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El porno es cultura

Ya no tienes que avergonzarte por escribir poesía y escuchar a Liszt

Sabemos que eres de los que escriben poesía a escondidas y tienen en su ordenador una carpeta que se llama “Emma Watson Desnuda” pero que en realidad está llena de música de Schubert. A ti, el chico o chica que tiene que ocultar ante sus amigos su admiración por los poetas del Alto Romanticismo o que ha llorado escuchando a Smetana, te decimos: “No estás solo. La gente de la industria porno te acompaña”.

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Cosas que te atormentan: quieres hacerte un tatuaje de un verso que leíste en aquel libro de Lorca pero temes parecer uno de esos snobs que se pasan el día corrigiendo la ortografía a todo el mundo en Twitter. Tranquilo, inspírate en la actriz porno Joanna Angel, que se tatuó dos frases literarias. Una de Kurt Vonnegut ("So it goes") y la otra de Margaret Atwood (¿Ahora finges que no sabes quién es Margaret Atwood, verdad?): "Touch me and you will burn". Si lo hizo una estrella del cine de metesaca, ¿por qué tú no? (Aquí la historia, publicada en uno de esos periódicos que siempre lees, The New York Times).

¿O es que quizá te gusta leer poesía en voz alta? No te sientas mal. A algunos les pasa. La pornstar Kayden Kross, por ejemplo, suele leer sus propios poemas en cafés literarios y ¿sabes qué? Por lo que podemos ver en sus fotos de sesión, a ella sí que la iríamos a ver leer poesía. Y no es la única: la artista Laurel Nakadate también ha grabado con su cámara a algunas modelos porno leyendo poemas. La conclusión a la que llegamos es que lo hacen mejor que la mayoría de los nuevos poetas malditos españoles, como podemos comprobar en el siguiente vídeo:

¿Aún así la poesía te sigue pareciendo aburrida? Andy San Dimas te muestra cómo podría terminar un torneo entre poetas (Poetry Slam).

Hasta aquí nos llegan ya los gritos de algunos pedantes: “¡Cualquiera escribe poesía! ¡Mostradnos a una actriz porno haciendo crítica literaria, venga!”. De acuerdo: Éste es el espacio donde Lorelei Lee reseña libros.

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Pero no todo es extasiarse con los sonetos de Shakespeare o los libros de Harold Bloom, también está la música. La “buena música”, por supuesto. Seguro que eres de los que tomaron clases de fagot de niños o de los que pueden tocar “La cabalgata de las valquirias” en una melódica. Conocemos tus gustos. En este artículo, Bobbi Starr cuenta las ventajas de pertenecer a una orquesta (ella toca el oboe y, sí, todo eso que dicen que sucede entre los músicos es cierto). Para aquellas personas que piensan que aprender a tocar un instrumento no sirve para nada, Bobbi les da buenas razones:

“No creáis ni por un instante que no me fueron bien mis muchos años de practicar cómo colocar bien los labios en el oboe a la hora de comer pollas.”

Sin embargo, algo nos hace sospechar que lo tuyo es el piano: Schumann, Liszt, ese tipo de cosas.

Como habéis podido ver en este vídeo, una chica practica sexo oral con otra al mismo tiempo que interpreta a Beethoven. ¿Qué podemos decir al respecto? “Alegría, hermosa chispa divina”. Ahí va otro ejemplo:

Sí, señores, el célebre actor Ron Jeremy toca la polonesa “Heroica” de Chopin en el momento exacto en que una damisela le practica una felación (se nos han agolpado en la cabeza cientos de frases ingeniosas para relacionar “felación”, “tocar la ‘Heroica” y “Chopin”, pero preferimos mantener la compostura).

Para que nadie piense que no aprecias el ruido… perdón, las manifestaciones sonoras contemporáneas y periféricas, esta asiática ligerita de ropa nos desvela de dónde viene la música avant garde:

Hemos dejado para el final a la hermosa pornstar Samantha Ryan, tocando el piano y cantando mejor que mucha gente que supuestamente se dedica a ello.