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¿Democracia Real?

Normalmente se tardan unos diez minutos en recorrer los cerca de 650 metros que van desde el icónico edificio Metrópolis de Madrid hasta la zona adyacente a la fuente de Cibeles. El problema es que si de frente y caminando en sentido contrario vienen las 15.000 personas, según la web el Manifestódromo, que respondieron el domingo 15 de mayo a las 18.00 en Madrid a la llamada de Democracia Real Ya para protestar por un cambio que conlleve un futuro digno, el trayecto es más largo y dificultoso pero increíblemente más entretenido. Un camino jalonado de ministerios, bancos monumentales, palacios y edificios de altos techos por el que el lema “Lo llaman democracia y no lo es” reverberó toda la tarde hasta que la carga de los antidisturbios puso fin a la jornada desalojando la plaza de Callao pasadas las 22.00.

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Entre otros gritos más directos como “PSOE, PP, la misma mierda es”, Pablo habla, rodeado de las pancartas de la cabecera, con una claridad que parece salir de tener tiempo de sobra para reflexionar sobre su futuro. Parado de 25 años y cobrando trabajos esporádicos con los que trata subsistir, asegura que se identifica plenamente con las reivindicaciones de la marcha dirigidas a la intervención de la “Economía”, pero desconfía de protestas convocadas solo por un sector de la población y mucho más de los “mayos del 68”, que asegura tienen el riesgo de desinflarse al pasar las elecciones. “Seguiré acudiendo pero si no se traduce en nada el 22-M, estar aquí habrá sido en vano”.

Más optimista era el lunes Fabio Gándara, uno de los portavoces de Democracia Real Ya. Explica que creían que sería un éxito pero no a este nivel. La anterior convocatoria de este estilo, [el pasado 7 de abril](http://viceland-assets-cdn.vice.com/blogs/es-photos/2011/04/08/fotos-de-la-manifestacion-de-jovenes-sin-futuro-que-tuvo-lugar-ayer-en-madrid/ target=blank), congregó a poco más de 2.000 personas. Su intención ahora es coordinarse con colectivos similares de toda Europa para lograr después del verano una respuesta globalizada. “Demostraremos que este término también puede aplicarse a la ciudadanía”, asegura mientras comenta que no harán nada antes de las elecciones pero que apoyan las muestras desobediencia civil como la del grupo “Acampada en Sol”.

[Este grupo acampó tras el fin de la manifestación en la puerta del Sol con intención de permanecer hasta el día de las elecciones. Establecieron un pequeño campamento, decoraron con sus reivindicaciones la esfera/tortuga de entrada al metro y eclipsaron con su presencia un acto de promoción electoral de su odiado Partido Popular que sucedía al otro lado de la plaza la tarde del lunes. Fueron [desalojados de madrugada](http://www.youtube.com/watch?v=DdJ371yae7g&feature=youtu.be target=blank), acabando con una persona detenida y un policía herido. Tras esto, los servicios de limpieza tomaron la zona para borrar los rastros del campamento]

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En mitad del caudal de gente del domingo, junto a una batucada que acerca más su ritmo al propio de una discoteca de sábado por la noche que al de una soleada tarde de domingo, Laura es puntillosa con el lenguaje. Escucha como gritan algunos de los manifestantes identificándose con la clase obrera. ”Eso habría que cambiarlo”, explica, “ya no trabajamos con los brazos, sino que con la mente y los ordenadores”. Tras años de encadenar becas ha logrado su primer contrato a los 28 años. Su novio Ricardo, más prosaico, comienza a gritar “Les va a votar su puta madre”, le sigue un padre de familia y cuatro o cinco chavales de peinado similar al del vampiro de Crepúsculo. Ella le besa en la mejilla y le alaba por haber establecido un liderazgo momentáneo.

Un par de horas después del comienzo, la cabeza de la manifestación  llegó a la plaza de Sol. Los portavoces, entre los que destacó el prologuista de la edición en castellano del panfleto ¡Indignaos!, el nonagenario humanista  José Luís Sampedro, arengaron a los presentes mientras unos auténticos escaladores colgaban una enorme pancarta que rezaba “Esta crisis no la pagamos” del edificio normalmente coronado por el anuncio/ bien de interés cultural de Tío Pepe.

Tras el fin oficial de la marcha, decenas de jóvenes de los que llaman antisistema se enfrentaron en las inmediaciones de Sol a los antidisturbios para luego replegarse hacía a la plaza de Callao, donde la bronca continuó con destrozos al mobiliario urbano y quema de contenedores. Otro grupo, mucho más moderado, realizó una sentada frente a la Policía en dicha plaza que acabó sin enfrentamiento, tras lo que se dirigieron a la entrada de Gran Vía cercana a Sol, donde decidieron repetir la acción cortando el tráfico. Tras 15 minutos, sobre las 22.00, la Policía cargó para dispersarlos y restablecer el tráfico.

Un recuento de 19 mayores de edad detenidos sin antecedentes previos, siete heridos-cinco policías y dos que pasaban por ahí-, varios contenedores quemados, el Starbucks de Callao cerrado dos horas antes de lo habitual y referencias a ellos de sus denostados partidos políticos. Todos condenan la violencia, el PSOE dice comprenderlos pero anima a acudir a las urnas para no perder el voto joven y el PP lo ve como una batalla que les beneficia. Parece que con su comportamiento les dan incluso más razón a sus reivindicaciones.

CARLOS CARABAÑA

FOTOS: O GUTIERREZ