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Lo que menos me gusta, en cambio, es que me resulta inevitable preguntarme cómo podría ser este mismo disco si no se hubieran preocupado tanto de hacer que fuera tan accesible para todo el mundo. Si se hubieran aventurado a algo más arriesgado. Por otro lado, me da la impresión de que hay cierta monotonía. Esperaba quizás más temas animados, pero en este disco predomina la melancolía y la tristeza. No sé cómo de objetivo se pretende que sea muy juicio, pero yo disfruto más otro tipo de emociones en la música.Si Adele fuera una banda de los 80 sería algo así como los Scorpions sin Schenker, en su época de baladas.
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