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Cultură

¿Cómo afecta a una relación que uno de los dos confiese que es transgénero?

Hace cuatro meses, durante unas vacaciones, Anja regresó a su habitación de hotel y encontró a su novio Tim probándose su ropa interior. "¿Seguirías conmigo si fuera mujer?", le preguntó.

Imagen por Ron Sanderson vía

Hace cuatro meses, durante unas vacaciones, Anja regresó a su habitación de hotel y encontró a su novio Tim probándose su ropa interior. Sorprendida, se quedó en la puerta y rió porque no sabía qué más hacer. Al final de las vacaciones, Tim le preguntó: "¿Seguirías conmigo si fuera mujer?".

Cuando conocí a Tim y a Anja —que no son sus verdaderos nombres—, Tim llevaba puesto unos shorts y una chaqueta gris sobre una camiseta lila. Sus labios estaban pintados de un tono sutil de rojo y había cubierto algunas imperfecciones de su rostro con un corrector un poco más oscuro que su tono de piel. Para este artículo, pidió que usáramos "Tim" y "él" al referirnos a su persona. Es lo que él quiere y es lo que hacen todos en su entorno. "Sonaría raro que me llamaran 'ella' a pesar de ser correcto".

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Tim es un año mayor que Anja y estudia Física. Los conocí en un local de hamburguesas; venían de la ópera. Estaban comiendo una hamburguesa y compartiendo una Fanta. Anja llevaba un vestido negro y el pelo rubio recogido. Quiere ir a bailar a algún club o tomar algo en un bar, pero a Tim no le apetece. Dice que se siente incómodo con tanto músculo y alcohol a su alrededor.

Tim se dio cuenta de que su cuerpo no correspondía con la idea que tenía de sí mismo cuando era solo un niño. Siente repulsión hacia su masculinidad desde su primera erección. Cuando la carga se volvió insoportable para él, se empezó a cortar en el antebrazo. Poco después, hizo lo mismo con su pene. "Es como una enfermedad, como un tumor. No me pertenece".

Anja coge su teléfono para enseñarle fotos de la ciudad a la que fue a dar un concierto de piano ayer y se emociona cuando llegan a las fotos de las farolas a lo largo de las calles. Anja y Tim empezaron a hacer fotos de farolas bonitas durante sus viajes a Colonia, Hamburgo y Düsseldorf. Él sonríe y le acaricia el muslo.

Tim y Anja empezaron a salir hace un año y medio, cuando estaban practicando para un concierto de piano. Ella se enamoró de la elegancia de sus manos. Sus dedos son largos y tiene las uñas limadas. Él se enamoró de su forma femenina, de sus labios y sus senos, dos características que le encantaría tener. "Mi sueño es tener un cuerpo como el de Anja", dice Tim.

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Se quedaban hablando durante horas después de cada práctica de piano. "Él es muy sensible y especial", dice Anja. Se dio cuenta de que a Tim no le gustan los hombres que se comportan como machos. De hecho, una vez amenazó con irse de un bar en cuanto entró un grupo de chicos revoltosos que venían de su entrenamiento de fútbol. A ella le encanta que él sea así. Van a tiendas de belleza juntos para probar cremas y perfumes. "Las mujeres tienen la piel más suave", dijo Tim. "Trato de compensar eso con productos para el cuidado de la piel". Anja escogió una fragancia de hombre para él.

Dos personas que no son Tim y Anja. Foto por el usuario de Flickr Kurt Löwenstein Education Center

Anja es su primera novia y es la única persona con la que se acostó pese a estar avergonzado de su cuerpo. "El sexo es hermoso", dijo Tim. "Pero mi cuerpo me da vergüenza". Anja exhala fuertemente por la nariz. "La vergüenza es el eufemismo del año", dijo Anja. "Tardaste mucho para desnudarte delante de mí".

A ella le gusta el cuerpo que él odia, le gusta su estatura. "Me enamoré de él como hombre. Si se somete a cirugía y a un proceso de transición, probablemente ya no me voy a sentir sexualmente atraída hacia él". A ella le gustan sus hombros fuertes, sus caderas angostas y su pene. No le gusta que haya dejado de hacer ejercicio y empezado a comer mal —quiere tener más grasa corporal porque así son las mujeres—. "No entiendo por qué quiere cambiar su cuerpo", dijo Anja. "Siento que quiere destruir algo que ya es hermoso". Tim no mira a su novia. Empieza a temblar un poco y un trozo de lechuga que acaba de sacar de su hamburguesa se le escapa de los dedos y cae en la bandeja.

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Anja no es la única razón por la que Tim duda en cambiar de sexo. También le da miedo seguir pareciendo masculino después de la cirugía. "Si se sigue notando que no nací como mujer, entonces no sentiría que es real". La siguiente frase que dice parece memorizada, está claro que ya la ha utilizado muchas veces antes: "Lo ideal sería apretar un interruptor y convertirme en mujer".

La transición física de Tim de hombre a mujer empieza con la terapia de hormonas para que se suavice su piel y le empiecen a crecer los senos. Las operaciones van por etapas y tienen que pasar mínimo seis meses entre cada una. Como las hormonas no van a cambiar la voz de Tim, va a tener que hacer ejercicios de pronunciación para poder hablar con un tono más agudo. Todavía no ha hablado de esto con Anja. Dice que se siente incómodo al tener que hacer tanto para tener cuerpo de mujer.

Los padres de Tim tampoco saben de su futura transición. De hecho, nunca había hablado con ellos sobre cómo se siente hasta que encontró una terapeuta y fue a varias consultas con cirujanos. Su padre cree que es "ridículo" que quiera vivir en el cuerpo de una mujer. "Dijo que no soy mujer y que nunca voy a pensar como una".

La terapeuta de Tim le sugirió acudir a un especialista en hormonas. También le explicó que su seguro tiene que revisar su historial psicológico para cubrir el coste de su transición.

Hace poco, Tim y Anja empezaron a hablar sobre sus posibles nombres como mujer. "El amor no depende del género", dijo Anja. "Pero va a ser un relación diferente. Vamos a ser como familia o como mejores amigas". Anja sugirió varios nombres y al final Tim escogió Anikka.