Cosas que haces mejor cuando vas borracho

¿Os acordáis de ese perro llamado Lassie? Era colega de un niño y le ayudaba a hacer todo tipo de mierdas. Era su colega. Los niños y los perros siempre se han llevado bien, ¿no creéis? Pasaban aventuras y resolvían crímenes. Bueno, esto último me lo he inventado pero podría ser. Existía una versión como de los años 50 pero yo me estoy refiriendo a la versión de los 90, la que yo vi. El caso —lo que quiero decir con toda esta mierda del perro— es que, a veces, estar borracho, es como tener al puto Lassie a tu lado; una ángel de la guarda, un ayudante, un compañero fiel con el que puedes confiar y hacer que ciertos menesteres se resuelvan de forma más efectiva.

Vale, es cierto que hay ciertas circunstancias en las que intentar compatibilizar una actividad concreta con tener que digerir cinco gimlets no es precisamente la mejor opción, como cuando tienes que llevar a tus hijos al colegio o cuando intentas convencer a tu novia de que no se vaya por la puerta con esas maletas llenas de ropa y objetos personales. Aún así, hay otros menesteres que bailan en perfecta sintonía con el hombre ebrio, todo es cuestión de dejarse llevar, traspasar el umbral, romper convenciones y desestructurar la lógica. ¿Perdón? No te oigo. ¿Puedes decirlo más alto? Ah, ¿que "de qué menesteres estoy hablando"? Pues mira, aquí están, justo después de los dos puntos:

Siempre te ha costado. Nunca has entendido por qué la gente se reúne en bares para tomar cafés y tés y mierdas de estas calientes que realmente no sirven para nada pero que hay que pagar de todos modos. Las sobremesas, eso también lo odias. Cuando vas en coche con tu familia prefieres poner la radio que tener que escuchar a tu hermana. No es lo tuyo. Por eso, cuando te bebes unas cuantas copas todo este infierno no te parece tan patético incluso crees encontrar algo bello en todo esto de la comunicación. Te das cuenta de que no lo haces tan mal y que incluso la gente te mira a los ojos y te escucha. "¿Cómo puede ser que a la gente le pueda interesar otra gente?" te preguntas. Pues eso pasa y te está pasando a ti porque has bebido. Lo que está claro es que no entra en tus planes pasarte el resto de tu vida borracho para aceptar este juego social.

Hablar con sobriedad con estos tipos no sirve de nada. Si te ponen una multa por mear en la calle tienes que aceptarla y ya está, tu palabra no sirve de una mierda ante la ley. Por lo contrario, si estás borracho, puedes insultarles y sacarte los genitales delante de ellos sin verte frenado por el deprimente sentido común. Esto puede empeorar las cosas pero al menos no tendrás el orgullo herido. Ahhhhhhh, no hay nada mejor que espetarle a uno de estos tipos algo como "no tengo la culpa de que a tu madre le saliera mal el truco ese de abortar con un percha".

¿Por qué crees que durante las primeras citas los supuestos interesados siempre hacen eso de "ir a tomar unas birras"? El alcohol ayuda a perder los miedos y a tolerar las deficiencias de los demás pero lo mejor de todo es que te desinhibe y puede convertir un polvo mediocre (en fin, lo que viene a ser un polvo normal) en una ensalada de parafilias extravagantes y superación de prejuicios. Todos esos pasos que nunca te atreverías a dar en tu sobriedad resultarán francamente cómodos si los hundes en ginebra. ¿Varios dedos en el culo? Joder, ¿por qué no?

Los niños y los bichos viven en planos conscientes distintos al nuestro, planos a los que solamente se puede acceder lanzando una ramillete de flor de las nieves manchada con la sangre de una gallina virgen encima de una piedra caliza y pronunciando "Setam Nar Abremis", es entonces cuando lograremos abrir un portal dimensional directo a la psique de estos seres puros y bellos. Pero si esto te parece demasiado complicado también puedes beberte unos cuantos vasitos de licor de hierbas, el asunto tendrá el mismo efecto y no tendrás que lidiar con movidas esotéricas.

A los niños les gustan los borrachitos porque hacen estupideces y bailan y son de los pocos adultos que se atreven a mirarlos y hablar con ellos como si fueran personas interesantes. Desde fuera puede parecer un espectáculo patético e incluso peligroso, puede que incluso los niños sufran un poco pero aquí lo importante es que tú creas que ellos se lo están pasando de pelotas, ahí, bailando con el tito Arnau (ese eres tú). Con los perros y todo esto pasa lo mismo, a los tipos les encanta que te tires por el suelo e intentes tocarles la panza con la nariz. Nunca han visto a un ser humano vestido haciendo esto y puede que nunca más lo vuelvan a ver.

No temas equivocarte, no temas apretar el botón "enviar". Si estás cargado de odio y tienes cuatro o cinco cosas que decirle a alguien, no te frenes, no permitas que la razón tome el control. Que no te importen las consecuencias; perder amigos, trabajos o amores no es realmente tan jodido, lo que debes tener en cuenta es que lo que percibes cuando vas borracho es la verdad absoluta.

Toda tu familia y amigos llevan toda la vida diciéndote que te cuesta mucho expresar tus sentimientos. Tú no compartes su punto de vista y simplemente crees que te expresas de una forma poco convencional (recordemos ese libro de poemas que fotocopiaste y titulaste " F(r)eelings"). El caso es que con unos cubatas te cuesta menos decirle a tus amigos que les quieres o que son un modelo a seguir para ti, cosa que realmente no crees pero que al menos hace que tus amigos crean que puedes llegar a expresar lo que tienes dentro de tu corazón de hierro.

Te pasas la vida mintiendo pero nunca lo haces tan de puta madre como cuando vas bien puesto, más que nada porque en estos casos no tienes ningún tipo de empatía, es más, todo esto de "la realidad" y "vivir" te parece una especie de juego. Eres el actor perfecto, alguien salido del jodido Actors Studio, un mago. El sudor frío, la mirada perdida, los temblores, las pérdidas de equilibrio. Todo suma a generar veracidad.

Es cierto que estar borracho es realmente patético y las resacas no valen la pena, es mucho mejor, simplemente, no hacer nada. De todos modos, con el tiempo, todo es demasiado difícil y como, evidentemente, no podemos fiarnos ni de las personas ni las cosas, beber puede ayudar un poco. Hace que dejes de pensar y te conviertas en un ser que vive, como un árbol o un erizo. Simplemente existir, fusionarte con la existencia como una fina capa que lo cubre todo. Dejar de ser uno mismo, despojarse de la conciencia y el individualismo, y convertirte en un todo. Es así como soportas que tu mujer haga eso de inclinar un poco el móvil para que tú no puedas ver qué está haciendo —crees que lleva meses chateando con algún capullo que se la folla. Es así como soportas que las únicas personas con las que haces cosas sean tus compañeros de curro, esa gente que ni sabe tu segundo apellido. Es así como soportas todo esto de las canas y tener un cuerpo cada vez más parecido al de un señor mayor. Es así, básicamente, como lo soportas.