Cómo va a ganar dinero la industria del porno ahora que todos lo queremos gratis

La pornografía solía ser un método fácil para enriquecerse: si tenías una cámara y conexión a internet, podías ganarte bien la vida vendiendo obscenidades solo con seguir unos cuantos pasos sencillos. Sin embargo, la piratería, los vídeos de aficionados y otros contenidos gratuitos han provocado que los usuarios estén menos dispuestos a pagar y que sea más complicado vivir del cine para adultos.

Por eso no sorprende ver que varios productores de cine porno han dejado el negocio: si antes los estudios se solían contar por centenares, actualmente quedan diez o quince de ellos, luchando por ganarse su posición en la industria, y otro puñado de productoras pequeñas que cubren los nichos del sector.

Esta reducción drástica en la cifra de proveedores de porno ha suscitado cierto temor acerca del futuro del sector. ¿Llegará un día, como hace poco me preguntaron en Twitter, en que «desaparecerán las productoras y la sociedad subsistirá con el contenido antiguo y gratuito que circule por la red?».

¿La respuesta breve? No, si estas empresas pueden evitarlo. Bienvenido al futuro del porno o, mejor dicho, los futuros del porno.

Porno gratis mediante posicionamiento de productos

Son varios los sitios web han hallado la forma de monetizar su contenido gratuito. ¿Por qué no puede hacer lo mismo el porno? Los responsables del sitio web WoodRocket -que, a diferencia de otros sitios gratuitos, ofrece únicamente contenido original o autorizado legalmente- creen que un sitio web porno con el suficiente atractivo podría hacer que esta estrategia funcionara también para ellos.

«Hacemos porno del que la gente no se avergüenza de hablar con amigos o por las redes sociales. Estamos acercando el porno al público general», afirma el fundador del sitio, Lee Roy Myers.

En otro gesto de acercamiento a los medios convencionales, WoodRocket ha imitado las estrategias de monetización de varias otras empresas menos arriesgadas. En lugar de esperar a que sean los clientes los que gasten dinero en contenido, WoodRocket apuesta por el posicionamiento de productos, el patrocinio, las licencias y la mercadotecnia. Por supuesto, para que este modelo funcione, el sitio web debe atraer grandes cantidades de tráfico, lo que explica que buena parte de su contenido sean parodias aptas para un público más general, como «Donald Tramp» y «Strokemon».

Un porno distinto para un público distinto

Cuando la mayoría de nosotros pensamos en el porno, nos viene a la cabeza un estilo concreto que, además, suele ir dirigido al público masculino heterosexual.

«El porno con chicas funciona para según qué público, y me parece muy bien. Sin embargo, muchos queers prefieren ver escenas de sexo que sean más similares a las que ellos mismos practican», afirma Jiz Lee, actriz y directora de marketing de Pink and White Productions. «Si buscas "porno lésbico" por internet, lo que sueles encontrar son vídeos comerciales de chicas con chicas», que quizá no coincidan con tus gustos si eres una camionera machorra a la que le va el fisting.

La colección de sitios de Pink and White, entre los que se encuentran la serie Crash Pad, Heavenly Spire y PinkLabel.TV, ofrece una representación auténtica del sexo que no suele aparecer en la industria convencional. Y para el público aficionado a este tipo de producto, esa autenticidad del contenido inspira lealtad.

«Por lo general, nuestros suscriptores no piratean nuestro trabajo», afirma Lee. «Entienden que el sitio es el esfuerzo de una pequeña empresa queer a la que han decidido apoyar».

Elige tu pornoaventura

El BDSM hardcore de Wasteland.com poco se parece al porno más femenino de Sssh.com, si bien ambos sitios, dirigidos por el dúo marido/mujer Colin y Angie Rowntree, mantienen un talante similar en lo que respecta a la fidelización de clientes. Ambos se basan en la premisa de que, permitiendo al público participar directamente en la creación del contenido, lograrán una mayor disposición a pagar (y seguir pagando) por su parte. La participación del usuario varía en cada uno de los sitios web.

En Wasteland, los suscriptores tienen la oportunidad de asumir el papel del director en el plató: en la visión futurista de Colin, la realidad virtual permitirá a alguien visitar virtualmente un plató y dirigir la acción de forma remota. En Sssh.com, que se enorgullece de poseer un nivel de producción a la altura de las películas de Hollywood, los socios pueden influir sobre el contenido de una forma un tanto más tradicional: el sitio publica encuestas frecuentes para averiguar qué fantasías le interesa ver al usuario en la película.

Pese a las diferencias específicas en las estrategias de Wasteland y Sssh, su filosofía es la misma. «Lo que nos diferencia de los sitios gratuitos es el enfoque de invitar a los miembros a formar parte del proceso creativo», afirma Angie.

Una experiencia inmersiva de alto nivel

«No sé cómo salvar el porno en 2D», asegura Eva Darling, una de las fundadoras de VRTube.XXX. Actualmente está apostando fuerte por la realidad virtual, y no solo por la agitación que ha causado entre la comunidad de usuarios.

Para Darling, la promesa de la realidad virtual se fundamenta en varias cualidades. En primer lugar, siendo como es una tecnología muy reciente, de momento resulta muy difícil piratearla, a diferencia del porno en 2D. También está el aspecto de inmersión de la experiencia, que los clientes podrían querer llevar a un nivel más íntimo todavía.

Pero, sobre todo –y contra todo pronóstico-, Darling prefiere la realidad virtual porque es un medio en el que resulta difícil hacer un buen trabajo.

«Te pone el listón muy alto», afirma. «Para ser una buena actriz de realidad virtual tienes que ser buena, no puedes hacerlo a desgana o a medias tintas». Y si puedes hacerlo bien, el producto final es fenomenal, tanto que Darling cree que la gente pagaría encantada, sobre todo ahora que productos como Google Cardboard hace que la realidad virtual sea increíblemente accesible.

Misma calidad, mejores resultados

Cuando páginas como PornHub y XTube empezaron a dominar la industria, Evil Angel estaba en una posición privilegiada. Tras décadas en el negocio del cine para adultos, esta empresa ya se había establecido como una de las productoras de porno más prestigiosas, en especial para los amantes del hardcore que aprecian el enfoque fetichista de muchos de sus directores.

El descenso de la demanda de productos de pago derribó a varios de sus competidores y afianzó la posición de Evil Angel, permitiéndole seguir cobrando a sus fieles socios por su contenido de calidad. Pese a que su tarifa mensual es de las más caras del mercado (35 € al mes), la página sigue atrayendo nuevos clientes y fidelizando un elevado porcentaje de ellos, según su director financiero, Adam Grayson. Grayson afirma que el mayor cambio en la estrategia de la empresa ha sido prestar más atención a las estadísticas.

«No puedes crear una regresión estadística a partir de una erección, pero sí que puedes usarla como herramienta para entender, desde el punto de vista cuantitativo, qué busca el público», explica. «Puedes aprender mucho sobre qué genera dinero y sobre cómo y dónde lo genera».

A Grayson le interesan especialmente los datos que permiten a la empresa distinguir entre consumidores y clientes de pago. Pero sobre todo, sus esfuerzos se centran en hallar la forma de pasar a los miembros de un grupo al otro. Según sus observaciones, Grayson afirma que existe una determinada combinación de edad, ingresos y tiempo libre disponible que hacen que la comodidad, la seguridad y la calidad de un sitio de pago sean más atractivas que la infinidad de sitios gratuitos. Precisamente es la búsqueda de ese punto exacto, y de la mejor forma de explotarlo mediante publicidad, la estrategia que mantiene a flote a Evil Angel.

Traducción por Mario Abad.