Cracolândia es un mercado de droga al aire libre concentrado en una extensión de solo 160 metros cuadrados en el centro de São Paulo, en Brasil. Cada día unos 2.000 consumidores visitan la zona, donde fuman sin reparo cocaína en crack y piden monedas a los transeúntes.Por supuesto, en Cracolândia tienen sus propias leyes. La primera: no se pueden hacer fotos, al menos en las zonas más concurridas y conflictivas.
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Pese a ello, el fotógrafo Gabriel Uchida logró salir victorioso de su hazaña: "La primera vez que visité Cracolândia fue hace mucho tiempo, y desde entonces he pasado muchas noches en vela hablando con la gente para hacerme una idea de cómo es el lugar", explica Gabriel. "Quería deshacerme de los mitos y los prejuicios en torno a su existencia y ofrecer un retrato realista del sitio".En aquella época Gabriel conoció a Índio Badaróss, un artista indigente que vive en Cracolândia, donde lo conocen como "el Basquiat de Cracolândia", apodo con el que el diario brasileño Folha de São Paulo lo bautizó. Al parecer, el artículo que le dedicó la publicación repercutió enormemente en su trayectoria.
"Índio pinta sobre telas, paredes y cualquier cosa que encuentra en la calle, ya sea una señal de tráfico o una puerta vieja. Lo más curioso es que, como no tiene hogar, muchas de sus obras se pasan todo el día en la calle y muchas veces se las roban o se las llevan los que recogen la basura. Pero otras de sus obras ahora mismo cuelgan de las paredes de galerías o están en manos de coleccionistas privados de San Francisco, Los Ángeles y Basilea."A pesar de su reciente popularidad, la vida de Índio no ha cambiado mucho. El mes pasado, después de varios intentos para convencerlo, Índio finalmente accedió a dejar que Gabriel documentara su vida y obra con una única condición: sería él quien hiciera todas las fotografías, ya que sabe bien cómo van las cosas en Cracolândia.
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Uchida le dio tres cámaras desechables y un puñado de instrucciones y tres días después regresó a Cracolândia para recoger las cámaras. Una de ellas se había perdido, pero las fotos que Índio hizo con las otras dos fueron una sorpresa muy agradable.Estas son algunas de las instantáneas de Cracolândia a través de los ojos de Índio Badaróss.
