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Cultură

Cosas de las que solo te das cuenta cuando tus padres han muerto

Cuando tenía quince años, mi padre murió y estuve seis semanas sin ir al colegio. El año pasado murió mi madre y me libré de ir al curro dos semanas. ¡Dos semanas! ¡Vacaciones pagadas! Estas son las reflexiones que he recopilado después de un año...

Tío, mis padres la han palmado. Cuando tenía quince años, mi padre murió y estuve seis semanas sin ir al colegio. El año pasado murió mi madre y me libré de ir al curro dos semanas. ¡Dos semanas! ¡Vacaciones pagadas! Además de las que me corresponden anualmente. Si no fuera porque mi madre murió en circunstancias algo trágicas, casi sería como si me hubiera tocado la lotería.

Me pasé quince días estrechando la mano a directores de funerarias y haciendo trámites burocráticos. Porque la verdad es que nadie te explica qué tienes que hacer cuando tus padres se mueren. Nadie. Y hay mucho que hacer. Por ejemplo: ¿qué valor pecuniario debe tener el regalo que le haces a la vecina de al lado, cuya mirada se ha quedado perdida en el infinito desde que vio el cuerpo sin vida de tu madre? Respuesta: no lo sé. Le envié una cesta con cervezas por valor de unos 60 euros. ¿Resulta apropiado? ¿Quizá es demasiado? No lo sé, y nadie parece saberlo.

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Bien, estas son las reflexiones que he recopilado después de un año huérfano.

CONTEMPLAR EL CADÁVER DE LAS PERSONAS QUE TE HAN CREADO ES BASTANTE RARO

Los directores de funerarias tienen muchas cosas con las que lidiar: líquidos, cavidades, hojear un catálogo de ocho páginas de espantosos arreglos florales y fingir que todo eso importa. He notado que la parte más difícil de su trabajo es la de lograr que los cuerpos inertes de tus padres se parezcan a tus padres cuando estaban vivos.

Obviamente, los muertos tienen un aspecto muy diferente al de los vivos, es algo científico. Pero, ¿de qué sirve tener una larga conversación sobre cómo se peinaba tu padre ("Se lo peinaba con un peine mojado una vez cada década, quizá") o darles una bolsa de plástico con todo el maquillaje que usaba tu madre si luego los emperifollan y maquillan como si fueran dos concursantes muertos de una competición de baile de drag queens?

Ilustraciones por James Burgess

TE ENCUENTRAS CON MONTONES DE TRASTOS QUE NO NECESITAS

Nunca te paras a pensar en toda la mierda que tienes en casa de tu madre hasta que tienes que sentarte en el suelo con las piernas cruzadas y empezar a revisarla durante los aburridos días que pasan entre el fallecimiento y el funeral. Enumero algunas de las cosas que encontré: una caja de cromos de Panini de 1995-1996, casi todos de Paul McGrath; varias conchas que recogí algún verano de vacaciones no sé dónde; una Dreamcast, una consola con la que ningún ser humano ha jugado desde 1999; unos prismáticos con una esvástica; cerca de un millón de páginas de recetas arrancadas del suplemento del sábado de la revista Times. Nunca vas a hacer Mizeria. Tira todos esos trastos no nazis a la basura y borrón y cuenta nueva.

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TE INVITAN A MUCHAS MENOS COPAS DE LO QUE ESPERABAS CUANDO LE DICES A LA GENTE QUE ERES HUÉRFANO

Me habrán invitado como a dos copas por la muerte de mis padres. Creo que me invitan a más bebidas los compañeros de trabajo solo por bajar a buscarles la comida al restaurante de al lado.

LOS CUMPLEAÑOS SON DIFERENTES

Recibes muchos menos regalos.

LA SEMANA SANTA YA NO ES LO MISMO

Ahora me tengo que comprar yo la mona de Pascua.

LA NAVIDAD YA NO ES LO MISMO

He tenido que preparar YO la cena de Navidad.

TUS PADRES TENÍAN SECRETOS OSCUROS

Mi padre me caía bien hasta el otro día, cuando, 12 años después de su fallecimiento, me enteré de que había matado a nuestra perra. Aclaración: no es que un día la cogiera y la estrangulara con las manos, sino que tuvo que ponerle un cojín en la cara y asfixiarla porque no podía permitirse pagar a un veterinario y, en cualquier caso, la perra ya estaba en las últimas. Antes de saber eso, tenía muy buenos recuerdos de mi padre. Ahora, la única imagen que me viene a la cabeza es la de mi padre arrodillado sobre el cojín mientras Suzie se sacudía desesperadamente debajo de él. ¿Qué cojín usó para matarla? ¿Por qué me dijo que se había ido en paz? ¿A quién más habrá matado?

Son tantas las preguntas que me atormentan…

El padre de Joel

NO ES NADA FÁCIL DESHACERSE DE LAS CENIZAS

Habíamos olvidado que mi padre seguía con nosotros hasta que un año encontramos un Tupperware con sus restos en el fondo del armario de mi hermana. Lo que quedaba de la familia se reunió para ir a tirarlas en algún lugar importante. Si queréis hacerlo, preguntadle a vuestros padres, ahora que todavía están vivos y gozan de buena salud, dónde les gustaría que tirarais sus cenizas. Si has decidido ir a algún acantilado para echar las cenizas al mar una tarde de domingo, procura no hacerlo cuando haga viento, porque puedes acabar con tu padre en los pantalones.

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TE PASAS UNA SEMANA DE TU VIDA ESCOGIENDO LA MÚSICA PARA EL FUNERAL

Cuando mi madre murió, tenía unos diez CD: el single de "Mambo No. 5" de Lou Bega; Reload, de Tom Jones, un montón de basura de U2 y el álbum Jiggerypipery, de la banda homónima. Te estarás preguntando quiénes eran los Jiggerypipery: pues son un intento divertido aunque bastante mediocre de dar un toque moderno a la música de gaitas. Por otro lado, solo puedo pensar que una vez, allá por 1977, mi padre escuchó Rumours y pensó 'Vale, ya está. Ya he tenido suficiente música en mi vida', porque ese disco y Eric Clapton: Greatest Hits eran los dos únicos casetes que tenía en el coche cuando yo era pequeño y en casa cuando lo encontraron muerto junto al váter.

"Supongo que a él le gustaba… ¿Miles Davis?" Pusimos Miles Davis.

"Supongo que a ella… le gustaba mucho 'Ass in the Graveyard', de Jiggerypipery". Pues no pusimos "Ass in the Graveyard", de Jiggerypipery. Imagínate una habitación llena de gente de luto y que de repente sonara un solo de gaita mientras trasladan a mi madre en un féretro rodante hacia el infierno. Imagínate a los putos Jiggerypipery tocando su música gaitera mientras los presentes sollozan y esconden las lágrimas tras sus gafas de sol. La gente diría cosas horribles, como "¿Sabes? Quizá es mejor que se haya marchado", o "Lo siento, pero no podré ir al velatorio. Ya, ya sé que te has gastado 400 euros en el catering. No. Sí. No, no puedo ir porque has puesto un puto solo de gaita en el funeral". Y tendrías que entenderlo. Así que finalmente pusimos y no estoy de coña temas del musical Sarafina!, sobre el apartheid en Sudáfrica. La tasa de asistencia funeral:velatorio fue bastante buena (60:40).

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ENGORDAS

Cuando la única persona que te seguía diciendo que no comieras pizza todos los días sucumbe a un cáncer de hígado en julio de 2013, sabes mejor que nadie que en un año acabarás cogiendo unos kilos de más por no tener a nadie que te de esas amables reprimendas.

LAS PUNZADAS EN EL HÍGADO TE DAN SUSTOS DE MUERTE

Mi madre murió de cáncer de hígado y, tras años abusando de la sidra, el de mi padre se desintegró como un rollo de papel higiénico en el agua. No es de extrañar que el hígado no sea precisamente mi órgano favorito. Ejercicio para casa: prueba a tener un dolor en medio del torso después de que tus padres la hayan diñado sin pensar que no te estás muriendo también.

LAS CASAS SE DETERIORAN

Hace seis meses que no tenemos agua caliente en casa de mi madre y nadie sabe por qué. Otra cosa: ¿de dónde viene el polvo? Porque está por todas partes. También llegan unas emanaciones del sótano de las que nadie quiere hablar. ¿Es el olor de la muerte?

TU MEJOR COMPAÑERA A LA HORA DE DECORAR ES LA CINTA DE CARROCERO

Cuando pintes la casa de tu difunta madre quieres pintarla porque no puedes vender una casa que tiene la cocina de color rosa, el salón de marrón y el comedor de naranja, te puede ser útil el siguiente consejo: usa cinta de carrocero para cubrir todos los rodapiés, enchufes e interruptores, porque luego cuesta mucho quitar los restos de pintura de color magnolia de ahí.

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ECHAS DE MENOS MUCHAS MÁS COSAS DE LAS QUE TE IMAGINAS

Cuando era pequeño, todos los veranos llenábamos el maletero del coche con trastos y nos íbamos a algún sitio deprimente de la costa a pasar una semana. Cada vez que estábamos a punto de salir, sin excepción, a mi padre le entraban unas ganas incontenibles de cagar. Ya nunca volveré a ver a mi madre gritándole a mi padre que se diera prisa por la ventana del lavabo. Ya nunca más tendré que preparar el té mientras mi madre está fumando e intentando frenéticamente acabar un crucigrama y mi padre busca un Imodium en el cajón grande. Y tampoco tendré que volver a entrar nunca más en un baño con olor a diarrea vacacional. Es curioso lo que puedes llegar a echar de menos.

YA ERES UN ADULTO

A pesar de tener cara de niño, mentalidad de niño y cuerpo de niño fofo y enorme, técnicamente soy un adulto. Soy propietario de una casa. Soy el legítimo heredero del linaje de los Golby. He asistido a dos (dos) reuniones enteras con el banco.

"Espera, a ver si lo he entendido", dijo el director del banco. "¿Tu padre y tu madre han fallecido?".

"Sí."

"¿Los dos?"

"Sí."

"¿Se fueron a la vez o…?"

"No."

"Es que espero que no te importe que te lo diga eres muy joven para que te pase eso."

Ya lo sé, tío. Ábreme una cuenta de ahorros y cállate ya.

"Es que tienes  27 años"

"Ya."

"Eres más joven que yo."

"Sí."

"Y yo todavía vivo con mis padres."

"Ajá."

DORMIR EN CASA DE TUS PADRES TOTALMENTE SOLO SE HACE BASTANTE RARO

Sin familia, ni mascotas ni agua caliente, la cosa no es fácil. Cuando digo 'bastante raro', me refiero a que 'da un miedo que te cagas'. Guarda uno de los palos de golf de tu padre debajo de la cama. Por si acaso.

@joelgolby