Estos jóvenes peluqueros cortan el pelo gratis a los pobres

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Estos jóvenes peluqueros cortan el pelo gratis a los pobres

Visitan hogares de ancianos, centros infantiles y refugios para indigentes ofreciendo sus servicios a los menos afortunados.

Vinícius Rodrigues a la izquierda; Esdras Gomes a la derecha. Todas las fotografías por Guilherme Santana.

Este artículo se publicó originalmente en VICE Brasil.

Son las 8:30 del sábado y Vinícius Rodrigues, de 22 años de edad, abre las puertas de su barbería al este de S ão Paulo. Un poco antes de lo habitual, para que le dé tiempo a atender a los que no pueden permitirse un corte de pelo. A las puertas de Bom de Corte (algo así como el "as de los cortes"), un grupo de chavales espera su turno sentados en coloridos pufs.

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Esta es la primera vez que Vinícius ofrece cortes de pelo gratis en su local. Una vez al mes, sin embargo, él y su amigo Esdras Gomes, de 19 años, visitan hogares de ancianos, centros infantiles y refugios para indigentes ofreciendo sus servicios a los menos afortunados.

Fue el padre de Vinícius quien lo animó a hacer un curso de peluquería. En una de las clases, conoció a Esdras y desde entonces son inseparables. Vini me cuenta que antes de empezar a trabajar como peluquero, era camarero y también de reponedor en un almacé. A pesar de que nunca se había planteado dedicarse a la peluquería, asegura que le bastó una clase para engancharse.

«Pagué 50 [13 euros] por la silla, mi madre me regaló el espejo y listos», dice, recorriendo el local con orgullosa mirada. «Somos modernos. No ofrecemos revistas ni café a los clientes, pero tenemos wifi». Un corte básico cuesta unos 12 reales [menos de 3 euros] y, en un buen día, Vinícius suele tener unos 25 clientes.

Muchas veces recurre a Google para inspirarse en estilos afroamericanos. Según Vini, es la guía definitiva para perfeccionar las líneas, los degradados y las formas geométricas que están teniendo tanto éxito en las afueras de São Paulo. «Antes de que empezáramos, no había nadie que cortara el pelo por aquí», nos explica. Está convencido de que con su estilo marca tendencias: «Cuando colgamos un corte en internet, a la semana siguiente todos los niños del barrio lo llevan».

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Una vez a la semana, Vinícius también enseña a cortar el pelo a los chicos del barrio vecino de Itaquera. «Los cursos que yo hago son caros. Uno de un día puede costarte 300 reales [unos 80 euros], y si no sigues el ritmo, es fácil que te quedes atrás».

Esdras tiene su propio local junto al de Vini. Se llama Salão RB. «No me preguntes por qué lo llamo así», me dice, y yo se lo pregunto. «Cuando era pequeño, se metían conmigo por el barrio en que vivía, porque había una cloaca abierta cerca. Era un sitio muy feo. La gente empezó a llamar a mi barrio "Rola Bosta" (literalmente, mierda rodante). No me molestaba para nada. Es más, le puse es nombre a mi local», explica.

El dúo de peluqueros me dijo que empezaron a hacer cortes gratuitos después de que Vini viera un vídeo de Paulo Bronks en el que pedía a la gente que hiciera donativos para los niños más desfavorecidos. «Contacté con él y le dije, "Mira, yo no tengo dinero, pero puedo cortar el pelo gratis"».

Vinícius y Esdras tienen intención de abrir un local juntos. Y ¿quién les corta el pelo a ellos? «Yo se lo corto a él y él a mí. Nos ayudamos mutuamente», explica Vini entre risas.

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Traducción por Mario Abad.