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La guía VICE de lo que está pasando

El pobre CM de la FNAC tuitea un mensaje personal en la cuenta de la firma francesa

Acordaros siempre de cerrar la sesión.

Hablemos de cagadas en el trabajo. Estas esperando el ascensor y de repente llega tu jefe. Una cosa lleva a la otra y termináis hablando de Vila-Matas. Le dices que justo esta mañana has terminado París no se acaba nunca y él te pregunta si le puedes dejar el libro. Abres la mochila para dárselo y es entonces cuando ambos veis claramente esos dos rollos de papel de váter que pretendías llevarte a casa. Son de la oficina. Nadie dice nada pero al día siguiente tienes un mail del departamento de administración.

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Luego está ese tío que encontraron con el pene en la mano en el turno de noche. Las imágenes de la cámara son espectaculares. Hay muchos ejemplos. Cagarla en el trabajo es, hasta cierto punto, normal y necesario.

Cuando al CM de FNAC se le olvida cerrar la sesión de Twitter de — Ibon Perez TV ® ™ (@ibonpereztv)6 de junio de 2016

El caso es que el community manager de la FNAC ayer tuvo un mal día. El tipo —o la tipa— publicó un tuit personal en la cuenta de la empresa, sin ser consciente de ello. El mensaje clamaba "Lamentable el argumentario de tuiteros podemitas. Irracional y mediocre. #PartidoDeVuelta". Minutos más tarde el autor se retractaba, esta vez, utilizando el estilo impersonal de una empresa que habla con sus clientes; era la disculpa del community. El cambio de tono fue evidente: precioso y horroroso a la vez.

Pedimos disculpas por el último tweet emitido por error en nuestra cuenta oficial

— Fnac España (@Fnac_ESP)5 de junio de 2016

Lo publicado no es una opinión de Fnac sino un mensaje personal publicado por error, desde Fnac respetamos todas las opiniones políticas.

— Fnac España (@Fnac_ESP)5 de junio de 2016

Sea papel de váter robado o un tuit desafortunado, no pasa nada. Tenemos piernas para tropezarnos, manos para robar y cerebros para destruir. Pese a que su entrada es ahora mismo un meme en toda regla, la misma narrativa de Twitter ha tendido, poco a poco, a solidarizarse con este pobre profesional de las redes sociales, lanzándole mensajes de apoyo.

Todos hemos mandado mails a cuentas equivocadas o hemos clicado en enlaces que exclaman "¡en esta playa las chicas se vuelven locas! ¡La última es impresionante!". Son errores con los que nos podemos sentir identificados; errors de ahora, errores de la era digital.