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Cultură

Euskadi independiente y flamenco: los gitanos nacionalistas vascos de Bilbao

"El gitano apuesta por el referéndum. Queremos saber la opinión del pueblo acerca de la independencia"

Tito Borja. Todas las fotos del autor

«Antes de morir me gustaría ver una Euskadi independiente», dice Tito Borja. Tito es un gitano criado en Bilbao La Vieja, afirma conocer este país a la perfección. Desde hace mucho tiempo lucha para que el pueblo gitano asentado en Euskadi pueda tomar parte en la vida política. «Soy gitano y vasco a partes iguales, para mí no hay diferencia. Soy votante del PNV desde hace años», dice Tito con orgullo. Al preguntarle por los motivos de su simpatía por el partido creado por Sabino Arana, Tito es tajante. «Son los únicos que nos han tocado la puerta a la comunidad gitana. Sin intereses. Otros partidos se han acordado de nosotros nada más que en las elecciones. El PSOE ha intentado comprar votos de gitanos con meriendas y demás, pero luego se olvidaban de nosotros». Este gitano vasco que tiene una asociación para la integración en la sociedad de gente desfavorecida, es un hombre muy conocido y respetado en el barrio. «He ayudado a mucha gente a dejar las drogas, hay muchas personas que me empezaron a conocer por eso. Como era conocido, el PNV tocó mi puerta para pedir consejos. Yo se los di encantado», dice Tito con orgullo gitano. «Conozco a Urkullu desde hace años, antes incluso de que copara las primeras posiciones en la lista del partido. También conozco a Andoni Ortuzar. Pero el que mejor nos ha tratado ha sido el lehendakari Juan José Ibarretxe. Nada más llegar a ser lehendakari nos invitó a gitanos que luchábamos por la integración y simpatizábamos con su partido a ver cómo era Ajuria Enea (casa de Vitoria en la que viven los lehendakaris cuando son elegidos). Ese gesto atrajo a muchos gitanos a simpatizar con el PNV», añade Tito, «aunque yo para entonces ya les votaba».

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Tito Borja

Puede sorprender cómo un pueblo errante como es el gitano, vote masivamente a un partido nacionalista de mucho arraigo como es el PNV. La explicación es bien sencilla para Ángel Borja, «representa mejor que ningún otro partido nuestra ideología». Este hombre de respeto, conocido en el barrio de Otxarkoaga (barriada de las afueras de Bilbao) y en los alrededores como Obispo Txinero ha hecho campaña desde su centro de culto evangelista de Filadelfia por el PNV. «Hay gente que se me acerca pidiendo consejo continuamente. El gitano hasta el día de hoy no ha recibido buena educación, ha sido maltratado públicamente desde las instituciones. El PNV ha querido cambiar eso y aunque le falte mucho camino por recorrer, se le ve voluntad. Se ha encaminado a entender la cultura gitana y al propio gitano. Por eso yo voto al PNV, mi familia vota al PNV y doy papeletas a los gitanos indecisos para que voten por ellos», dice orgulloso el Obispo Txinero acompañado de su hijo Jesús en el centro de culto evangelista. Tito Borja va más allá y explica que «si te fijas en el lema del PNV es jaungoikoa eta lege zaharra (en euskera «Dios y la ley antigua»). Los gitanos somos así, creemos en Dios y adoramos la ley antigua de la tradición». «Por eso», añade Tito Borja, «el pueblo gitano vota en masa al PNV. Es un partido tradicionalista. No lo vota solo porque le den una papeleta y le digan vota a éste o a otro. No. Vota porque sus ideales son muy afines al partido en cuestión».

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Tito Txinero

Tanto Tito como el Obispo Txinero son representantes de la comunidad vasca en la asamblea de gitanos del Estado Español. «Me enfado mucho cuando veo a gitanos que me dicen que votan al PP en España. Les digo ¿Cómo votáis a los mismos que durante la época de Franco nos repudiaban y maltrataban? ¿No os dais cuenta de que estos políticos son los hijos de aquellos que mantuvieron la dictadura? Tengo muchas broncas por eso porque saben los gitanos españoles que yo voto y hago campaña por el PNV. ¡Incluso he llegado a estar en una mesa de apoderado!». Preguntándoles por los últimos acontecimientos que se están dando tanto en Cataluña como en el País Vasco, los dos, tanto Tito como Txinero son claros. «El gitano apuesta por el referéndum. Queremos saber la opinión del pueblo acerca de la independencia», dice Tito. Sin embargo Txinero, que así le gusta que le llamen y así le conocen todos en el barrio de Otxarkoaga, añade «al gitano no le gustan las divisiones. Cada uno vería lo que votaría en ese referéndum. Habrá gente que vote no y otra que vote sí. Pero te digo en serio que los gitanos estamos por el derecho a decidir».

Al preguntarles por posiciones políticas de extrema derecha que han tomado últimamente en España los gitanos, como es el caso de Castellón, Tito Borja es tajante; «Son ignorantes. No entienden cómo esas posiciones nos han hecho daño históricamente a los gitanos. Apoyar a esos partidos… En fin». El Obispo Txinero va más allá y añade que «el gitano ha vivido en una ignorancia muchas veces impuesta. Somos el pueblo que más ha sufrido históricamente. Los partidos políticos se aprovechan de esa ignorancia y buscan al gitano para los votos. Nada más. La ignorancia ayuda al poderoso en contra de los gitanos, de su propio pueblo».

Muchos gitanos, para explicar su predilección por el PNV se aferran a su arraigo histórico tanto cultural como social en la zona. Una demostración de ello, la da Oscar Vizarraga. El jefe del departamento de comunicación de la asociación de gitanos Kale Dor Kaiyko («gitanos del futuro» en lengua calé) pone el ejemplo del erromintxela. Este dialecto del euskera hablado por los gitanos que habitaron esta zona desde tiempos inmemoriales (la cultura gitana no ha tenido costumbre de escribir su propia historia ya que se ha basado en el lenguaje oral para trasmitirse) es motivo de estudio en la Universidad del País Vasco. Oscar, persona culta y dicha en la materia, habla con pasión del erromintxela. Pero advierte que «los estudios que se han llevado a cabo se han hecho desde posiciones muy etnocentristas, tratando a este dialecto siempre en una escala más baja. Pero nuestro esfuerzo de integración no se puede estancar por esto. Estamos creando grupos de música en la que jóvenes gitanos tocan y cantan a nuestra manera música tradicional vasca, como Txoria txori (popularizado por Mikel Laboa en los 60 y 70) e incluso el himno del Athletic de Bilbao. También utilizamos el deporte para la integración. Desde siempre el gitano ha tomado parte en las pruebas de deporte rural del País Vasco. Como ejemplo tenemos a los Gabarri, grandes campeones de pelota que no pudieron dedicarse a la pelota vasca de manera profesional ya que eran vendedores ambulantes y debían estar en los mercados que mayoritariamente se celebran los fines de semana».

Oskar Vizarraga

Para el Obispo Txinero la cuestión de la lengua es una razón más para que su pueblo decida tomar parte en la política del país con preferencia al partido sabinista. «Todos los niños gitanos debieran saber euskera y utilizarlo en el día a día. Si somos vascos somos vascos. Queremos a esta tierra como la nuestra. Fíjate cuánto la queremos, que hemos nombrado a Xabier Arzallus, Tío Arzallus (titulo otorgado a los hombres de respeto de la cultura gitana). Es un hombre al que le adoramos en la comunidad gitana», afirma con una sonrisa en la cara este ferviente defensor del PNV. Aunque dentro de la comunidad de gitanos de Bilbao hay voces discordantes. Un hombre que prefiere mantenerse en el anonimato afirma que muchos partidos «utilizan a los gitanos en general como moneda de cambio por intereses muy personales. Quieren beneficios personales antes que los beneficios de toda la comunidad». Al preguntarle a Tito Borja este desmiente esos intereses personales. «Conseguir este local de ayuda al desfavorecido en una barrio como este (la asociación tiene un pequeño local en la calle Cortes de Bilbao) ha costado muchos años y mucho sacrificio. Que no digan luego que miramos solo por nuestros intereses al ayudar al PNV a recabar votos. Yo desde luego miro por el bien de todos y eso pasa por votar al PNV. Si que ha podido haber malas praxis a la hora de pedir el voto a un gitano, pero después de muchos años siendo simpatizante y votante del partido no he conseguido nada. Te repito que este local ha costado mucho conseguirlo».

Viendo los resultados obtenidos en Otxarkoaga por el PNV parece que la comunidad gitana y la más desfavorecida votó con profunda fe a Juan María Aburto para que ostentara el cargo de alcalde de Bilbao. En eso Txinero se enorgullece. «Hemos hecho buena campaña a favor de ellos, hemos ido dando papeletas, tanto yo como mi hijo a la gente de nuestro alrededor». Su hijo Jesús, que también quiere seguir la carrera religiosa como su padre, así lo afirma. Al despedirnos el Obispo me dice que «la siguiente vez quedaremos en un Batzoki (Bar del PNV) de Bilbao» y sonríe.