Dos Hermanas es una localidad sevillana que recibe su nombre del apellido de las hermanas Elvira y Estefanía Nazareno. Según la leyenda, descubrieron en una cueva la imagen de una "Santa Ana" y una campana, que se conservan. Sus habitantes se llaman "nazarenos", a partir del apellido de aquellas dos hermanas a quienes se atribuye la fundación de la población. En este municipio se encuentra la fábrica de las vaginas más folladas de Europa.

Llegamos en el coche hasta el Polígono Industrial Carretera de la Isla. El navegador, que nos ha obligado a realizar previamente un par de visitas panorámicas no deseadas alrededor de la capital andaluza, nos guía finalmente hasta la puerta de Fleshlight International y hasta el joven gerente de esta empresa norteamericana, Juan Ziena, un ingeniero informático que nos espera fuera y nos hace pasar hasta su despacho. El sitio está decorado con gusto, mesas de madera noble, cuadros de caballos y un expositor con diversos juguetes sexuales. Una pantalla de plasma colgada en la pared muestra datos de ventas en tiempo real de este imperio. A su lado, algunas de las caras más conocidas del porno norteamericano nos observan con mirada retadora desde un display. Teagan Presley, Stoya, Alexis Texas, Lisa Ann y Tory Black… y así hasta veintisiete nombres de rutilantes estrellas del porno USA.

Fleshlight nació en Austin (Texas) y fue creada en 1997 por Steven Shubin, un ex policía miembro del famoso SWAT. Su esposa esperaba gemelos cuando se le diagnosticó un embarazo de riesgo, por lo que los médicos les prescribieron abstinencia sexual durante los nueve meses de gestación. Steven hizo lo que hacen los grandes: buscar la solución en un garaje, donde ayudado por sus hijos adolescentes y en modo científico loco, creó un modelo de vagina que poder penetrar y así satisfacer sus necesidades sexuales. El producto final resultó tan satisfactorio que Shubin, pensando en todos los hombres del mundo que podían encontrarse en su misma situación (voluntaria o involuntariamente), decidió invertir en su idea y convertirla en negocio Su esposa Kathy le puso sólo una condición para lanzarse a la aventura: lo que fabricasen, tenía que estar hecho con buen gusto. "Algo artístico, que no sea el típico producto cutre para adultos"

La empresa tiene dos centros de producción. El de Austin cubre el mercado estadounidense, Canadá y Australia. Shubin empezó a vender de forma directa y más tarde de forma telemática, creciendo exponencialmente las transacciones hasta haber colocado la friolera de nueve millones de vaginas en lata en el marcado hasta el día hoy. Los Shubin, en plena expansión, decidieron asentar su línea de producción europea en España por el buen tiempo y su afición por los caballos. Cuando le preguntamos al señor Ziena qué le convenció para dejar la empresa del sector tecnológico en la que trabajaba y dedicarse a este, ríe afable y nos cuenta que "la verdad es que cuando me lo propusieron pensé ¿Cómo me voy a ir yo a fabricar chochos? ¿Estamos locos o qué? En cambio, cuando vi la potencia de la empresa americana en un viaje con Mr. Shubin a su fábrica de Austin, y las cifras que indicaban claramente que la evolución del mercado en Europa iba a ser brutal, me resultó fácil decidirme. Y aquí llevo cinco años y medio."

En la factoría de Dos Hermanas de producen al día unas 1400 unidades, unas 342.000 al año, de las cuales venden un 96%. Los países que más pedidos realizan son Alemania, Reino Unido y Francia pero reciben pedidos de Israel o Turquía. Exportan más países protestantes y en los meses de invierno. La empresa estaba a punto de expandirse en el mercado ucraniano, pero la guerra en el este del país ha paralizado los planes. Otro país en el que tienen un gran interés es Rusia.

Gran parte el secreto del éxito de algo tan extraño como estas vaginas enlatadas con forma de linterna (de ahí el juego de palabras del nombre de la empresa: Fleshligt) está en la fórmula del material empleado, que (como la Coca Cola) es secreta, aunque al parecer se trata de una mezcla especial de termoplásticos y aceites que consigue un tacto y aspecto realista.

Ziena comenta que, en la búsqueda de nuevos emplazamientos de ventas, esperan poder acceder en el futuro a distribuir sus linternas del amor en farmacias y parafarmacias como productos médicos sanitarios. Asegura que sus productos pueden ser usados para tratar problemas de eyaculación precoz o para el cuidado de la próstata. Uno de sus artículos es una vagina genérica y muy económica que las clínicas de fertilidad pueden regalar a sus clientes masculinos para la recolección del semen. Fleshligh tiene entre sus política de promoción el patrocinio de congresos y eventos sobre salud masculina.

Bueno, vale, una fórmula química no es que de demasiado morbo, ya. Hay algo más. Fleshlight tiene un acuerdo con la productora porno Digital Playground, mediante la cual realiza moldes de las vulvas de aquellas actrices que quieran poner sus órganos sexuales al alcance del gran público. Las actrices cobran royalties por cada artefacto vendido. El modelo a la venta de cada chica tiene su propia textura interna y esto fomenta el coleccionismo entre los consumidores. Hasta el momento sólo les ha fallado el modelo de una BBW (Big Beautiful Woman), pero las MILFS van viento en popa y hasta han sacado una línea Granny que seguro que venderá mucho en Alemania. El mascarón de proa en este caso es la veterana Nina Hartley. También venden modelos de anos de algunas actrices.. Todos vienen firmados.

Además de los agujeros enlatados, existe una gama de accesorios pensados para potenciar el goce. El Sleeve Warmer (una especie de barra que calienta la "piel" del invento y que parece un altavoz de diseño), los lubricantes con efecto calor o frío (basados en agua, los que están basados en aceite corroen el material), el Fleshligh Wash (un producto antibacteriano para los maniáticos con la limpieza) o las balas vibradoras, que se introducen en unos huecos ad hoc para dotar de vibración a la experiencia sexual. Otro de los ingenios, que parece salido de los laboratorios del mismísimo Q, es el Shower Mount. Se trata de una especie de asidero que se puede colocar en la pared de la ducha o donde a uno le pille la fantasía. En él se fija tu vagina del día y allí que le puedes dar a gusto cuando te apetezca descargar tensiones. Todo además producido en España. Menos las balas.

Para el cuidado y mantenimiento del vaginomorfo se recomienda la aplicación periódica de un "polvo de renovación" hecho con almidón de maíz.

Juan nos adentra en la nave industrial donde sucede la magia. Casi me gustaría que la puerta fuese de esas de pelis de atracos a lo bestia, redondas y blindadas, que hubiese un lector de corneas o de huellas dactilares para controlar el acceso. Comenzamos con el showroom, un espacio creado para pasear la gama de productos en ferias y festivales eróticos y que parece el taller de un Papa Noel muy salido. Las paredes se encuentran decoradas con cuadros de los que cuelga los orificios comercializados de su plantel de estrellas del cine para adultos. Bocas anos y vaginas que se pueden toquetear a discreción. Los dedos bailan y las gargantas se secan. Sobre los diversos expositores se pavonean los fleshjacks, reproducciones fieles de los penes de actores porno gay, o las de sus culos. También están los pink limpy, que son unos penes fláccidos que algunas chicas transexuales compran con fines estéticos y de reafirmación de la autoestima: para vestir y sentirse más chicos. O las unidades Stamina, diseñadas para aquellos que, teniendo una vida sexual activa, quieren mejorar en su performance habitual. O algo que parece un cenicero de IKEA pero que es un Quickshot, una follacosa más pequeña, discreta y portátil.

En una pantalla de plasma gigante vemos un vídeo con Jenna Haze tumbada sobre una camilla mientras le untan en las partes nobles una sustancia azul con la que tomarle el negativo.

Casi mareados, nos acercamos al espacio de trabajo de los artesanos de la vagina enlatada. Hay dos enormes mesas, cada una con cuarenta y seis dispositivos de moldeado Son unas cajas llenas de cables que parecen bombas de cualquier película de La Jungla de Cristal y de las que rezuma un líquido rosado. Dentro están los santos griales, los moldes metálicos de las vulvas de las actrices de Digital Playground. En Dos Hermanas trabajan 30 empleados en su planta de Dos Hermanas, que trabajan distribuidos en dos turnos. Todos ellos gozan de contrato fijos. En una de las secciones de la fábrica, nos encontramos con uno de los trabajadores. Rafael inyecta la mezcla secreta en una de ellas.

-¿Qué tal?

-Bien, Gracias.

-¿Cuándo te pregunta alguien donde trabajas, qué les dices?

-Que en 'fleshlai'

-Ya, ¿y cuando te preguntan qué haces aquí?

-Les digo que trabajo con látex.

-Ahá. ¿Y qué tal, que piensas de lo que haces? ¿Estás contento?

Estoy muy contento. Pienso que esto es un invento de maravilla. Yo no soy partidario de ir a otros sitios [los clubs de alterne] Y si esto puede ayudar a que no haya infidelidades, pues imagínate… ¡Qué bien!

Otro de los trabajadores es Mamadou, de Guinea Conakry. Le preguntamos por su experiencia en la fábrica. Él se encarga de gestionar pedidos. Sobre su mesa tiene un ordenador y una serie de cajas con sus discretas facturas (no dejan entrever el carácter sexual del envío) y los packs que está a punto de mandar a diversos puntos de Europa. Una conocida empresa de mensajería se acerca dos veces al día por allí para recoger los objetos de deseo y mandarlos de viaje.

-Yo soy musulmán y mi familia en mi país no sabe a qué me dedico. Bueno, mi padre sí, que estuvo de visita hace unos meses. Pero estoy muy contento con mi trabajo y no hago nada malo. Me encargo del papeleo y eso.

Hay otras dos mesas donde se realiza el control de calidad. Se desechan las mangas o vaginas que presentan defectos como estrías o burbujas.

¿Hay quince días para devolver el producto si uno no está satisfecho?

-Si el producto está defectuoso, se sustituye inmediatamente. Pero es complicado que eso suceda. Verificamos el estado del cien por ciento de todas las unidades.

¿Y alguna vez le habéis mandado un pene a un hetero o una vagina a un gay?

- Sí, no somos dioses. Cuando se produce algún error como ese, que es casi nunca, nos disculpamos y sustituimos el producto al instante.

¿Qué se hace con una vagina o un culo en lata que es devuelto?

-Se destruye.

Recorremos la zona del almacén, pasillos interminables de estanterías llenas de vaginas, bocas, anos y penes de todas las líneas comercializadas. Entre los productos más exóticos está el Succu, que es una boca de vampiro, con sus dientes y todo, por si alguien tiene algún deseo pendiente con Robert Pattinson. Hay un pene zombi (muy mala pinta, grisáceo, que parece mordisqueado), que me hace pensar en el destino de Glenn. Nuestro cicerone nos informa que ese modelo casi se agotó en Halloween. Hay un modelo de dildo y vagina del monstruo de Frankestein, con sus cicatrices y sus costuras. Existe hasta una versión sexual libre de la vulva y vagina de los na'vi de Avatar…con dos clítoris. "¿Quién será capaz de meter su picha ahí dentro?", pienso.

Estamos a punto de irnos cuando Ziena nos presenta una visión del futuro próximo. Si aquello fuese una peli de Hollywood, de debajo de una sábana blanca sacarían a un flamante robot armado hasta los dientes. Sin embargo, el ingeniero nos muestra sobre una mesa una cosa parecida a un objetivo fotográfico que se ajusta a la parte posterior de la vagina enlatada. Se llama V-Stroker y lo que hace es medir el ritmo de tu penetración y enviarlo al ordenador de manera inalámbrica, donde estás viendo una película especialmente codificada para interactuar con tu movimiento. Si vas más rápido, la actriz gime más, si sacas tu falo del fleshlight, la actriz pide que se la vuelvas a meter. ¡Qué listas son las máquinas!

El otro invento tiene el aspecto de un disco duro externo, o un altavoz. En un lateral tiene un agujero. Me dice que me acerque y en su interior observo unas anillas de diversa textura que se mueven en movimientos circulares.

Ni Julio Verne imaginó algo así. Impresionante. Llega la hora de irnos y siento el impulso de esconderme en el almacén y pasar allí la noche. Otra fantasía más, en fin. Ziena nos regala amablemente un par de vaginas al despedirse de nosotros. Me decanto por Alexis Texas, una rubia neumática puro yanqui que me mira desde la caja que ha realizado una empresa de packaging que se encuentra a tres naves de distancia, en el mismo polígono industrial.

Mientras buscamos, todavía aparcados frente a las instalaciones de Fleshlight, algún restaurante donde comer, vemos salir a los trabajadores. Alguno se enciende un pitillo, se despiden los unos de los otros. Vuelven a casa. Sonríen.

Si quieres te interesan los productos de Fleshlight puedes comprarlos en su página web.