Global Trend Report '08 - Milan

Las chicas majas y artísticas de Milán han vuelto al look menos-es-más tras el desastre que supuso el año pasado el flirteo con los neones. Los colores brillantes se están usando ahora con exitosa discreción, como demuestra la chaquetilla rosa por encima de la camiseta con el lema “Comme des Fuck Down”. Si tienes buenas piernas, unas medias negro brillante a lo Sandy al final de Grease lucirán estupendas combinadas con unos zapatos de tacón. Los collares de cuentas son el último vestigio del estilo new rave; en combinación con un conjunto bien pensado, son el azúcar espolvoreado sobre un delicioso cucurucho de moda.

Se empieza a ver bastante el tipo “bibliotecaria pequeña y delicada”, que encontramos simplemente adorable. Abundan los diseños florales, en especial en las bufandas vintage; unos cuantos aplausos extra para quienes las llevan con el clásico sello de Fendi o Hermés. Es importante aclarar que las bufandas no se llevan como si fueran un accesorio hippie, sino más bien al modo en que las visten las viejas ricachonas o los personajes femeninos de las películas de Wes Anderson. La paleta de colores para todo lo demás (generalmente un vestido vintage, un cárdigan y una chaqueta Chloé) oscila entre el beige y el verde oscuro, incluyendo todas las posibles combinaciones del marrón.

No deja de ser interesante que muchas estilistas se hayan tomado muy en serio lo de ponerse jeans holgados con el dobladillo subido, trayendo a la memoria los anuncios de TLC y Calvin Klein de 1994. Se trata, probablemente, de una reacción en contra de la tiranía de los pantalones ceñidos. En consonancia con el regreso de los primeros 90, a las modelos más avanzadas se las puede ver calzando Doc Martens de caña baja.

Las chicas milanesas están un millón de años por delante en la curva de la moda, mientras que los chicos parecen haber quedado un poco rezagados. Lo llevan bien los que siguen fieles a ese look de eficacia probada, aunque algo pijo, consistente en gafas con montura de carey, pantalones de pana y jerseys de cachemira de un solo color, a veces con coderas de cuero. ¿Pero qué hay de ese ubícuo espécimen conocido como “estilista gay milanés”? Pasean tranquilamente por la ciudad como un ejército de jóvenes Karl Lagerfelds, con sus gafas de sol y sus mitones de cuero (¡a veces solo uno!), como si la noche les perteneciese. Y quizá sea así… En ocasiones se les puede confundir con heteros, puesto que la mayoría de ellos lleva barba o bigote (como casi todo el mundo en Milán), pero acostumbran a llevar una bufanda negra de gran longitud alrededor del cuello, que en el caso de estos mendas bien podría ser una bandera arcoiris gigante.

El post-skater milanés se está decantando por el look “moto customizada”, de ahí la pernera enrrollada. Podrán tener o no una moto, pero hacen lo posible por que lo parezca. En un intento de dar impresión de jóvenes y atléticos, estos tipos posiblemente sean los únicos en todo Milán que no lucen vello facial.

Fotos: Serena Pezzato y Lele Saveri; texto: Tim Small y Claire MacDonald; modelos: Agnes, Anna, Chiara, David, Giovanni, and Tommaso

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