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Cultură

Truco o traca: un congreso internacional de videntes tomó Barcelona

Magic Internacional Barcelona es lo que saldría si metieras en una coctelera industrial a un puñado de Sandros Reyes, otro de vendedores de piedras de mercadillo medieval, unas cuantas estatuillas orientales y algún budista haciendo mantras.

¡Huele a canela! ¡Pero es veneno!

Magic Internacional Barcelona es la mayor concentración de personas con poderes extrasensoriales que se celebra en toda Europa, sin contar las reuniones de antiguos alumnos del Colegio de Harry Potter. Si metes en una coctelera industrial a un puñado de Sandros Reyes, vendedores de piedras de mercadillo medieval, estatuillas orientales, budistas haciendo mantras y agitas, sale este evento. El último fin de semana de noviembre estuvimos ahí. En la Fira del Fòrum de Barcelona, acostumbrada a las corbatas y los teléfonos móviles, la rigidez se relajaba en un ambiente con olor a sándalo.

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Se leía la buenaventura y hubo hasta bodas celtas. Montse y Guille se casaron ante nuestros ojos en una ceremonia oficiada por un archidruida cuya web nos recuerda que existe el divorcio celta, por si las moscas.

Boda druida

¿Es la palabra "friki" eso que se forma en tu cabeza? Olvídala. Según fuentes oficiales, el negocio de lo esotérico mueve unos 3.000 millones de euros al año en España. Se sospecha que el monto es todavía mayor, pero la única forma de averiguarlo sería preguntar a un adivino pues, aunque los videntes suelan usar la magia blanca, son bastante amigos del dinero en negro.

Caja B, llamadas a la confianza y predicciones sobre el futuro hacen de esta feria una especie de caricatura del Partido Popular. Como en la crónica parlamentaria, hay dos formas de narrar el Magic BCN: la primera, tomar una distancia cartesiana. La segunda, obedecer a los brujos y abrir la mente sin miedo a que se forme corriente y se vuelen los papeles del racionalismo.

Dos palabras se escuchan por doquier: iluminación y energía.

-Tienes una iluminación en la tercera casa -me dice una señora.

-¡Verás la púa que me mete Endesa!

Y en cuanto a la energía, por culpa de las moquetas y la lluvia hay una estática criminal. Doy la mano a un vendedor de amuletos y le pego un calambrazo:

-¿No te habré fastidiado el aura?

-No, no. ¡Tienes mucha energía interior! ¡Un gusto en saludarte!

Y así todo el rato.

El recinto está plagado de tarotistas. Absténgase de venir quien busque expertos en capnomancia (estudio el humo), belomancia (examen de flechas), leconomancia (interpretación del aceite vertido en agua), auspicio (entrañas de los animales), esciomancia (sombras o fantasmas), espodomancia (cenizas), osteomancia (huesos), giromancia (marearse y desvanecerse), pegomancia (fuentes y manantiales), psephosmancia (guijarros), sideromancia (paja ardiente sobre hierro al rojo), piromancia (fuego) o hilaromancia (interpretación de la risa).

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Sí se puede encontrar una bruja capaz de realizar a ojo un análisis del color de tu aura. Marianna Strindbach es una argentina de sesenta años. Asegura a este pobre freelance que es índigo y debería pasar su aura a cristal o diamante.

Los tarotistas se disputan la atención y el dinero de los visitantes con relaciones públicas: ¡Tirada de cartas a 20 euros! El adivino Francisco Dorado tiene aires de Jorge Javier Vázquez. Barbudo, chaparro e histriónico, emplea como RRPP a un travesti italiano de metro noventa, muy simpático, que arrastra su capa de Morgana alrededor del stand.

-¿Qué haces tú vestido así?

-Yo no habla mucho español, soy amigo di Francesco.

-Estás muy guapo.

-Gracias, ¿sí?

Un hombre interrumpe. Parece un dependiente de El Corte Inglés de Murcia pero es el novio de Francisco Dorado. Explica que Dorado es muy famoso en radio y televisión pero que ahora vuela en solitario en su propia consulta de la calle Industria.

-¿Es bueno?

-Yo no puedo contestarte, no me parece ético. Pero mira cuánta gente, ¡mira cuánta gente!

Efectivamente: mucha gente. En concreto, una multitud de mujeres se arremolinan en torno al simpático travesti.

Entre los videntes de carne y hueso hay espacio para los robots. Magic Internacional pone a tu alcance un buen surtido de técnicas de brujería adaptadas al siglo XXI. Por unos euros tendrás predicción de una copia de la boca de la verdad de Roma, podrás hacerte una foto del aura con algo parecido al Instagram e incluso escanear tu mano en una fotocopiadora mística que imprime un resumen del resto de tus días.

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Quiromancia: adivinación de la buenaventura mediante el examen de la palma de la mano (sin necesidad de que el paciente sostenga el iPhone con los privados del Facebook abiertos).

-¿Cuánto cobras?

Vidente: desconocida a la que puedes preguntar cuánto cobra y no te parte la cara ni te obliga a pasar por el bidé.

-La voluntad.

Altas expectativas. La mujer se ajusta las gafas y observa con atención mi mano derecha. En Los caballeros de la mesa cuadrada, los Monty Phyton detectaban a las brujas porque flotaban en el agua. En la actualidad se las reconoce porque son clientes de Alain Afflelou y se sujetan las gafas con un cordón. En la postura que pones para leer una mano o echar naipes las gafas ignoran los poderes telequinéticos y se limitan a obedecer la ley de Newton.

La quiromante me da su veredicto. Me espera un final de 2014 difícil. No estoy conforme. Le pido que me lea la otra mano. Otras personas aguardan y la vidente me despacha:

-Es lo mismo en las dos manos, Dios te bendiga.

-¿Qué Dios?

-El que tú más quieras.

Una sensación amarga se apodera de mí. ¿Será toda esta feria un acto de relativismo?

Corro a la sala de conferencias porque dan una charla interesantísima: fórmulas caseras de adivinación, el do it yourself de la brujería. En los asientos proliferan peinados de "señoras que", calvas, blusas floreadas y más gafas con cordón. En la palestra, armados con Power Point, jóvenes expertos explican cómo convertir un muñeco de barro en un teléfono para comunicar con el Más Allá. No se descarta que hable el fantasma de Steve Jobs, porque la puesta en escena tiene mucho de presentación de producto de Apple.

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Después, habla un chico joven sobre la ornitomancia (adivinación mediante el estudio del vuelo y la conducta de las aves). Es guapo: durante el turno de preguntas todas las cincuentonas le preguntarán a él, ignorando a sus compañeras y sobre todo al gordito que animaba a convertir el arroz y la canela en amuletos propiciatorios. Será por preguntar el futuro a las aves que lleva la chaqueta mal abrochada y torcida.

Después, por la tarde, más conferencias interesantes. Cuentan por qué desapareció el vuelo de Malaisia Airlines. Después, toda la verdad sobre los Anunakis, raza extraterrestre a la que le debemos la tecnología, la cultura, el idioma, el pulgar oponible y las torretas con cintas de casete que hay en las gasolineras. En la puerta de la sala de conferencias, un hombre discute acaloradamente con una mujer:

-Pero cómo va a ser un ángel el pequeño Nicolás.

-Que sí…

-¡Estás loca! En todo caso un demonio de Azacello.

Se habla, pues, de mirar al cielo. Es domingo y sobre el Fórum de Barcelona se amasa una tormenta digna de figurar en el Apocalipsis. Pregunto a una anciana qué tiempo hará mañana. Mira a lo alto mientras lía tabaco Pueblo. Dice que lloverá.

Una mujer lleva un rato mirándome. Se acerca y me dice que soy Géminis. Aunque soy Tauro no quiero estropearle el día. Asiento. He hecho bien, se pone tan contenta. Confiesa que ella es muy brujita. Rondará los sesenta años y los cien kilos. Dice ver a mis espíritus acompañantes y le parece que soy una buena persona. Me enternece. Qué veo yo en su aura: una tristeza que nada ni nadie ha querido mitigar. Le pregunto:

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-¿Cómo eran tus fiestas de cumpleaños cuando eras pequeña?

-Malas, yo cumplo años en verano… -se ensombrece. Luego sonríe- pero gracias a eso soy Leo.

Dice que los Leo son fuertes y que ella ha necesitado mucha fuerza en esta vida. Dice que en otra vida tuvo la desgracia de ser Escorpio e hizo mucho daño a sus seres queridos.

-En esta vida me toca pagar.

Más de uno arrastra una expresión de persona con muchas deudas pendientes. También parecen desgraciados algunos de los videntes más exitosos. Se forman colas ante un señor cadavérico que trata a sus clientes con cara de vinagre. Se extienden manos ante los ojos miopes, se lanzan los naipes y un jubilado tiembla cuando su vidente deposita las cartas de El Emperador y La Muerte sobre su tapete oriental.

Normalmente, los racionales cometemos el error de acusar de credulidad a los clientes de la videncia. No es así: basta un paseo por Magic para comprobar que un vidente es una persona con una grandiosa capacidad para decir a las personas aquello que necesitan oír.

Pienso en los libros de "Elige tu propia aventura", los sanadores reparten sus consejos. Ve a la página 242, donde encuentras al hombre de tus sueños. Una mujer con ojos llorosos le pregunta a un vendedor de piedrecillas brillantes: ¿Qué piedra puedo usar para que mi hijo me perdone? El comerciante la abruma con palabras técnicas y después lo explica en cristiano: transparentes.

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-Pero, ¿cuáles?

-Tu propia intuición te llevará a la más adecuada.

Así funciona este negocio: cada uno es dueño del poder sobrenatural. Por más jorobado, tímido o desgraciado que uno parezca, aquí recibe una buena noticia: atesora en su alma un manantial de energía cósmica.

Para mí, lo mejor de todo el Magic Internacional son las predicciones que cada año reparte la profesora Rosana, una mujer que se come muchas consonantes cuando habla pero está considerada como una de las mejores videntes de este país. Demuestra una personalidad curiosa: a grandes rasgos podría pasar por una ignorante que se aprovecha de los crédulos, pero cuando clava sus ojos en alguien es capaz de adivinar muchos secretos. ¿Percepciones extrasensoriales o una intuición muy elaborada? No somos quién para discutirlo y cada uno puede sacar sus conclusiones.

La quieren mucho en Magic Internacional y le dejan hablar de política. El sábado, a las ocho de la tarde, una cola de cientos de personas a las puertas de la sala de conferencias que ya está hasta la bandera. Rosana se sube al escenario, homenajea a un hipnotizador de ochenta años que se llama doctor Marín y porta muchos anillos en los dedos y después se arranca con sus predicciones de 2015 para cada uno de los signos del zodiaco. Después, vaticinios sobre lo que va a ocurrir en la política nacional, y para rematar videncia en directo: ella pide que suba al escenario gente con un DNI que acabe en tal o cual número, y ante miles de personas empiezan a surgir nombres de familiares muertos.

En el metro de vuelta al centro, tres señoras con pinta de intentos fallidos de clonar a Verónica Forqué:

-¿Qué te ha parecido Rosana?

-Pues en su línea… una triunfadora.

-¿Y la videncia?

-Pues yo creo que la segunda estaba pactada, pero las demás… ¡los pelos de punta!