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David Lynch

Soy fan de toda la vida de David Lynch.

ENTREVISTA POR JESSE PEARSON

FOTOS DE AP, MANIPULADAS POR TARA SINN

Soy fan de toda la vida de David Lynch. Recuerdo tener que robar una copia de

Terciopelo Azul

y verla en casa de un amigo porque mis padres pensaban que era demasiado rara para mis 12 años. Vi cada episodio de

Twin Peaks

las mismas noches en que fueron televisados originalmente. Fui al cine el día que salieron las películas

Corazón Salvaje

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y

Twin Peaks

(

El Diario de Laura Palmer

). Queme parta un trueno si este tío no ha hecho algunas de las películas más originales, excitantes, profundas y preciosas de toda la historia del celuloide.

Ya que me lo preguntas, he aquí hay una lista de mis cosas favoritas de David Lynch, en orden descendiente desde lo mejor hasta lo sencillamente buenísimo:

• Los episodios de

Twin Peaks

dirigidos por él.

Terciopelo Azul

• Inland Empire

• Mulholland Drive

• Corazón Salvaje

(ésta encabezaba mi lista cuando tenía 15 años)

Twin Peaks: Fuego camina conmigo (la película)

• El Hombre Elefante

• Cabeza Borradora

• Dune

• Sus primeros cortos

Catching the Big Fish

No me gustó

Carretera Perdida

, pero dejémoslo correr.

Ahora viene lo curioso de esta entrevista. David Lynch y yo mismo practicamos esa cosa llamada Meditación Trascendental, inventada por ese pavo llamado Maharishi Mahesh Yogi en los años 50. Los Beatles practicaron esta técnica, Howard Stern y Jerry Seinfield también. Vaya panda, ¿eh? Hace unos años ya entrevisté a Lynch para

Vice

y sólo hablamos de esto. Creía que esta vez hablaríamos sobre MT y otras cosas, más profundas, cómo la vida y sus pelis, y eso hicimos, hasta cierto punto. Pero tenéis que entender que para Lynch los principios de la MT son muy importantes. Su vida gira alrededor de ella. No importa lo que le preguntes, los más probable es que lo relacione con la meditación. Cuando terminé de escuchar la cinta de esta entrevista me di cuenta de que sí, hablamos mucho sobre la MT. A lo mejor es muy freaky hablar tanto sobre la MT en esta revista. Puede, hasta cierto punto, sonar cómo un spot de su espiritualidad. Quizá no debería hacer esto.

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Pero luego me di cuenta de algo: yo soy el editor de esta revista y vosotros no. Así que… que os den si no queréis leer esto. A continuación os presento a Lynch y un servidor hablando sobre la meditación, sobre lo que nos une, sobre la iluminación y sobre el queso.

Vice: Saludos, Sr. Lynch. No se sí te acordarás, pero te entrevisté años atrás. Básicamente sólo hablamos sobre la Meditación Trascendental.

David Lynch:

No me digas.

Yo también la practico, desde pequeño.

¡Genial, Jesse!

Ahora quisiera hablar también sobre la MT, pero para ir más allá. Sé que la meditación es muy importante en tu proceso creativo. A menudo me pasa que interrumpo mis meditaciones porque me vienen ideas a la cabeza. ¿Te pasa también a ti esto?

Mira, los Beatles le hicieron la misma pregunta a Maharishi cuando estaban con él en el Rishikesh en 1968. Les surgían ideas mientras meditaban. Él les dijo: “Id, escribidlas y volved a meditar.”

Ya veo. Haré eso a partir de ahora.

Las ideas aparecen muy claras cuando meditas y es muy emocionante cuando llegan. Pero, si esperas hasta terminar de meditar, lo más probable es que se te olviden.

Eso me habrá pasado unas mil veces. ¿A ti te pasa lo mismo?

Ya no, si me viene una idea realmente buena, paro, la escribo y continúo.

Ahora que lo pienso, si hay una interrupción luego se me hace más fácil volver a una meditación profunda que a una más leve.

Sé lo que quieres decir, pero muchas veces una meditación “leve” o “profunda” son cosas subjetivas. Si te vieras a ti mismo a través de un monitor de electroencefalograma, te sorprendería ver cuantas veces estás transcendiendo durante una meditación.

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Creo que es una cuestión de cúspides y valles.

Si, subes y bajas. A lo mejor llegas, pero no te enganchas, pero has logrado lo transcendental, que es el nivel más profundo. Experimentas esto muchas veces en cada meditación.

Solo por diferentes periodos de tiempo.

Eso es.

Eso me resulta familiar. Creo que tenía alrededor de siete años cuando empecé a tener experiencias trascendentales mediante la meditación.

[

se ríe

] Eso es fantástico.

Era bastante gracioso. Mis abuelos y amigos pensaban que me había metido en una secta.

Pues, para que lo sepan vuestros lectores, la Meditación Transcendental no es una religión, ni un culto, ni una secta… Es una técnica mental—una forma antigua de meditación—que libera el potencial humano hasta su máxima expresión. A esta máxima expresión del ser humano se la llama Iluminación. Lo realmente insensato es

no

meditar jamás.

Me da que muchos de nuestros lectores se estarán riendo ahora mismo porque no son para nada receptivos a este tipo de cosas… En fin, qué le vamos a hacer. En mi opinión eso es una verdad como un templo: no meditar es desperdiciar tus propias capacidades.

¡Ahí está! Uno tiene ese potencial, pero no lo alcanzará al menos que experimente la trascendencia al nivel más profundo. Conciencia pura. Cada vez que experimentas lo trascendental, te imbuyes de ello y fortaleces tu conciencia. Creces en inteligencia, creatividad, felicidad, amor, energía y paz.

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En todo lo que es bueno, básicamente.

El único efecto secundario es que la negatividad comienza a desaparecer. Aquí siempre sales ganando.

Lo sé, lo sé.

Ya, tú lo sabes, pero tenemos que decírselo a vuestros lectores [risas]. A veces la gente lo entiende y le entran ganas de hacerlo. Quizá al leer esta entrevista habrá gente que piense “¡Yo quiero!”. Estas cosas pasan, cada vez más y más.

Si los comentarios que los lectores dejaron Viceland.com son un indicativo fiable, después de esta entrevista nos llevarán a la hoguera. Da igual, sigamos. Según lo que he leído sobre tu proceso de trabajo, las ideas te pueden llegar y a lo mejor tardas años y años en utilizarlas.

A veces, sí.

¿Qué método usas para conservar las ideas?

Las escribo en pedazos de papel y las meto en una caja. Tengo una caja de ideas. De vez en cuando la abro y una idea se me aparece como un tesoro. Entonces empiezo a pensar en ella y, ya sabes, donde está la atención es donde nace la vida.

Vale.

La atención reconcentrada tiene cualidades mágicas. La idea cobra vida y puede ponerse a nadar con otras ideas, como pececillos. Y entonces algo nuevo emerge.

Pero puede suceder que una idea cambia en otro contexto, en cinco años pueden pasar muchas cosas. Y algo que era intrigante y misterioso cuando te vino la idea puede aclararse cinco años más tarde.

¡Claro! Las ideas tienen su propio tiempo para ser. Por alguna razón, en un momento dado, lees una idea antigua y te enloquece porque te encanta, porque ahora sí tiene sentido.

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¿Alguna vez miras tus películas viejas?

A veces. Mi hijo Riley no las había visto, así que hace poco las vimos todas juntos. Pasa lo mismo que con mis pinturas—a veces vale la pena volver y ver tu trabajo antiguo. Es como la caja de ideas. Puedes ver algo que habías visto de cierta manera entonces, y algo de esto puede nutrir y rejuvenecer el trabajo que estás haciendo en ese momento.

¿Cómo le llamas al lugar dónde surgen las ideas? ¿El subconsciente?

No. Todo—

todo

—surge del campo unificado. Es un océano de conciencia pura. Es trascendental. Hoy en día la física cuántica dice que todo lo que es

algo

ha surgido de este campo. Siempre están naciendo y creciendo cosas nuevas. Así que una idea surgirá, pero no conocerás esa idea hasta que entre en tu mente consciente. Eso sí, si expandes tu consciente y puedes atrapar ideas a niveles más y más profundos, tendrán más información y energía. Además, ¡cuanto más entiendes las cosas, más hay por entender!

Eso es verdad. Y puede dar hasta miedo.

Todos nos fiamos de las ideas.

Tu trabajo más reciente, en concreto Mulholland Drive e Inland Empire, hasta cierto punto tiene un ritmo meditativo, a mi modo de ver. Nos dejamos ir, conseguimos enfocar, nos dejamos llevar de nuevo y conseguimos enfocar. ¿Hay algo de eso o se me está yendo la pinza?

Bueno, siempre digo que estas dos películas, al igual que cualquier otro film, están basados en ideas. No estoy tratando de duplicar una experiencia meditativa. Intento trasladar ideas, hacerlas sentir en el cine de la misma manera que llegaron a mi mente. Todo está basado en las ideas que surgen.

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Sin la idea no hay nada.

Exacto.

¿Por qué crees que los espectadores sienten tanto el deseo de saber el significado de tus películas?

Siempre digo lo mismo: somos como detectives. El mundo del film es otro, con nuevos personajes y situaciones. Cuando las cosas te las presentan digeridas no tienes ningún problema para entenderlas. Cuando se abstraen, entonces el entendimiento varía y las personas pueden tener diferentes interpretaciones basadas en su manera de ser. En la vida siempre estamos mirando cosas y pensando y analizando esto y lo otro, tratando de controlar lo que está sucediendo, al igual que cuando ves una película.

Así que del mero hecho de estar caminando por la calle pueden surgir miles de misterios.

Exacto.

Pero, aún así, ¿no te agobia que la gente siga preguntándote que significan algunas cosas en tu trabajo?

Pero nunca digo lo que significan. Les digo “Tú sabes por ti mismo lo que significan, y eso es válido”.

Tus películas pueden dar mucho miedo. Conozco a gente que no puede mirar la primera escena de Winkie en Mulholland Drive. ¿Qué crees que la audiencia puede sacar del hecho de sentir miedo ante una película? Sé que hay algo valioso en ello, pero no soy capaz de decir qué es exactamente.

Se que las imágenes pueden causar miedo, pero eso son sólo ideas que me vinieron, o que llegaron

con

ese miedo. Pero, en realidad, no hay nada que asuste en ellas. Es sólo cómo se construye la escena, la manera en que la cámara se mueve y la manera en que se diseña el sonido. Todo se conjura para hacer que la audiencia diga “Wow”—de la misma manera que yo dije “wow” cuando tuve la idea. Del mismo modo, las ideas pueden llegar y conjurar imágenes bonitas también.

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Claro.

Hay que ser agradecido con las ideas, porque te dicen por dónde ir. La intuición te dice cómo ir. La intuición es la herramienta más importante para el artista.

Sin intuición no se puede hacer arte.

Nadie se convierte en un pintor o un cineasta con tal solo leer un libro. Hay otra cualidad abstracta y se llama intuición. ¡La herramienta número uno!

Volviendo al tema del miedo… Tal y como lo explicas suena muy sencillo, pero una escena de terror en una de tus películas es algo más que la suma de todas las partes. ¿Me puedes decir algo que te dé miedo?

No soy más raro que cualquier otra persona. El miedo a morir es el mayor miedo. Todo lo demás son minucias.

“Todo—todo—surge del campo unificado. Es un océano de conciencia pura.” ¿Hay algunas maneras específicas de morir que te asusten especialmente?

[

risas

] Sabes, uno no quiere sentarse y empezar a pensar en eso. Pero a veces llegan las ideas que implican el miedo y la muerte—el miedo a lo desconocido—y no saber a dónde nos lleva un camino.

A lo mejor parte del placer de ver cosas aterradoras es que es una manera segura de experimentar el miedo a la muerte a pequeña escala.

Eso es clave. Siempre digo, “Sufre en la pantalla. No en tu vida.” El artista no tiene que sufrir para comunicar sufrimiento. Puedo estar muy, muy, contento rodando una escena de muerte porque no tiene nada que ver con cómo estoy en mi interior. Sólo traduzco ideas. La gente puede ir y tener una experiencia aterradora en el teatro, luego salir y regresar a un mundo que está más o menos bien. Aunque hoy en día mucha gente sale de la sala para adentrarse en un mundo mucho peor que las cosas horripilantes que acaba de ver en la pantalla grande.

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Eso es interesante porque algo que suele decirse sobre ti y tu trabajo—especialmente desde que comenzaste a hablar tanto en la prensa sobre la meditación—es lo siguiente: “Si este tío está tan interesado en la búsqueda de la serenidad y la luz, ¿por qué sus películas son tan oscuras?”. Creo que es un punto de vista muy tonto.

Pero es una pregunta legítima.

Creo que lo que dices sobre poner el sufrimiento en la pantalla grande en vez de en la vida cotidiana lo contesta todo. ¿Qué le dirías, por cierto, a mi amigo que es demasiado miedoso como para acabar de ver la escena de Winkie?

Una película es como leer un libro. Puedes leer un libro y puede dar mucho miedo, ser una historia horrenda que te engancha. Pero puedes parar de leer en cualquier momento, hacerte una taza de café, dar una vuelta o lo que sea, ¿sabes? Tú decides entrar en el mundo del libro.

El cine te puede atrapar mucho más que un libro.

Pero los libros también están muy bien.

Claro, claro. Y ahora, quizá te parezca una chorrada, pero siempre he querido preguntarte si crees en lo paranormal.

Bueno, esto me hace pensar en mi amigo John Hagelin, que es uno de los físicos cuánticos más importantes del mundo. Sabemos que hay diez dimensiones del espacio y una del tiempo. Hay mundos sobre mundos sobre mundos, en los cuales ocurren todo tipo de cosas, pero una persona se puede perder en ellos—por mucho tiempo. Quieres pasar de todo esto y experimentar lo trascendental. Ahí es donde viene todo el poder que rige el universo y los universos. Es como dice Maharishi: “Conquista el fortín primero y entonces todos los territorios son tuyos.”

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Hace un rato mencionaste la belleza. ¿Me puedes decir alguna imagen bonita que hayas visto recientemente?

¡Pues básicamente todo! Aquí va otra expresión, y esta es de Vedic: “El mundo es como tú eres.” Es un secreto. El mundo es como tú eres. Si quieres ver un mundo cada vez mejor, empieza a expandir tu consciencia. Todos tenemos el poder de hacerlo. El mundo empieza entonces a verse más brillante y bonito y la gente parece más bonita y familiar también. ¡Todo es belleza! Otra analogía es que si llevas unas gafas verde oscuras y sucias, entonces ése es el mundo que ves. Pero si las limpias y les añades tonos rosados y dorados, entonces

ése

es el mundo que verás.

Creo que mucha gente teme que el hecho de ajustar su actitud les suponga mucho más esfuerzo del que realmente es.

Esto es un proceso natural. Esto no va de “intentarlo” o “esforzarse”. En la MT la palabra “intentar” no existe. Es algo que no supone esfuerzo alguno, es fácil. Un niño de diez años puede hacerlo.

Hace poco estuve mirando tu serie de fotografías de mujeres rodeadas de humo. Me hizo pensar en tus personajes femeninos y en cómo por lo general son mujeres misteriosas y peligrosas, guardianas de grandes secretos. ¿Crees que los hombres son capaces de entender de verdad a las mujeres?

Somos capaces de entender la totalidad. Pero muchos de nosotros no podemos entender a las mujeres

[risas

]. Y ellas no nos entienden a nosotros. Esto es interesante. Son misteriosas y extremadamente bellas. Podrías tomar fotos de mujeres toda la eternidad y siempre encontrarías algo nuevo.

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¿Así que las mujeres tampoco comprenden a los hombres?

No nos entendemos los unos a los otros, honestamente, pero las entiendes más cuando empiezas a expander tu consciente. ¡La iluminación es el entendimiento infinito!

A lo mejor algunas personas tienen una idea diferente de lo que significa “comprender”. Para mí no significa solucionarlo todo como si de un problema matemático se tratase. Se trata más bien de coexistir con lo que se tenga que entender y, hasta cierto punto, convertirse en ello.

Es conocerse de verdad.

No tiene nada que ver con llegar al final de una ecuación.

Bueno, hay ciencia objetiva y ciencia subjetiva. Ahora las dos se están fusionando. En otras palabras, la comprensión intelectual nunca te llevará hasta el final. Tiene que ser conocimiento intelectual y también experiencia. La experiencia es lo que nos falta en la vida.

Hay rumores de que nunca volverás a hacer películas narrativas.

No, no, no. [

risas

] He terminado con el

celuloide

. Aunque es muy bonito, de ahora en adelante trabajaré solamente en el mundo digital.

¿Estás trabajando en alguna película ahora mismo?

Voy a hacer un documental sobre Maharishi y luego no sé que haré.

Tenemos una entrevista con Werner Herzog en este número y nos ha contado que habéis hablado de cómo hacer buenas películas por menos dinero que el típico presupuesto de Hollywood. ¿Crees que se gasta demasiado dinero en esta industria?

Eso está clarísimo. Hacer cualquier cosa cuesta dinero pero no necesariamente esas cantidades absurdas. Siempre digo que en esto de hacer cine es clave el tamaño del corral que te dan. Si estás en uno pequeño y tienes alrededor de un millón a medio de dólares, pensarás en maneras de hacer las cosas con esa cantidad de dinero. Si estás en un corral de 100 millones de dólares, no vas a pensar mucho. Sólo vas a derrochar el dinero.

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¿Sueles filmar con tu cámara digital aunque no estés trabajando en ningún proyecto en concreto?

No, no me apetece hacer esas cosas. Si tuviese una cámara tipo Flip, a lo mejor sí, pero me gusta tener una idea clara y luego realizarla, no ir tonteando sin más.

Del modo que trabajaste en Inland Empire, para la cual rodaste una escena aquí y otra allá a lo largo de varios años.

No dije “Quiero hacer un film que me tome mucho tiempo en producir.” Pero así sucedió. Puedes estar mucho tiempo sin una idea y de repente te llega un chorro a presión.

Permíteme cambiar radicalmente de tema. Le pregunté a un amigo que te conoce qué debería preguntarte y me dijo que te preguntara sobre el queso. ¿Me estaba tomando el pelo?

Bueno, a mi me gusta comer queso. Y a veces me gusta pensar en él.

¿En qué sentido?

Cómo se originó. El elemento mágico es que sabes que hay una vaca. Y también hierba y la luz del sol. Y luego aquí tienes el queso.

Pues pensando en qué se debía referir mi amigo con lo del queso me acordé de esa escena extra en el DVD de Inland Empire en la que enseñas cómo hacer quinoa. Te parecerá una chorrada, pero me pregunté qué te gusta para desayunar.

No desayuno. Sólo tomar cappuccinos.

Tengo entendido que tomas cantidades ingentes de cafeína.

Sí.

Unas 15 tazas diarias de café, he leído.

Puede que ése sea el promedio, sí.

Me imagino que te preguntan esto todo el tiempo, pero, ¿qué piensas al respecto de los efectos en tu salud de toda la cafeína y todos los cigarros que consumes?

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Tienes que vivir tu vida. Últimamente—a causa de algunas personas de San Francisco—todo el mundo parece estar en guerra con los fumadores.

Ya no se puede fumar en ninguna parte.

Bueno, en L.A. todavía se puede. Es genial porque aquí hay muchos restaurantes con terraza. Así que hay muchos sitios donde puedes fumar. Pero hay coches por todos lados, ¿ves? Creo que cualquiera preferiría fumarse un cigarro a estar detrás del tubo de escape de un coche durante el tiempo que dura un cigarro. Los coches contaminan mucho más que un cigarro.

Creo que los activistas antitabaco están más preocupados por contraer cáncer al ser fumadores pasivos, lo cual me parece ridículo cuando aplican la ley a lugares públicos.

Si pasases todo el invierno en una cabaña junto a un fumador y tú no fumas, ahí puedo ver un problema. Pero es que hoy en día si enciendes un cigarro a 15 metros de alguien en algún parque, se vuelven todos locos.

Los fumadores se están convirtiendo en parias.

Sé que no es saludable, pero me encanta el tabaco desde que era un crío.

¿A qué edad empezaste a fumar?

Creo que tenía cinco o siete años cuando probé mi primer cigarrrillo.

Vaya. Así que eras de los que se escondían detrás de la casa para poder fumar.

Sí.

¿Eres el tipo de persona que seguirá fumando mientras pueda?

No lo sé. Puedo tener un arranque un día y dejarlo. Pero, por ahora, disfruto del tabaco y de la vida.