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Cultură

Grace Morales desde la otra dimensión

¿Quién es la fundadora de Mondo Brutto? ¿Qué escribe y por qué?

Foto de Ana Nieto

Que Grace Morales, de formación filósofa, profesora de secundaria, cronista sentida y sentimental de su Madrid y fundadora del legendario fanzine Mondo Brutto estaba escribiendo una novela era un secreto a voces desde la noche de los tiempos. Ahora, por fin impresa, cosida, hermoseada por una estupenda portada de Keko y leída Otra dimensión (Libros Mondo Brutto), podría decirse que todo este tiempo se lo ha tomado para anotar mientras se desarrollaban lo que han ido siendo nuestras vidas españolas durante la última década y pico. O eso parece dada la fidelidad y el acierto con que plasma las tribulaciones del coro de personajes que en su novela habita y da palos de ciego en agencias de seguros, chats, ferias de muestras, locales de intercambio sexual y bares de abajo y todo para qué.

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Otra dimensión, que por momentos remite a los artículos de costumbres que han hecho de Grace primera espada del underground ibérico, es sátira y es epopeya, una misericordiosa y otra del montón, una novela de las que ya no se hacen porque no se saben hacer y una lectura divertidísima, tierna, rica y enriquecedora, que se abre con internet despegando y da buena fe del patetismo y la confusión que implican los cambios.

Vice: Supongo que habría bastado pararse un momento a pensarlo, cuando esto se prometía un caos interesante, y habríamos entendido que aquello sólo tenía un destino, el chat gigante y demente que es hoy.

Grace Morales: Recuerdo que en Mondo Brutto pensábamos comercializar un sistema de güija por web… Nos imaginábamos maravillas. Pero incluso ese chat descontrolado en que al final se ha transformado también tiene su lado positivo. A pesar de los intentos por normalizar y controlar internet, no se ha conseguido ponerle unos límites estrictos, de momento, y eso siempre está bien.

Ya los teléfonos móviles empezaron a venderse como “libertad”, y nos creímos todos a una que esta oleada tecnológica iba en esa dirección. Ahora está visto que está sirviendo más bien para todo lo contrario, para la estabulación final.

Los anuncios de televisión de móviles al principio siempre mencionaban, además de la palabra “libertad”, conceptos como “el progreso, el progreso…”, como si fuesen un folleto de propaganda de partido progresista sudamericano. Estas cosas, como todas las demás, no es que te hagan más libre, sólo te crean una ilusión estupenda. Y muy cómoda, eso sí.

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Yo soy de la opinión de que internet es para follar, y que para eso lo usan incluso los que no lo usan para eso.

Totalmente de acuerdo. Todo es para follar, en el fondo, ¿no? Pero a internet se le nota más todavía.

En ese sentido, Otra dimensión parece literatura francesa, de urbanitas buscando consuelo en el apareamiento.

Eso es gracioso, porque a mí la novela me parecía como una película francesa: en ella no pasa nada, no hay ninguna acción, y los personajes sólo están ahí, esperando, a ver si pillan con otros.

Mientras se mueven en un entorno grupal muy determinado y funcional, el mundo de la oficina, y se sirven de internet para cubrir carencias y proyectarse idealizados. ¿Se sale siempre escaldado de esa maniobra?

Se sale escaldado porque previamente se viene con algo roto. La frustración de determinada clase social o grupo que vive y trabaja en unas condiciones como esas tiene que provocar, tarde o temprano, un conflicto. Puede ser en internet y organizar un lío de cuernos, o liarse a tiros en un bar, o apalizar a tu mujer y tus hijos.

Hoy las oficinas se están poniendo al día y además de liguillas de futbito organizan viajes y jornadas culturales para propiciar el apareamiento interno y sacudirse el sambenito lúgubre. También tienen guardería y le hablan de tú al patrón. Se está contento, hoy en las oficinas, un disparate.

Sí, el trabajo como integración… Familias con hijos que asisten a todos los cumpleaños de los hijos de los compañeros de trabajo, que hacen meriendas y excursiones con ellos los fines de semana… Es como una liturgia infernal de clase media-media alta, pero por la que sé que muchos matarían.

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En la novela tomas dos nodos fáciles pero inevitables: el 11S y el 11M. Tus personajes actuarán con eso a la espalda, como después de una guerra. ¿En qué hemos cambiado?

No fue como después de una guerra, pero sí un serio aviso de que la fiesta se terminaba. Aquí, que la gente es bastante descerebrada, muy amiga del “eso conmigo no va”, o del “mientras a mí no me toque…”, pues creo que algunos empezaron a darse cuenta de que las cosas podían cambiar en cualquier momento. Fue la puerta por la que entró la sospecha de si, quizá, el mundo tal y como lo conocíamos lo mismo ya no regresaba. Aunque todavía hay quien no se ha dado por aludido.

¿Y cómo se maneja una Segunda Transición cuando todavía llevamos la primera a cuestas?

A eso me refiero. ¿Crees que ya estamos en la 2.0? Pues la 1.0 ha sido como quien tiene un tío en Alcalá. Vamos, que podría resumirse en películas de destape y varias finales de fútbol, porque lo demás está prácticamente en el mismo sitio donde se quedó. Incluso yo diría que peor. No recuerdo un país más ultra y más disparatado. Ni en los peores momentos.

Las masculina es simple, ahí no hay mérito, pero en la novela dejas ir brillantes y exactas consideraciones acerca de la condición femenina, algo que no suele darse en la literatura escrita por mujeres.

Mi intención no era retratar mujeres, aunque es verdad que cuando leo a escritoras de mi edad –no digo ya más jóvenes– refiriéndose a las mujeres, me da la sensación de que están hablando de personas muy distintas, desde una posición muy rara. Creo que las mujeres tenemos una cantidad de problemas añadidos, nos está siendo muy difícil este tiempo, pese a esa hiperfeminización de la realidad que todo lo invade.

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¿Quién es Grace Morales? ¿Cómo escribe Grace Morales? ¿Por qué lo hace?

Soy mujer, lo digo para quien todavía crea que Grace es un hombre que firma con seudónimo femenino. No soy lesbiana ni tampoco ejerzo de feminista, pero me delata mi origen, que es el que me diferencia de las escritoras de mi edad, y del resto. Escribo mucho, desde hace muchos años. Empecé por gamberrismo en el fanzine y ahora porque no sabría hacer otra cosa, así, un poco regular.

Se diría que desde el principio tuviste claro que tú no querías ser un avatar o que no te ibas a entregar al ruido, porque nunca ha sido fácil seguirte el rastro en la red. ¿Cuál es la conducta de Grace Morales en internet?

Me da vergüenza lo de ser una personalidad de internet. Soy tan tímida que no valgo ni para hacerme notar en internet, así que prefiero tener un blog modesto, y usar facebook y twitter para el autobombo, pero eso sí, protegidos.

Sufro por ti. ¿Vas a tomarte diez años más para escribir la próxima novela?

Voy a tardar mucho menos. Es sobre un DJ que ameniza funerales en un futuro inmediato. Y no sufras. Ya sufro yo por todos mientras la voy haciendo.