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Fotos

Pasado, presente y futuro

Las fotos de Ouka Lele hablan igual a día de hoy que en el Madrid de los 80

Ray-Ban Envision es una serie de entrevistas, portfolios y artículos, con, de y sobre la gente creativa que más nos hacer sentir como gusanos perezosos. Algunos son fotógrafos, otros periodistas o artistas, pero si algo les une es que cada uno ha conseguido destacar en su disciplina o industria mediante una visión creativa singular. Y eso es digno de celebrar.

El trabajo de Ouka Leele hace que me sienta un poco mal por todas las discusiones que he tenido a grito pelado a altas horas de la noche con chicas indie vestidas con camisetas de los Ramones sobre lo sobrevalorada que está La Movida. De algún modo sus fotografías pintadas de gran formato se las arreglan para parecer perennes mientras muchas otras creaciones de esa época han envejecido mucho peor que una novela de Lucia Etxebarria. Supongo que tiene algo que ver con la técnica de Ouka Leele de pintar las fotos a mano, que me recuerda a la hiperrealidad que vivimos constantemente hoy en día al vernos rodeados de anuncios retocados con Photoshop. O algo. Hace un par de semanas charlé con ella en un bar de al lado de su casa de Alonso Martínez. Hablamos durante casi dos horas sobre su técnica, sus influencias y su exhibición actual. Y pasamos un rato más mirando el trabajo de gente como Daniel Sannwald y Ryan McGinley en su iPhone. (Sobretodo le gustaron las fotos que hizo Ryan de su serie sobre la Naturaleza). VICE: Has comentado que eras pintora antes que fotógrafa pero, ¿qué fue lo que te atrajo del mundo de la fotografía?
Ouka Leele: Bueno, yo aprendí fotografía porque pensé que era importante saber hacer fotos para un artista, pero no sabía muy bien por qué. Yo antes quería ser pintora, no fotógrafa, y la gente tenía la esperanza de que renovaría la fotografía. Mis primeras fotos no tenían ninguna pretensión. Eran espontáneas y no tenían nada que ver con las referencias de la fotografía española – mujeres con un pañuelo negro en un pueblo y esas cosas. ¿Cómo eran tus primeras fotos?
Cuando empecé a sacar fotos eran fotos solitarias. Por ejemplo, retrataba a mis padres pero desde una punto de vista muy íntimo. Y a mi hermana, si estaba leyendo un libro, me ponía en el suelo y la retrataba desde allí. Mis fotos entonces tenían una mirada muy adolescente, muy joven. ¿Entonces siempre has tenido esta visión distinta de los demás?
Siempre he visto las cosas desde una forma muy rara, muy única. Había una foto de la cabeza de un perro saliendo de entre los bastones de un paragüero y parecía que éste estaba dentro. Siempre eran encuadros raros e íntimos. No eran de gente. Pero sin embargo estabas rodeada de gente muy interesante. Sobre todo en tu época en Barcelona…
Estuve en Barcelona del 1978 al 1981. Antes de que estallara lo de la Movida íbamos todos a Barcelona. Entonces era como ir al extranjero, era más moderno, más libre. Allí conocí a Mariscal, a Nazario, y también tuve mucho contacto con un tío mío, el poeta Jaime Gil de Biedma, que vivía allí… Puse a toda esa gente a posar, pero no eran retratos normales. Con Mariscal le hice posar con secadores de pelo en la cabeza, a otro amigo con un pulpo… Eran una mezcla de mi mundo de fantasía mezclado con la realidad de tener personas posando para mí.

Supongo que era importante que tus modelos también entendieran esto, ¿no?
Algo que me gustaba mucho era hacer que la gente pasara por una experiencia, que se sintieran incómodos. Por ejemplo, al amigo al que puse los tortugas en la cabeza éstas le clavaban las uñas porque intentaban escapar. A mi me encantaba hacer eso. Y solamente me han dicho una vez que no. Todos mis amigos posaban. La gente tacha tu trabajo de surrealista, pero no creo que sea exactamente así. ¿Cómo lo ves tu?
Yo siempre decía que mis fotos eran más reales que las fotos normales, porque el color añadido eran mis emociones y sentimientos hacia el subjeto. Si lo piensas, algo muy parecido se hace con Photoshop…
Sí, pero nunca hice fotomontajes. Me gustaba que las cosas pasasen de verdad. En esta foto para la colección de Sybilla por ejemplo, algunas de las personas estaban lejos, y otras eran figuras hechas de pelo. Otra cosa que me gusta mucho son los títulos de las fotos. Es como elevar lo cotidiano a un nivel más esotérico. Algo que si lo piensas es muy español.
No lo he parado a pensarlo. ¿Tú lo ves así? Sí. Todo es muy dramático aquí.
Yo viví en Nueva York y fueron tres meses de fiestas y expos, pero deseaba volver a España porque España me inspira porque lo que he vivido aquí es mi fuente. Es donde mejor trabajo, creo. Aquí lo veo todo con mis ojos de niña, más claros y más puros. Me inspira.

Ray-Ban Envision Series escoge a la gente que son más fieles a su visión única del mundo, y que la persiguen a toda costa. Si tu también tienes una visión, sea artística o personal, compártelo a través de https://www.ray-ban.com/spain/neverhide/envision/register, y Ray-Ban podrá hacerlo realidad.