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Música

Yo tampoco sabía que Eugenio hacía folk ñoño con su mujer y casi va a Eurovisión

Julio Iglesias le ganó la batalla para representar a España en el festival de la canción. Descubrió su vocación de humorista contando chistes en los conciertos, serio, con cubata y cigarro.
Eugenio y su esposa Conchita se hacían llamar Los Dos (anteriormente Els Dos). Imagen vía RTVE

Siempre defendemos que el humor involuntario es cien veces mejor que el humor autoconsciente. Ahí están las pulseras anti-Podemos o el desternillante nuevo programa de Buruaga en La 1, cuyo único fallo es que no se emite a diario. Y esto mismo nos acaba de pasar con un hallazgo del pasado de Eugenio. ¿Sabes de quién hablamos o eres asquerosamente joven (e iletrado)? Hablamos del fallecido humorista que contaba chistes serio, vestido de luto, fumando Ducados y con copazo en la mano. Era muy bueno en lo suyo. De los mejores. Pero su tirabuzón de la risa más memorable lo hizo sin pretenderlo, guitarra en mano.

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Quizá tú ya sabías que en 1970 intentó representar a España en Eurovisión cantando con su esposa Conchita, pero mis amigos, familia y compañeros de trabajo no. No teníamos ni idea. Y los amigos y familia de mis compañeros de trabajo tampoco. Lo acabamos de descubrir y nos ha alegrado la semana. Resulta que ese señor de barba y gafas oscuras, fue en algún momento uno de esos trovadores ñoños que incluso el guionista de Spinal Tap parodió en el falso documental Un poderoso viento. Y que los hermanos Coen exprimieron (Justin Timberlake) en su peli A propósito de Llewyn Davis. Músicos de folk sesentero. Cantautores moñas de cuello cisne. Eugenio hizo eso mismo, pero sin ironía. Mira:

Balada del maderero "Sé que soy muy feliz,no me engaña el corazón,la madera para míes igual que una canción".

Ya lo has visto. Parece un sketch. Se hacían llamar Los Dos (anteriormente Els Dos), los presentó Laura Valenzuela y su interpretación candidata al festival europeo de la canción era monjil de manual. Lo único más cursi que ellos era la letra de la canción LA BALADA DEL MADERERO: "Sonreír, trabajar, es un canto al porvenir. La esperanza de un hogar,la razón de mi existir.Sé que soy muy feliz,no me engaña el corazón,la madera para míes igual que una canción". ¿En serio? Sí, en serio. Nos da pena que Julio Iglesias les arrebatara el puesto con "Gwendolyn", chafando así su viaje a Ámsterdam, pero la derrota fue más que merecida.

Las melodías de Los Dos nos transportan a un mundo de olor a suavizante y praderas soleadas que no tiene mucho que ver con la historia real del dúo. Empezaron a tocar ya en la treintena y tras años trabajando, uno desde niño como mecánico joyero y la otra como delineante. Su carrera se redujo a participar en festivales de villancicos (Repica el tambor, Doce Campanadas, Sol de Navidad…) y tocar en bares, musicando poemas en catalán y temas de la nova cançó. No sólo no triunfaron sino que Conchita murió de cáncer con cuarenta años, cuando su marido ya alternaba tonadillas y chistes en el escenario pero aún no decía "¿saben aquell que diu…?". Con el tiempo, se convirtió en esto: