos, idiota. Simplemente hazlo sobre un poco de papel y tíralo al váter. O también podrías hacerlo sobre tu mano y tragártelo. Como prefieras.

Cierra la puerta
Si eres un cabrón con éxito que tiene su propia oficina siempre puedes cerrar la puerta y hacerlo en la privacidad de tu pequeña suite. Pero asegúrate de cerrar las cortinas. Si no tienes una oficina, pero tu jefe sí, quizá no sea mala idea darte un caprichito la próxima vez que se vaya de viaje. Esta vez, asegúrate de correrte encima de algo, quizá junto a la basura. Sólo hace falta un conserje cotilla para destruir la reputación de tu jefe.

Sé creativo
Si el baño no te parece suficientemente emocionante, quizá debas probar con las otras zonas privadas de la oficina, especialmente cuando es tan temprano que nadie ha llegado, o tan tarde que ya todos se han ido. Es como follar con alguien que acabas de conocer sin condón: tan peligroso que es doblemente divertido, pero tan estúpido que te podrías morir. Por favor, verifica que no haya cámaras -no es necesario convertirse en un video viral.

Si te pillan…
Simplemente vas a tener que enfrentarte a ello. No digas ninguna gilipollez como por ejemplo: “Tengo un pito muy grande, sólo quería colocármelo bien para poder cagar”. Nadie te creerá. Sólo te queda esperar que tu jefe sea un hombre y entienda tu necesidad, o tendrás que buscar una nueva oficina; el mostrador de una tienda porno no suena mal, después de todo podrías masturbarte todo el día y a nadie le importaría una mierda.

Lávate las manos cuando termines.
No eres un puto cerdo salvaje.