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Un tipo ocupado

Javier Mendizabal hace de todo, hay incluso quien dice que puede volar.

El algortarra Javier Mendizabal lleva 25 años patinando y ha recorrido medio mundo encima de su skate. Por lo que parece no tiene suficiente con esto y se ha embarcado en muchos otros proyectos como actuar en películas, colaborar con unos tipos que hacen gafas reciclando skates y participar en una iniciativa que enseña a chavales camboyanos a patinar. El tipo también ha abierto un bar en el centro de Barcelona con unos colegas pero eso ya es otro asunto. Charlamos con Javier en la inauguración de la nueva tienda Boardriders de Quiksilver, situada a escasos metros del mar, en la Barceloneta. La verdad es que no estoy muy metido en esto del skate pero siempre había tenido ciertas dudas referentes a este mundo, aproveché esta oportunidad para aclarar mis ideas. VICE: De adolescente me fanaticé mucho con el hardcore melódico y en ese mundo el skate siempre había estado muy presente, ¿llegaste al skate a partir de este estilo de música?
No fue tanto por eso. Al venir de un pueblo como es Algorta, que tiene una tradición de surf y de skate pionera en este país y donde se construyó uno de los primeros skateparks de España -que justo este año hace 25 años-, tuve la suerte de crecer viendo algunos de los mejores surfers y skaters y me enganchó como deporte en sí, por lo que representa a nivel de velocidad y de hostias. Luego a través del skate fue cuando entré en relación con este estilo de música, que en esa época estaba muy vinculado al skate. Pero me enganchó el skate como acción en sí misma.

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Hace poco se estrenó el corto Cuatro Sueños Pequeños de Thomas Campbell, en el que actúas. ¿Como surgió el proyecto?
Conocí a Thomas cuando yo tenía 16 años. Por aquel entonces él era fotógrafo de TransWorld SKATEboarding magazine y vino a España a hacer un artículo sobre la escena en España. Yo por aquel entonces no era nada conocido y no tenía ningún sponsor pero estuve en el momento y en el sitio adecuado. Acabé haciéndome un par de fotos con Thomas y esas dos fotos salieron publicadas en ese artículo. Durante 16 años casi no nos hemos comunicado pero hace como 3 años que contactó conmigo y me comentó que tenía la idea de hacer una peli de skate y que le gustaría tenerme vinculado. Justo cuando hablamos tenía que irme a Estados Unidos, a California, que es donde vive él, y me invitó a su casa y nos pasamos tres días hablando. Vimos que todavía seguía  habiendo muy buen rollo y decidimos darle forma al proyecto de Cuatro Sueños Pequeños. ¿Por qué te desvinculaste de las competiciones?
No lo sé, cuando era más joven me gustaba, por el rollo competitivo y por el hecho de patinar delante de muchísima gente. Lo hice durante mucho tiempo pero luego dejó de gustarme. No me gustan las grandes aglomeraciones de gente y menos si yo soy el centro de atención. Prefiero patinar con cuatro amigos y un fotógrafo y hacerme fotos y luego salir en las revistas, los campeonatos nunca han sido mi devoción.

¿Qué es Skateistan y cómo colaboraste con ellos?
Skateistan es una ONG que surgió en Afganistán. Empezaron con la idea de llevar el skate como un elemento de diversión para unos niños que están en un entorno de guerra y donde el skate era una manera de desconectar de su realidad y de volver a ser niños. Luego empezaron un segundo proyecto en Camboya, que fue cuando nosotros entramos desde la Quiksilver Foundation. Estuvimos 10 días e hicimos un vídeo que salió hace poco. Estamos muy contentos, es una experiencia súper positiva, para mí, para los niños que disfrutaron un montón y para la gente de Skateistan. De hecho ahora estamos mirando la posibilidad de ir a Afganistán. Que no lo oiga mi madre esto.

¿Qué imagen tienen esos chavales del skate? A nosotros nos llegó a través de un mundo mayormente anglosajón, a través de películas, revistas, etc…
No, Skateistan siempre han tenido la idea de llevar el patín como lo que es: un objeto con el que jugar y con el que pasarlo bien. No están llevando toda la cultura paralela que puede traer, como los vídeos, revistas, etc… Por eso creo que están haciendo súper buen trabajo. Es muy curioso porque cuando vas allí y ves los trucos que intentan hacer y la forma que tienen de utilizar el patín -sin ningún tipo de referencia- te quedas sorprendido, el resultado es muy divertido. Luego, como no tienen la oportunidad de ver patinar a gente con más nivel, pues para ellos es…bufff. Se quedan alucinados.
Sí, sí. Yo antes trabajaba cerca del MACBA y cruzar esa plaza era una locura. Me gusta que haya skaters y tal, pero a veces pasear por allí puede llegar a ser un poco jodido. ¿Qué opinas de la relación entre transeúntes y skaters?
Esto siempre ha existido. Pero claro, el hecho de que haya muchísimos más skaters supone más problemas. Es lo que tiene el skate, es una interacción con lo que te rodea. Existen los skateparks y yo patino muchísimo allí pero el street es más atractivo. Al final se trata de esto, de convivir en la calle. ¿Afectó a los skaters la ley del civismo en Barcelona?
Antes no la había y es por eso que Barcelona se convirtió en una ciudad de referencia a nivel mundial porque había bastante permisividad por parte de la policía (y también por la arquitectura, porque ha habido muy buenos spots y por el clima) y eso conllevó a que viniese muchísima gente. Entonces empezaron a haber muchos problemas con los vecinos y empezaron a llegar las multas. Intentaron manejarlo de alguna manera y en vez de construir sitos para patinar intentaron cortarlo poniendo multas. ¿Se puede patinar borracho? ¿Son los skaters tipos sanos?
Puedes ver el skate como un deporte, una forma de vida o una forma de expresión pero lo llames como lo llames es una actividad que no está reglada. No tiene árbitros ni uniformes ni reglas. Coges tu patín, bajas las escaleras de tu casa, sales a la calle y practicas, solo o con tus amigos. Pero nadie te dice lo que tienes que hacer. Tampoco tienes que ir a entrenar ni estar en un equipo. Eso es algo que lo hace muy atractivo, por la sencilla razón de que tienes libertad. Y también porque se practica en la calle, no estás en un estadio. Te da muchísima libertad. Es algo de gente joven y como cualquier chaval te bebes tus cervezas y te fumas tus liables, cada uno hace lo que quiere y esa libertad la emplea como quiere.