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Cultură

Estas son las cosas que te pasarán en tu primer trabajo de oficina

Es verano y hay muchos recién graduados que andan por ahí con su diploma en la mano, listos para lanzarse a la carrera de sus sueños. Pero déjame decirte algo sobre tus sueños: están muertos.

¿Ves aunque sea una pizca de felicidad en esta foto? No. ¡Bienvenido al mundo de los oficinistas! Foto por Alan Cleaver vía Flickr.

Es verano y hay muchos recién graduados flotando por todos lados en busca de curro. Tal vez tú eres uno de esos que andan por ahí con su diploma en la mano, listos para lanzarse a la carrera de sus sueños. Pero déjame decirte algo sobre tus sueños: están muertos. Los mataron. No vas a ser filósofo ni historiador de arte. No vas a ser defensor de los derechos humanos ni administrador de fondos para la caridad. Tus sueños murieron. Se ahogaron en la orilla del río a la luz de la mañana.

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Y aquí estás, como muchos otros, en este verano de 2015 en el lado equivocado. Después de tres años, o más, de andar saltando entre obstáculos burocráticos universitarios como un campeón. Y todo para darte cuenta de que el único trabajo para el que estás calificado es un puesto administrativo de perfil bajo. Por si no lo sabes, la administración es básicamente el fino arte de "ordenar cosas irrelevantes", y créeme, hay ríos, mares y planetas repletos de aguas distantes que necesitan a alguien que los ordene. ¿Y quién crees que es ese alguien?

Has ido a una empresa de trabajo temporal y tu madre te ha obligado a vestirte demasiado elegante para lo que iba a ser una charla informal con un tipo con peinado gracioso, incluiste los méritos más insignificantes en tu CV, te pusiste corbata y todo para un trabajo en el que lo único que tienes que hacer es sentarte un rato a ver la pantalla de un ordenador. Bien. Esto es lo que va a pasar a partir de ahora:

TIENES QUE SOPORTAR LA HORRIBLE COCINA DE LA OFICINA (SI ES QUE HAY UNA)

No hay ni una sola cocina de oficina que esté diseñada para ser una cocina. Esta clase de cocinas están diseñadas como un espacio donde alguien decidió que iba a poner un refrigerador y un lavabo. Por eso, cada vez que vas a prepararte una taza de café, alguien entra, te aplasta para llegar al refrigerador y hace una broma estúpida sobre eso. "¡Esto está muy mal hecho!", dice tras una risa tonta. "¿Quién hizo esta cocina?" Y cuando abre la puerta del refrigerador, sale una avalancha de tuppers marcados, llenos de pasta que acaban en el suelo. Después se cae la caja de té en el lavabo. Y para colmo, solo hay una cuchara limpia, pero recuerda, hay dos personas que la quieren. Entonces alguno de vosotros pronuncia un clásico de oficina: "¿Puedo…?"

El "¿Puedo…?" es una pregunta sin respuesta. Es una pregunta sin importancia. De hecho, ni siquiera es una pregunta, solo tiene el tono de pregunta. "Disculpa, ¿puedo…?" significa: te voy a empujar. Significa: es probable que nuestros codos se toquen en el próximo segundo. También deja bien claro que una persona tiene prisa. Significa: le das demasiadas vueltas a tu café. Las conversaciones en la cocina de la oficina son lo peor.

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SIEMPRE HAY ALGUIEN QUE ESTÁ PENDIENTE DE CUÁNTO TIEMPO TE CUESTA HACER LAS COSAS

"¿Acabas de volver de comer? ¿Qué tal estuvo?", te preguntará alguien. Seguramente será Sandra. Estúpida Sandra. A ver, Sandra, ¿para qué quieres tantas fotos de tus hijos en tu mesa? Los insultas al insinuar que lo único que pueden hacer es inspirarte mientras haces una hoja de Excel para reducir costes o llenas un formulario de recursos humanos para pedir más cucharas de plástico. Sandra, ¿acaso odias a tus hijos?

Como sea, el punto es que Sandra se cabreará porque tardaste diez minutos más en tu hora de la comida. La verdad es que tardaste porque fuiste a comprar unas cosas. Sabes que esta mujer está tratando de vender su casa desde la comodidad de su escritorio. Lleva semanas sin responder a una sola llamada y no envía un solo correo que no tenga que ver con la venta de su propiedad. Hasta que de pronto ves un mensaje no leído. "Hola", dice Sandra en el correo donde están todos los de la oficina. "Solo para recordaros que la puntualidad es importante. La hora de entrada es a las 9:30 de la mañana y tenemos una hora para comer. Es necesario que todos respeten las reglas. Por favor, sed considerados". Esto es lo que escribe la mujer que se pasa los días inventando excusas para ir a recoger a sus hijos a la escuela. La que empieza a recoger sus cosas y coge su bolso diez minutos antes de las seis y se va en cuando la manecilla marca las 6:00 pm. "Sed considerados".

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El punto es que, cuando te empieza a importar la cantidad de horas que dedicas a tu trabajo, entonces ya te importa demasiado. Nuestras horas, minutos y segundos en este mundo están contados. ¿Crees que vale la pena desperdiciar diez minutos sentado frente al ordenador haciendo como que trabajas? ¿En serio es tan grave robarle unos minutos al jefe y dedicarlos a uno mismo? Todos vivimos y todos morimos. Los latidos de nuestro corazón son los que son. A la mierda la puntualidad. Y a la mierda Sandra.

APRENDES A APROVECHAR AL MÁXIMO LA HORA DE LA COMIDA

Sabes que puedes transformar tu hora de la comida en una comida de tres horas, ¿no? Mira, nadie hace nada después de la hermosa hora de la comida. Todos salen, comen, les entra el sueño y cuando regresan a sus escritorios se pasan el rato leyendo páginas guays como VICE.com. Tú también lo haces. Y crees que eres el único, pero no. Tu jefe lo hace, tus colegas lo hacen. Hasta la idiota de Sandra lo hace. ¡Todos lo hacen!

Para transformar tu hora de comida en una comida de tres horas, lo único que tienes que hacer es empezar a la 1 del medio día. Sal, cómete un sándwich, hazte el tonto un rato y regresa a la 2, cuando todos están saliendo a comer. Como no hay nadie, puedes hacer lo que quieras durante esa hora, y cuando regresen, puedes seguir haciendo lo que quieras porque nadie te va a estar vigilando. De todas formas, nadie hace nada después de las 3, así que puedes prolongar tu descanso hasta las 6. "¿Por qué el país va tan mal?", se preguntarán. "¿Por qué va tan mal la economía?" No lo sé.

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No está dibujando un águila. Se está haciendo el tonto. Foto vía Startup Stock Photos.

DESARROLLARÁS UNA RELACIÓN COMPLEJA CON EL SUPERMERCADO MÁS CERCANO PORQUE SOLO AHÍ PODRÁS COMPRAR ALGO CON TU SUELDO DE MIERDA

Llega un punto en el que te vuelves loco porque tu supermercado favorito dejó de vender el sándwich de pollo que tanto amas y lo cambió por una baguette de carne. Te vuelves loco. Estabas casado con ese sándwich de pollo. Tenías planes con sus insípidos ingredientes. Y ahora mírate, de rodillas, llorando en la sección de bocadillos con la esperanza de que el sándwich de pepino con atún llene el vacío, aunque sabes que es imposible. Intenta no enamorarte de la comida barata de tu supermercado. No vas a poder.

VES NOTAS PASIVO AGRESIVAS EN LA COCINA QUE SE CONVIERTEN EN UNA CADENA EN EL CORREO ELECTRÓNICO DONDE ESTÁN TODOS LOS DE LA OFICINA PORQUE LA PERSONA QUE TRAE COMIDA PREPARADA TODOS LOS DÍAS (LA QUE LE PONE UNA NOTA A SU TUPPER Y UN HUEVO COCIDO EN SU ENSALADA) PUSO SU COMIDA EN OTRO LUGAR Y ASUMIÓ QUE ALGUIEN LE HABÍA ROBADO SU TUPPER, ASÍ QUE DEJÓ UNA NOTA QUE DECÍA "POR FAVOR RESPETAD LA COMIDA DE LOS DEMÁS" EN EL REFRIGERADOR

Lo que quiero decir es que todos lo que trabajan más de cinco años en una oficina se vuelven locos y aburridos y creen que esta clase de cosas en realidad son importantes. ¿Qué se creen? ¡No son importantes!

TIENES QUE CONTESTAR EL TELÉFONO COMO UNA PERSONA "NORMAL"

No se tú, pero yo crecí con internet y todas las formas de comunicarse que sean más complejas que el Messenger me parecen innecesarias y espantosas. Y aun así, los teléfonos no dejan de sonar en las oficinas. Las personas utilizan el teléfono para preguntar cosas que podrían preguntar por mail, pero prefieren llamar para insistir. Ni siquiera puedes pronunciar bien tu propio nombre y entras en pánico cuando van a dar las 12 porque no sabes si decir "buenos días" o "buenas tardes", empiezas a sudar, se te resbala el auricular del teléfono y al final la llamada ni siquiera era para ti y le dejas un recado a la persona que buscaban y cuando esta persona regresa de su hora de la comida, dice: "¿Que quiere que le llame? No, qué pereza. Le voy a enviar un correo". Deberían prohibir los teléfonos.

PARTICIPAS EN BROMAS DE LA OFICINA QUE PARECEN ETERNAS Y QUE SE CONVIERTEN EN MEMES DE LA VIDA REAL

Imagina cómo es trabajar en una oficina. Son cuatro paredes grises con separaciones, luces fluorescentes, ventiladores encima de los escritorios, cientos de ordenadores grises de metal en los que no puedes bajar porno. El punto es hacer que tu vida sea lo más aburrida y gris posible para que cuando alguien tropiece y se tire el café en la ropa, sea lo más divertido que hayan visto en años y sigan riéndose de lo mismo ocho meses después y sea de lo único que hablen cuando vayan a un bar saliendo de la oficina.

Básicamente, las oficinas es el lugar al que las bromas van a morir, después llaman a una ambulancia para que las revivan, vuelven a morir, las vuelven a revivir y el ciclo se repite por toda la eternidad.

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A este lugar se le conoce como escritorio, o "donde mueren tus sueños". Foto por David Marsh vía Flickr.

LAS COSAS DEJAN DE TENER IMPORTANCIA

¿Alguna vez la tuvieron? En realidad no. Pero al menos en tu primera semana llegabas a la oficina con la clase de ropa que usaste para la foto de tu CV hasta que te diste cuenta de que nadie más se vestía así, así que te quitaste la corbata y te desabrochaste algunos botones. Ahora llegas con resaca y juegas al Buscaminas hasta que es la hora de salir. Estás atrapado porque no tienes la motivación suficiente para echarle ganas a tu trabajo y porque en realidad no haces nada importante. Estás en un purgatorio de contenedores para tirar papel y personas obsesionadas con su gel para las manos. Una infinidad de impresoras estropeadas y de gente que abre los sobres con cuidado para volverlos a utilizar. Ése es el mundo de los oficinistas. Bienvenido.

LA PIZARRA BLANCA

Siempre hay una pizarra blanca o algo para anotar cosas sin importancia pero nunca vas a poder dibujar una polla en ella.

ALGUIEN MANDA POR ACCIDENTE UN CORREO A TODA LA OFICINA Y LE RESPONDES CON UNA BROMA Y EL POLICÍA DEL CORREO DE TODA LA OFICINA MANDA OTRO CORREO PARA RECORDARTE QUE ESE CORREO NO ES PARA ESO Y TU JEFE TE PIDE QUE VAYAS A SU OFICINA Y TE REGAÑA POR USAR EL CORREO DE TODA LA OFICINA PARA HACER BROMAS

Ese correo sagrado. Es el sagrado correo de toda la oficina que se utiliza para anunciar objetos perdidos que fueron encontrados en los baños ("Encontramos un collar de oro, está en la recepción"; "Encontramos un anillo de boda en la taza del baño. No es necesario dar explicaciones, está en la recepción"; "Había una bolsa de viaje llena de papel de váter en el baño de hombres, está en la recepción"). El correo de toda la oficina no es para hacer bromas ni para conversar. Por favor, hagan buen uso de él.

FORMAS UN EQUIPO DE FÚTBOL CON TUS COMPAÑEROS DE TRABAJO Y TE DAS CUENTA DE QUE PASAS LA MAYOR PARTE DE TU VIDA CON LAS MISMAS PERSONAS

Esto no se limita a un equipo de fútbol, puede ser cualquier actividad posterior a las horas de oficina que esté diseñada para que pases más tiempo con la gente de tu oficina —como tomar cervezas en el bar mientras hablan de trabajo, ir al teatro, celebrar que alguien se mudó o follar—. Pero el fútbol es divertido, ¿no? ¿Qué mejor que un partido? Bueno, excepto para el chico al que el contable le rompió la pierna. Pero en general no está nada mal, ¿o sí?

Siempre va a haber un tipo demasiado organizado —que tiene una enorme colección de kits de fútbol impecables de la década de los 90 y un par de gafas deportivas para que sus gafas normales no se dañen cada vez que le pega al balón con la cabeza de la forma más torpe posible— que manda un correo larguísimo en lunes: "Necesitamos un desempate, amigos. Traed una camiseta blanca, una de otro color y sus zapas de fútbol y recordad que son 5 euros por persona para el alquiler del campo". Terminas yendo todas las semanas. Claro, siempre hay una ronda de cervezas al terminar y después alguien sugiere ir a por pizza y todos dicen que sí y terminas con tus compañeros en el metro y te despides diciendo: "Os veo como en… ¿ocho horas y media?"

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En ese momento te das cuenta de que estás atrapado en una rutina semanal de diversión extracurricular, que tus amigos son tus compañeros, que se organizan para reunirse los sábados, que tu vida ahora consiste en interactuar con las mismas seis personas con las que la chica de Recursos Humanos decidió que ibas a compartir oficina y que ya no tienes amigos ni personalidad propia. El fútbol es la aguja que llena tu brazo maltratado con heroína de oficina.

No caigas en su juego. No vayas a jugar fútbol.

ALGUIEN LOGRA TENER UN POCO DE PODER EN LA OFICINA Y SE CONVIERTE EN UN DICTADOR

"Hola, vi que imprimiste ese documento tres veces porque las primeras dos no salieron en el tamaño de hoja indicado. Como bien sabes, durante mi última revisión me asignaron la tarea de vigilar el papel y el reciclaje en la oficina —no me pagan más, pero es una responsabilidad extra y como quiero un aumento dentro de mis próximos 15 años en esta oficina, es muy importante cumplir con lo que me pidieron— y por tanto te aviso de que voy a tener que notificar este incidente a Recursos Humanos y que probablemente te den una advertencia formal por esto y por tus faltas. Perdón pero tengo que hacerlo".

Vete a la mierda, tío. Yo te ayudé a mudarte, mamón.

Me perturba un poco la crema en el escritorio. Foto por Jeffrey Beall vía Flickr.

TIENES QUE IR A ESTÚPIDAS ACTIVIDADES CONJUNTAS

Una vez al año, alguno de tus superiores va a decidir que tú y tus compañeros necesitan ir a otro lado que no sea la oficina y van a pedir que os reunáis en un hotel justo el día que más se te complica. Ya en el hotel, os van a llevar a una sala de conferencias donde dos actores, que se creen gurús del personal, te van a dar un sermón lleno de entusiasmo para que "pienses out of the box" y después te van a obligar a participar en una horrible actividad que consiste en correr por la habitación sin zapatos mientras miras a tus compañeros a los ojos y sonríes.

Después va a entrar un tipo que recuerdas haber conocido en una reunión y va a dar un discurso de 20 minutos sobre el futuro de la empresa y después os van a llevar una bandeja con sándwiches. Lo único bueno es que te dejan salir a las 4. Así que, en general, éste será uno de los mejores días laborales de tu vida.

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Nunca creíste que acabarías así, ¿verdad? Que lo más emocionante que te pase es poder llegar a tiempo a ver tu serie favorita. Pues resulta que la vida de adulto es increíblemente aburrida.

ESA OTRA PERSONA CON SUEÑOS HACE QUE DESPERDICIES TU VALIOSO TIEMPO FUERA DE LA OFICINA APOYÁNDOLA

Tú también tienes sueños, ¿no? Quieres ser algo o hacer algo. No sé… algo. No tengo idea de qué sueña la gente. "¿Cómo vas con lo de la guitarra?", te preguntan en la oficina porque en tu entrevista se te ocurrió decir que este trabajo es algo temporal en lo que se refiere a tu banda. "Va bien", respondes. Ya pasó casi un año desde la última vez que tocaste la guitarra. Es más, ¿dónde está tu guitarra? ¡Mierda! ¿La habrás dejado en tu antiguo apartamento?

Pero ya no importa. ¿Y sabes por qué? Por que no eres el único en la oficina que tiene un gran sueño. Ahí, en ese rincón, está Miguel, un chico más joven y más inteligente que tú y que también tiene una banda. "Hoy toca mi banda", dice con su carita de bueno. Se arregla el pelo mientras mira al suelo. "No tienen que pagar entrada, por si queréis ir". Y terminas en un bar con Martita, la contable. "Tuve que pedirle a mi vecina que cuidara a mi hijo", dice Marta. "Me encanta bailar". Llegas temprano, llevas vaqueros y zapatillas y ves cómo Miguel hace la prueba de sonido. Resulta que su banda es muy buena. Toca la música que te gusta y que algún día esperas tocar de forma profesional. Hasta tienen una versión de una de tus canciones favoritas. Y tú bebes y bebes mientras Marta baila muy cerca de ti y te preguntas cuándo comenzó todo a ir mal. Maldito Miguel, malditos sean tú y tus sueños.

AL FINAL CAMBIAS DE TRABAJO

Puede que no pase. Puede que te estanques en tu oficina actual y te quedes ahí para siempre. Incluso podrías morir ahí. ¿Tienes idea de cuántas personas mueren en sus escritorios? Más de las que crees. Su cabeza queda sobre el teclado. Y con lo que haces y lo mucho que tardas en entregarlo, imagínate cuánto tiempo va a pasar antes de que alguien se de cuenta. ¿Un día tal vez? Puede ser. Si te sientas en un rincón y mantienes un perfil bajo, es probable que pase una semana antes de que alguien se de cuenta del papeleo acumulado. Seguro que el que encuentre tu cadáver va a tener que revisar tu tarjeta identificativa porque no sabe cómo te llamas. Todos se van a cabrear porque cuando dejaste caer tu cabeza en el teclado, quien sabe cómo lo hiciste pero cerraste tu sesión y como no tienen la contraseña, van a tener que tirar tu ordenador. Ése es tu legado. Un Dell en el cubo de la basura. Ése eres tú.

No es cierto, vas a conseguir otro trabajo. El problema es que es muy difícil buscar trabajo cuando el tedio de todos los días en tu oficina de mierda te está consumiendo. Y es todavía más difícil si te aumentan las horas de trabajo y sientes como si estuvieras en un extraño purgatorio. Sí, odias tu trabajo, no estás satisfecho y te aburres todo el tiempo, pero tienes miedo de saltar porque puedes caer. Así te atrapan, así te ponen la soga al cuello. Te dan un mísero aumento para que estés un año más, y luego otro, y otro hasta que un día despiertas y piensas: "Hoy tengo que enviar ese correo. Hoy". Después empiezas a llegar temprano y a salir tarde, a revisar tu correo en el autobús. Y te das cuenta de que tienes veintitantos y te importa tu trabajo de mierda. No. Esto no puede pasar.

No sé cómo puedes hacer para conseguir un trabajo de verdad. Lo único que sé es que todos los saltos medio decentes que he tenido en mi trayectoria han sido gracias a las personas que conozco y a las quejas sutiles sobre lo mucho que odio mi trabajo y las cosas que me gustaría hacer, y no gracias a las solicitudes larguísimas que tienes que rellenar y enviar al abismo digital para conseguir trabajos que en realidad no me interesan. Solo los idiotas y los agentes inmobiliarios utilizan LinkedIn, pero la idea principal en la que se basa esta aplicación —es mejor que la gente haga conexiones laborales en vez de estar buscando a ciegas en las páginas como Infojobs— es muy buena.

Así que lo mejor es que salgas y conozcas gente nueva. Haz nuevos amigos y diles lo bueno que eres para fotocopiar listas de cosas pendientes. Cuando te inviten a salir, diles: "Oh, lo siento, no puedo ir hoy porque llevo tres años en el mismo trabajo de mierda y necesito un cambio ya". Van a entender lo que quieres decir. Ya sabes, haz algo para que quede claro el mensaje. Podrías poner la cabeza de un tío de una agencia de trabajo temporal en una barra de metal y colgarte uno de esas pizarras blancas e ir a una estación del metro y gritar: "EN SERIO, EXIJO UN TRABAJO DECENTE YA". Sé creativo. Piensa out of the box. Hazlo por ti.