Global Trend Report '08 - Berlin

Los berlineses han escogido la vía de lo sencillo y lo desaliñado, lo que no es ninguna sorpresa tras un opresivo verano de purpurinas y neones new-raveros. Los chicos, muy en especial, están llevando a cabo grandes esfuerzos para asegurarse de que sus ropas estén sucias y desgarradas. Lo vintage no es suficiente, los pingos que vistas deben haber estado en circulación, por supuesto sin tocar el agua, dos décadas como mínimo. Se aprecia además una cantidad excesiva de joyería de oro y plata, lo cual hace que la gente tenga aspecto de gitanos al acecho. Afortunamente, algunos chicos todavía prefieren una imagen clásica y de sastrería, con chaqueta a medida y pantalones algo menos a la medida. El conjunto tiene un aire propio de los años 20.

La camisa de franela a cuadros se ve por todas partes, tanto en chicas como en chicos. Las visten grandes y holgadas y a menudo por dentro de los pantalones. El color preferido es el rojo. Existe una extraña regla que dice: cuando más ancha la camisa, más estrechos los pantalones (e incluso mallas). Las chicas han estado industriosas y confeccionado vestidos a partir de camisas de tallas por encima de las suyas, con adición de cinturones bien elegantotes. El tipo de calzado más común en este look son las botas Chelsea, para ellos, y para ellas, los zapatos de tacón con estampado de leopardo.

A los berlineses les encanta encapsular cuantas décadas puedan en una sola. Combina un vieja chaqueta tejana Diesel de cuando ibas al colegio, pantalones Henrik Vibskov de pata estrecha y dobladillo vuelto, y los zapatos de tacón alto más raros que puedas encontrar… ¡Y a la calle! El pintalabios rojo no sólo es poco práctico sino también muy popular estos días. En cuanto al pelo, lo que tira es llevarlo esponjado y un poco revuelto.

Es prácticamente un milagro que los alemanes, veleidosos en el tema de las modas, no se hayan cansado todavía de los jeans ceñidos. Lo que pasa es que, últimamente, se llevan cada vez más y más ceñidos y cortos. Un grupo de renegados están tratando por todos los medios de dar la vuelta a la tortilla, y a tal efecto visten pantalones de cintura alta y de pata, más que de elefante, de mamut padre, que combinan con unas blusitas la mar de cucas. Hala, que tengáis suerte.

Berlín, por supuesto, abunda en habituales de los clubs gay, aferrándose desesperadamente a sus ropas desteñidas al estilo de los 80 como si éste fuese a pasar de moda (¡ja, ja, ja!). Las chaquetas son vintage en su mayor parte, con mangas anchas. Las camisas deben ser totalmente estampadas o tener letras muy grandes. El calzado deportivo ha de ser alto, como las zapatillas Reebok o las Nike, con un toque retro. Al igual que las cucarachas, este estilo sobreviviría en Berlín si un día cayera en la ciudad una bomba atómica.

Fotos: Christoph Voy; estilismo: Sarah Carsten

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