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La periodista Anabel Hernández afirma que el gobierno ha sido cómplice de los cárteles

"La guerra contra el narco comenzó cuando el gobierno federal empezó a proteger a un solo cártel, y se puso en contra de los otros."

Anabel Hernández.

El 19 de enero de 2001, el mayor capo del narcotráfico de México se escapó de Puente Grande, una cárcel de máxima seguridad. Según la periodista de investigación Anabel Hernández, Joaquín El Chapo Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, fue escoltado de la prisión vestido como un oficial del gobierno —acompañado de funcionarios del gobierno— y subió a un helicóptero que lo llevó camino a la libertad. El informe oficial afirma que El Chapo se fugó en un carrito de lavandería, algo que —aunque sólo mide metro y medio de estatura y se parece a Super Mario— parece posible pero poco probable.

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Si la información que Hernández encontró al investigar la fuga de El Chapo es cierta, es más o menos el epítome de la corrupción en el gobierno, uno que ha acomodado y ayudado a los cárteles en México a tomar control del país.

Hernández estaba investigando la fuga de El Chapo como parte de un proyecto de cinco años para su libro Los señores del narco, que investiga los vínculos del gobierno y la élite de los empresarios con los cárteles. En este libro, publicado en México en 2011, escribe que el ex presidente Vicente Fox inició una guerra entre los cárteles —y que desde la fuga de El Chapo— el gobierno ha conspirado con el cártel de Sinaloa, permitiendo la red de corrupción que mantiene creciendo a los cárteles en México.

A principios de este año, hablamos con Anabel, donde nos dijo que después de otro de sus descubrimientos, el entonces secretario de Seguridad Pública (Genaro García Luna) dio instrucciones a sus hombres para desaparecerla.

Me puse en contacto con Anabel de nuevo para hablar de la investigación que hizo acerca de la complicidad del gobierno mexicano en el comercio de drogas.

Vicente Fox (foto vía)

VICE: Hola Anabel. ¿Cómo podrías describir la guerra contra el narcotráfico?
Anabel Hernández: Desde los sesenta, en México, la guerra contra el narcotráfico ha sido falsa, nunca ha existido. En los sesenta, el gobierno federal le ofreció protección a los cárteles, dejándolos sembrar y así mismo continuando su negocio siempre y cuando le pagaran una cuota al gobierno. No era un soborno, era un impuesto. El gobierno mexicano usó ese dinero para proyectos gubernamentales. Así es que en los ochenta y los noventa, los cárteles medianos y las organizaciones criminales empezaron a crecer con el dinero de la cocaína. México empezó a incrementar la carga de cocaína que venía de Colombia, y después los cárteles mexicanos la llevaron a Estados Unidos.

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¿Entonces qué pasó?
Los cárteles dijeron: “Bueno, no queremos tener un acuerdo con el gobierno. No nos gusta que el gobierno nos diga qué podemos hacer y qué no”. Así que los cárteles empezaron a sobornar a ciertos funcionarios gubernamentales, y fue así como el gobierno perdió control sobre los cárteles. Sobornaron a jueces, senadores, empezaron a pagarle a gobernadores, jefes de policía y generales. Los cárteles empezaron a crear su propio juego, bajo sus propias reglas.

¿Hay información en tu investigación que resuma el nivel de corrupción en México?
En enero del 2001, algo pasó que cambió el juego de los narcos: el gobierno federal ayudó a que El Chapo saliera de la cárcel. Así que en ese momento, el gobierno federal empezó a proteger a un solo cártel, y se puso en contra de los otros. Ése es justo el momento en que empezó la guerra entre cárteles. Antes de eso, México era relativamente un lugar seguro. El entonces presidente, Vicente Fox, fue quien inició la guerra entre los cárteles. Su gobierno quería llevarse el territorio del Cártel del Golfo, y entregárselo a Sinaloa.

¿Fox era consciente de la corrupción?
Sí. Puedo afirmarlo porque el fiscal del estado tiene todos los testimonios. Su gobierno tenía testimonios corroborando lo que estaba sucediendo. No puede decir que era una sorpresa, el fiscal del estado lo sabía. Su gobierno lo sabía, y hay pruebas de que eran conscientes de la corrupción.

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¿Crees que es posible erradicar la corrupción del sistema político mexicano?
Lo que aprendí de esta investigación es que la corrupción en México funciona de arriba hacia abajo, no de la otra manera. Si el gobierno realmente quiere hacer una limpieza, la gente de arriba tiene que ir a la cárcel. Tenemos al jefe de la policía, y bajo su cargo [están] cientos de policías. Si él es honesto, los otros policías serán honestos. Sin embargo, si él es corrupto, los demás serán igual. Lo más triste es que todos los involucrados en la corrupción salen ganando, por eso nadie quiere limpiar el gobierno.

La DEA busca información del paradero del Joaquín El Chapo Guzmán. 

Supuestamente, la CIA ayudó a los cárteles mexicanos a llegar al poder, ¿no?
Nicaragua empezó a convertirse en un país comunista a finales de los setenta, así que el gobierno de Reagan decidió que no podía dejarlos crecer. Ya tenían suficiente con Cuba, y no querían lidiar con otro país, así que le pidieron al Congreso de Estados Unidos dinero para financiar un grupo de rebeles llamados "Contras". Su gobierno sería luchar en contra del gobierno comunista de Nicaragua. La CIA hizo un acuerdo con los jefes del narcotráfico, el gobierno de Estados Unidos abrió las puertas para dejar pasar la cocaína al país, pero bajo la condición que los cárteles usaran parte de las ganancias para el financiamiento de los Contras. Hay algo en mi cabeza que siempre me dice: Si el gobierno de Estados Unidos hizo eso, ¿cómo podemos estar seguros que actualmente no está ocurriendo lo mismo?

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Sobre la fuga de El Chapo… La versión oficial dice que salió de Puente Grande en un carrito de lavandería, ¿verdad?
Cuando el presidente y su esposa recibieron la noticia [de la fuga], los que trabajaban para él le dijeron: “Señor, esto no puede ser posible”. Esa prisión está construida con máxima seguridad. La prisión tiene sensores, hasta en los carritos de lavandería hay sensores. No era posible. Otra persona le dijo al presidente: “Señor, yo estuve involucrado en la construcción de esa prisión, y yo sé que es imposible escapar, alguien le está mintiendo”. Y el presidente le respondió: “Cállate”.

Tu libro describe la vida lujosa que disfrutó El Chapo en prisión. ¿Nos puedes hablar de eso?
Recibió dinero mientras estuvo en la cárcel, para poder sobornar a los trabajadores. Finalmente, empezó a manipular y controlar al director de Puente Grande. En su expediente oficial sobre su fuga —el cual tengo— leí que el director participó en fiestas que El Chapo organizó dentro de la cárcel, fiestas navideñas que duraban cinco días. El Chapo invitaba a su familia, como si fuera un hotel de lujo. Pedía comida de fuera, mandó decorar la prisión con motivos navideños, invitó a grupos musicales, ordenó que su celda estuviera pintada de otro color… Podía hacer lo que quisiera en la cárcel.

¿También meter prostitutas?
Era un hombre enfermo, tenía una adicción al sexo. El director dejaba entrar prostitutas a la cárcel todo el tiempo. Pero cuando necesitaba algo urgente, simplemente le daba a las trabajadoras de la cárcel. Podía hacer lo que quisiera.

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Z-40.

Miguel Ángel Treviño Morales —también conocido como Z-40, el líder de Los Zetas— fue capturado.  ¿Afectará esto la guerra entre los cárteles?
Lo más triste es que eso no importa. Los Zetas tienen una estructura, si un líder muere, eso no importa ya que hay un sucesor. Cuando el gobierno mexicano atrapó a El Chapo, y lo metió a la cárcel, nunca confiscaron su dinero. Nunca lo hacen —ni las propiedades, ni el dinero. Así que no importa que esté en la cárcel, su dinero aún mueve al cártel.

Es cierto. Otros capos han “desaparecido” o “muerto”, se sospecha que dejaron la vida de narcotraficantes y se retiraron con sus fortunas. ¿Crees que El Chapo hará lo mismo?
Yo pienso que El Chapo es muy importante para el mercado de la droga. Es un símbolo de la infraestructura: él controla el negocio. Él es importante para el narcotráfico porque inspira confianza a quienes están involucrados, como a los colombianos que están produciendo cocaína. Él hace que el negocio sea estable.

No sé qué vaya suceder, pero estoy segura de que nadie lo atrapará. Ni el gobierno mexicano ni el de Estados Unidos quieren detenerlo. Sus hijas nacieron en Estados Unidos y la gente dice que él estuvo en California con ellas. Él hace lo que quiere, ¿quién lo quiere atrapar?

¿Y tú? ¿Seguirás investigando e informando sobre la guerra contra el narco?
Pienso que es necesario. Por el momento, en México, hay censura. Muchos periodistas y medios de comunicación no quieren decir ciertas cosas. Los medios de comunicación reciben mucho dinero de publicidad por parte del gobierno, pero creo que hay muchos periodistas en México —no sólo yo— que seguiremos luchando por la libertad de expresión, porque nuestra sociedad necesita información. Yo creo que la gente tiene todo el poder para hacer el cambio pero, ante todo, deben informarse.

Gracias, Anabel. Buena Suerte.

Sigue a Sam en Twitter: @sambobclements