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Este menor fue retenido por los Mossos por ser negro

Elián, de 15 años, fue retenido e interrogado durante dos horas por los Mossos d'Esquadra sin darle ningún tipo de explicación.

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El pasado sábado 25 de enero, un chico de 15 años llamado Elián fue retenido durante un par de horas frente la estación de Renfe de Tarragona por los Mossos d'Esquadra. Él era la única persona negra del grupo de amigos con los que iba y fue precisamente el único al que los agentes decidieron interceptar. Le llevaron al parque de delante de la estación y le obligaron a mostrar todo lo que llevaba en los bolsillos; le hicieron sacar la chaqueta y los zapatos; lo pusieron de cara a la pared para cachearlo y luego le sometieron a todo tipo de preguntas. En ningún momento le permitieron contactar con sus familiares.

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Elián nació en la República Dominicana y a los ocho meses fue adoptado por una familia catalana que actualmente reside en Cambrils. A partir de este incidente —y puede que también porque ya era la sexta vez que la policía paraba a su hijo por posibles razones raciales—, la madre de Elián decidió escribir un comunicado en un periódico digital denunciando los hechos. Del mismo modo que con Elián, ese mismo sábado los Mossos se dedicaron a parar de forma taxativa y recurrente a todos los jóvenes que veían de origen árabe, latino o de color negro.

Puede parecer un poco absurdo —y joder, lo es— pero todo este exagerado control policial fue debido a una quedada masiva que unos chavales marroquíes habían organizado a través de Facebook, algo que no tenía nada que ver con Elián. La fiesta, cuyos organizadores habían decidido llamar Rwina F Eroski "___ " contaba con 400 asistentes y se iba a celebrar en el Eroski del Parc Central. Llegados a este punto ya comprenderán ustedes lo kafkiano de todo el asunto. La palabra "rwina" es la forma con la que los jóvenes marroquíes se refieren a una buena jarana y a los Mossos de Tarragona no les gusta ni la jarana ni que la ciudad se convierta en la cuna de una gran afluencia masiva de marroquíes por lo que ese día decidieron intervenir por miedo a que pudieran producirse disturbios o peleas.

Pero eso no es todo, ese mismo sábado corrió por las redes una falsa noticia sobre un atentado yihadista en Tarragona que aseguraba que estaban "detenidos en el Eroski de Tarragona cuatro yihadistas con 'intención de atentar'". Esta falsa noticia sumada a la afluencia poco habitual de jóvenes de diversas nacionalidades y a los cacheos e interrogatorios realizados por parte de agentes —armados y con chalecos antibalas— frente a la estación de Renfe despertó la alarma social en la ciudad, aún sensible con los recientes hechos de Charlie Hebdo. Los Mossos aseguran que su intervención no tenía nada que ver con el supuesto atentado y que simplemente estaban siguiendo de cerca la evolución de la macro fiesta temiendo por posibles incidentes. De todos modos ellos aseguran que este tipo de controles son normales ya que "en el caso de las estaciones de tren y autobuses, de manera preventiva, se suelen identificar personas, ya que son sitios donde existe una gran afluencia de gente y es un sitio propicio donde se pueden cometer hurtos. Por este motivo y, siempre con dispositivos policiales ordinarios, se identifican personas, pero en ningún caso, por motivos raciales".

La triste verdad es que ese sábado se estaban llevando a cabo identificaciones selectivas según el color de la piel de las personas que circulaban por la zona, incluso siendo alguna de ellas —como en el caso de Elián— menores de edad. Carles Castillo, el concejal de Seguridad Ciudadana cree que esta operación fue "proporcionada" en relación a "una pelea que se podía dar entre diversos jóvenes de la ciudad". En cuanto a la discriminación racial añadió que "evidentemente no me parece bien". Claro, ¿a quién le va a parecer bien señor Castillo?

Todas estas acciones pueden estar relacionadas con la nueva política de lucha antiterrorista que los Mossos están realizando estas últimas semanas en la zona con motivo de los atentados en Francia , asumiendo un aumento del control y vigilancia en los puntos del territorio con más afluencia y movimiento de gente, como el Aeropuerto de Reus o las estaciones de Renfe de Tarragona, Reus y el AVE del Camp de Tarragona. De hecho esta misma semana se ha aprobado el nuevo pacto antiterrorista en todo el estado español.

Sea por lo que sea, nada puede justificar un control de los ciudadanos basado en actitudes racistas como estas, más si vienen dadas por parte de las instituciones. Generar estos climas no es precisamente la mejor forma de acallar una vergonzosa psicosis ciudadana, más bien todo lo contrario; genera, justifica y populariza el miedo y el odio dentro de las sociedades.