FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Entrevistamos a un DJ de bodas

Siempre han estado allí animando a la gente entre las sombras. Sin ellos una boda nunca sería una buena fiesta. Ya es hora de que alguien les dé voz a estos profesionales.
Jaime a los platos. Fotografía cortesía de Jaime

Últimamente me pasa mucho: me descubro a mí mismo dándole un tímido sorbo a una copa de cava rodeado de gente que va bastante más mudada que yo en lo que podría considerarse una boda del siglo XXI. Y es que muchos de mis conocidos —familiares, colegas, exparejas, enemigos,…— están empezando a casarse. Esto solamente puede significar una cosa, y es que tendría que abandonar esa etapa post-adolescente en la que me encuentro y empezar a plantearme un estilo de vida que vaya más allá de comprar comida barata para poder seguir comprando discos al extranjero.

Publicidad

Al principio no fui consciente de su presencia pero a medida que se iban acumulando bodas en mi historial empecé a centrar mi atención hacia ellos. Estoy hablando de los DJ de bodas. Joder, esos tipos son profesionales; los nuevos vaqueros solitarios que van de pueblo en pueblo —en este caso, de boda en boda— mejorando la vida de las personas. Siempre en la carretera, con el equipo a cuestas. Llegan a una boda, no conocen a nadie, instalan sus mierdas, montan una buena juerga, cobran y se largan a salvar otro evento. Su mirada es intensa, siempre pendientes del público y del desarrollo de “la fiesta”. Algunos se permiten una copita, otros nunca tocan el alcohol. Tienen muchas caras pero son el mismo.

Necesitaba hablar con uno de ellos. Busqué “DJ de bodas” en Google y encontré mucha oferta, no sabía por cuál decidirme. Finalmente emergió a la superficie de la red un apodo que me llamó la atención: “Guatekemovil”. Ese era mi hombre. Tenía buenas críticas entre las mujeres que dejaban comentarios en los foros de bodas, así que contacté con él. Su nombre real era Jaime Ruiz, un tipo que lleva 20 años dedicándose a esto. Él podría contarme algo sobre todo este negocio.

VICE: Hola Jaime, encantado. Una cosa, ¿tú te casarías? ¿Cómo sería tu boda?

Jaime Ruiz: Yo ya estuve casado y no hice boda. Después de pasarte todo el año trabajando en bodas llega un momento en el que estás hasta el gorro. Yo hice una boda muy íntima, con los familiares más directos.

Publicidad

Joder, ¿no me digas que no hubo DJ?

No hubo DJ y después de 11 años me separé.

Ostras, menudo inicio de entrevista. Entonces, no eres muy fan de esas bodas tan protocolarias…

Una boda tiene que ser una fiesta, no un protocolo de principio a fin, si no es muy aburrido.

¿Un DJ de bodas es siempre un DJ de bodas o solamente cuando está en una boda?

Bueno, yo me dedico a pinchar en otros sitios. Sí que es verdad que hay DJ de bodas que no los puedes sacar de ahí. Porque no tienen más conocimiento musical que lo que se pincha en las bodas. El que no tiene ni idea pues le dan un maletín con lo que tiene que pinchar y venga.

¿Un maletín?

Sí. Para empezar, hay muchísimo intrusismo. Gente que no tiene ni puta idea y se está dedicando a esto.

Hay una serie de empresas que se dedican a contratar exclusivas con restaurantes. Son empresas de Disc-jockeys que pagan un precio cerrado a los restaurantes para poder enviar sus DJ a todas las bodas del local. Y claro, envían al DJ más barato que tienen para sacar el máximo provecho. A los DJ les pagan 100 € y luego a los novios les meten una clavada de 1.000/1.400 €. A esos DJ les dan un maletín con la música que tienen que poner y ya está. Y claro, pinchan lo de siempre.

¿Y tú qué pinchas? ¿Cuáles son los hits del momento en las bodas?

Lo que más está pidiendo la gente ahora mismo es el “Bailando” de Enrique Iglesias y mucho Pitbull. Y siempre funciona la música de fiesta mayor, como la Orquesta Mondragón, [la canción del chipirón](http:// https://www.youtube.com/watch?v=2Fy8P1MVfsQ), YMCA,… Raffaella Carrà lleva años funcionando. “Mi gran noche” de Rafael se ha vuelto a poner de moda, la gente joven me la está pidiendo. Lo que sí quiero es que la gente esté bailando. Yo intento hacer sesiones con cara y ojos.

Publicidad

¿Qué opinas cuando un colega de los novios hace de DJ?

Es un error. Primero porque una sesión no se puede programar. Cada momento de la boda tiene su canción, hay una progresión. No se pincha lo mismo a primera hora que al cabo de tres horas. Si quieres que sea un fiestón necesitas un DJ de bodas.

Supongo que tienes buenas historias que contar.

Bueno, ha habido casos en los que el novio y el hermano han terminado pegándose porque el primero estaba borracho criticando cosas familiares. O que la novia se vaya al cuarto de baño con un invitado. Pero en general tampoco te creas, tampoco es algo muy común. Esto, de algún modo, lo tiene que manejar el DJ. No debes dejar que la cosa se descontrole.

¿El DJ hace un poco de moderador?

El DJ, aparte de la función de poner música, tiene que controlar un poco el ritmo de la boda. Si estás constantemente metiendo caña y la gente no para de beber, llega un momento en el que puede que esa boda se descontrole. Tienes que saber cuándo acelerar y cuándo frenar.

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

Yo he estado pinchando en una boda y he visto como en el salón contiguo —donde se celebraba otra boda— la gente estaba desfasada, destrozando medio restaurante. Y el DJ venga meterles caña. Hay que frenarlos un poco y ya sabes lo que dicen, la música amansa a las fieras.

¿Hay menos bodas que antes?

Sí, hay menos bodas.

¿Por la pasta o porque la gente ya no se quiere?

La gente se quiere menos, eso está claro. La gente se tendría que querer más. Falta amor.