Así es trabajar haciendo las fotos profesionales de las escorts
Fotografías cortesía de Kevin James

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Así es trabajar haciendo las fotos profesionales de las escorts

Kevin James lleva 17 años realizando fotografías para las páginas de contactos y las redes sociales de trabajadoras sexuales.

Encuentro el anuncio de Kevin de pura casualidad en Twitter. Dejaba un número de móvil ofreciendo un servicio de fotografía para mejorar la imagen con que las trabajadoras del sexo promueven sus servicios en las redes sociales y en otros sitios web. Ponía un enlace a un sitio con ejemplos de su trabajo y a una revista llamada Erótico México. Le llamé y me respondió una voz en español con un marcado acento inglés.

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Kevin James es un tipo alto y robusto. Tiene nacionalidad estadunidense, aunque en realidad nació en Alemania en 1957. Tres años después lo adoptó una familia germano-polaca que se lo llevó a Estados Unidos.

Me reúno con él una noche de lunes en su estudio de Polanco, en la Ciudad de México. Viste una chaqueta oscura, vaqueros y una camisa rosa. Tiene el pelo rubio peinado hacia un lado y lleva perilla. Hace fotos a un par de chicas, ambas en lencería, sentadas en un sofá rojo. Él da indicaciones a las mujeres: que abran las piernas, que se levanten, se arrodillen o arqueen la espalda.

El trabajo de Kevin consiste fotografiar a escorts y es socio fundador de la revista virtual Erótico México. "No es algo que haya decidido, simplemente pasó, así, de repente", me dice cuando empezamos a charlar. Aunque ya lleva al menos lo que va de este siglo.

Kevin quería ser fotógrafo de guerra. Y no de cualquier guerra, sino de la de Vietnam. Pero cuando concluyó sus estudios, el conflicto había acabado. Por entonces se había desatado el llamado escándalo Irán-Contra, en el que el gobierno estadunidense vendió armamento a su homólogo iraní durante la guerra contra Irak y financió el movimiento Contra en Nicaragua. "Pero no hubo mucha demanda, no era como la guerra de Vietnam, en la que buscaban constantemente fotógrafos y periodistas".

Asentado en Nueva York, en los años ochenta empezó a trabajar como autónomo. "Tenemos que ser diversos en lo que nos dedicamos. Hice fotos de lo que me salió". Entre los paisajes y las modelos pudo colaborar con la revista Rolling Stone y empezar a adentrarse en el mundo erótico. Aunque ya había pasado la época controvertida de Hustler, y Playboy y Penthouse habían dejado huella, todavía "muchísimas chicas buscaban a alguien que les hiciera fotos, pero discretas. No era tanto de pornografía; no era el lado por el que yo entré, aunque también me atraía mucho".

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Ahora es fotógrafo profesional independiente, según reza su cuenta de Twitter, con 38 años de experiencia. En México lleva más o menos 17 trabajando con trabajadoras sexuales.

"Cuando me vine de Nueva York, llegué al DF, en San Ángel, y me tomé un año de descanso", me dice Kevin. "Recorrí un poquito del país, haciendo fotos solo para mí. No era digital, solo hacía fotos con película. Estuve casado con una mexicana, de aquí del DF, pero el plan era marcharme a Cancún porque me habían contratado como instructor: llevaba a buzos certificados y les enseñaba fotografía y vídeo subacuáticos".

En esas andaba cuando lo contrató un famoso club de Cancún para que le hiciera un cambio de imagen a su sitio web. Eso incluía hacerle fotos a las chicas que trabajaban ahí y hacer vídeos de los espectáculos. Además, innovó poniendo cámaras que retransmitían los bailes para los clientes vip en una época en que el internet se conectaba por cable a una velocidad exasperante.

A partir de ese trabajo, contactó con él una prostituta independiente que quería que le hiciera fotos de ella y su equipo. "La convencí de abrir también una página dedicada a sus chicas, con los números de teléfono. Y empezó como una bola de nieve: a partir de ahí me llamaron más chicas por ese proyecto que hice en el 2000".

Entonces su trabajo solo se centraba en Cancún, hasta que en 2003 también contactaron con él desde la Ciudad de México para hacer más sesiones. Fueron tantas solicitudes que decidió programar una semana completa de trabajo. "Así empecé a coger fama". Un par de años después, los administradores de una página de anuncios en línea le pidieron que diseñara su sitio y fotografiara a unas 15 chicas que anunciaban sus servicios con ellos. "Me empezaron a llamar con más frecuencia, así que alrededor de 2005 me cambié otra vez al DF, entonces abrí el estudio aquí en Polanco".

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Su estudio no es exclusivamente para escorts, como Kevin hace también "proyectos de lencería, como catálogos anuales y de temporada. Además trabajo con agencias de modelos y azafatas normales, hago fotografía para novias, bodas, y discos para Sony: a Alex Lora, a Rosalía León, a Karla Flores. Es muy diverso".

Cuando le pregunto sobre si le ha estigmatizado trabajar fotografiando a trabajadoras sexuales, me cuenta que el sigue con la misma cartera de clientes aunque las cosas son complicadas a veces: "Sigo con la misma cartera de clientes. Tengo dos facetas de mi vida. Una es la vida cotidiana de fotógrafo y la otra la parte erótica. Cuando las mezclé, me encontré con que la gente en México en general no es capaz de separar lo que es erótico de lo pornográfico. Así que si ve una chica vestida con lencería dice que es porno. No sé realmente cuándo nos vamos a quitar este estigma, pero sigue siendo imposible mezclar los dos mundos porque mi cliente que es ajeno a la erótica es de más alto nivel económico, y hay algunos que me dicen que muy bien, pero hay otros que dicen 'Dios mío, está haciendo fotos de desnudos o a putas'. Y sí hay un estigma, pero no me ha afectado".

"El año más fuerte de las prostitutas para mí fue 2012, 2013", dice Kevin. "Hice como 133 sesiones solo de trabajadoras del sexo".

El 22 de marzo de 2012, la Cámara de Diputados aprobó la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos. Esta ley prohíbe, en su Artículo 106, cualquier anuncio hecho a través de cualquier medio masivo que promueva servicios sexuales porque podrían prestarse a la actividad de la trata de personas. Por eso las secciones de clasificados de periódicos como El Universal y Metro dejaron de publicar anuncios de masajes que en realidad ofrecían servicios sexuales.

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Kevin incluso sostiene que Google, respondiendo a la misma ley, modificó sus algoritmos, lo cual afectó a las páginas que anunciaban a prostitutas (como Escorts en México, Zona Divas, Zona Escorts…). Así que, dice en un torpe español, "empezó muchísimo en esta época de Twitter. Como no tienen restricciones de lo que puedes enseñar, puedes poner desnudo, actos de sexo y es gratis, es una manera en que las chicas empezaron a anunciarse, pues cuanto más te autopromuevas, es más rápido lo que subes. Así son las redes sociales".

Fue por esa razón que comenzaron a requerir sus servicios con mayor frecuencia. Muchas chicas le piden una versión de sus imágenes con su dirección de Twitter puesta como marca de agua. De ese modo no solo se anuncian, sino que también hacen más difícil que otras chicas "roben" sus fotos, algo muy común en las redes sociales.

Sin embargo, la demanda de fotógrafos va a la baja. Kevin dice que en gran parte se debe a los smartphones, que permiten hacer fotos fácilmente y con buena calidad. Y también a los fotógrafos aficionados que, más que cobrar, están interesados en ver a las chicas. "Entonces piden 300 pesos (14 euros) u ofrecen hacerlo por un intercambio de servicios, eso es lo que ahora está de moda".

Kevin, a diferencia de estos otros, no hace trabajo sin contrato de por medio. "Fui con mi abogada y ella lo formuló desde la primera vez que hice fotografía normal y de desnudo. Operamos contratos diferentes. Cuando empezó lo de la trata de personas, tuvimos que incluir cláusulas específicas".

Así, especifica que la contratante no es menor de edad y que para demostrarlo presenta identificación oficial. Asimismo, rechaza cualquier responsabilidad por el uso que se haga de la foto. Incluso en los primeros renglones del contrato dice que la persona acude a él por propia voluntad. También especifica que las fotos se entregan directamente a la modelo.

Y al final pueden darle o no su autorización para que él use las imágenes para su autopromoción en redes sociales, su página web o donde sea. Y si alguna de las chicas le pide que no le saque la cara, eso también se estipula por escrito. "Yo intento ser muy respetuoso con la gente y de ahí viene mi fama. Para mí las prostitutas son clientes muy importantes y mi imagen está unida a la suya. Si ellas fallan, yo fallo. Así que trato de sacar lo mejor de cada chica".

Kevin tiene tres opciones de paquetes de fotos para prostitutas. En estudio, ofrece uno de 1.500 pesos (70 euros) por 12 fotos; de 2.500 (117 euros) por 24, y de 3.500 (164 euros) por 36. Para salir a localizaciones, cobra una provisión de fondos de mínimo mil pesos (47 euros) y si hay gastos extraordinarios, como es el caso de un hotel, por ejemplo, corren a cuenta de la modelo. Además, prácticamente no retoca las fotos. Prefiere trabajar simplemente con la iluminación adecuada. "Detalles que no puedo ajustar en Lightroom los hago en Photoshop, pero retoques fuertes como hacen con algunas chicas, que son gordas y las convierten en flacas, no los hago. Mis fotos son reales, y están bien hechas".