Hablamos con la gente que fue al homenaje a Otegi en Anoeta

Más de 10.000 personas abarrotaron el sábado por la tarde el velódromo de Anoeta en San Sebastián para asistir al primer gran homenaje a Arnaldo Otegi, secretario general del partido independentista vasco Sortu, tras salir de prisión. Seis años y medio han pasado desde que entrara en el penal de Logroño por tratar de recomponer Batasuna y desde entonces, son muchas las cosas que han cambiado en el País Vasco. El fin de la violencia de ETA y la reclamación por parte del pueblo vasco de un proceso de paz hacen que su salida de prisión marque un punto de inflexión en un nuevo escenario político para el País Vasco donde Cataluña también está reclamando la independencia.

Rock vasco, cantautores, zanpantzaris, ikurriñas, esteladas y un luminoso en el escenario con el número de preso de Otegi enmarcaban la puesta en escena de este nuevo tiempo político. La clásica forma de hacer política de la izquierda abertzale confluyen ahora con la paz y la democracia con el nombre de Arnaldo Otegi sonando como candidato a Lehendakari. Pero más allá de los líderes políticos, la calle tiene ganas de ser escuchada. Aquí os dejamos los testimonios de algunas de las personas con las que conversamos durante el homenaje.

José Ángel pertenece al colectivo de familiares de presos políticos vascos Etxerat. Su hija está en prisión desde hace 9 años y para él el día de hoy es muy importante. "Otegi no es relevante porque sea el único preso, hay casi 400, pero sí porque fue el que lideró y sobre el que se centran las expectativas de la nueva ruta de la izquierda abertzale y ha sabido tender puentes a diversas sensibilidades políticas". Su hija "está a mil ochenta kilómetros" de distancia. Aramendi pide el acercamiento de presos porque asegura que "la condena ya es la cárcel". "La dispersión supone que los familiares somos también víctimas y no debe utilizarse como una doble condena". Aramendi es optimista y está convencido de que este proceso de redirección hacia la vía únicamente política, beneficiará al pueblo vasco y también a los presos. "ETA no liberará al pueblo vasco, lo que lo liberará será el propio pueblo vasco", reclama. Asegura que a partir de ahora habrá que "presionar social y políticamente".

Josep Maria ha venido con su mujer y sus dos hijos desde Barcelona con quienes está pasando el fin de semana en San Sebastián. En la mano lleva una bandera estelada. "El proceso de las armas, contra el estado español, siempre se perderá. La vía política es la única posible", explica este militante independentista catalán y seguidor del movimiento independentista vasco. "Nosotros hasta ahora nos mirábamos en la izquierda abertzale y Otegi dice que nosotros hemos sido también un espejo para ellos. Quizá esto también les haya ayudado y haya sido positivo", explica. De cara a las próximas elecciones a Lehendakari, que tendrán lugar este año 2016, Josep María cree que todavía queda trabajo por hacer. "Al País Vasco todavía le queda una década para que haya una alternativa política independentista real. Que se legalice. Porque todavía se tiene que formar, dejar del todo la lucha armada, empezar un proceso político sólido… les toca hacer un proceso maduro, si de verdad quieren la independencia y conseguirla por las vías políticas. Quizá en Cataluña, en eso, sí les llevamos ventaja".

Xuban es concejal de EH-Bildu en Usurbil. Tras el meeting, retira sillas, lonas… y ayuda en todo lo posible. "He venido porque soy independentista y creo en el estado vasco y en poder elegir nuestro futuro. Como yo, hay miles de jóvenes que han decidido echar un cable porque cada día está más claro que la gente de aquí quiere la paz, la resolución del conflicto. Arnaldo es un símbolo para todos nosotros, la juventud vasca". Para él, la salida de prisión de Arnaldo Otegi es muy importante. "Cada día está más claro: queremos la paz y cuanto antes mejor. Queremos decirle claro al Estado que no tenemos problema en mirar atrás. Heridas hay en todas partes, cada uno tenemos que decir lo que hemos hecho bien y mal". Xuban lleva militando desde que tenía aproximadamente 16 años. "Hoy en día en el País Vasco los que más sufrimos la crisis social somos los jóvenes. Los jóvenes de ahora ya no son como los de hace 15 o 20 años. Necesitamos un proceso realmente inclusivo, en el que cualquier joven que luche desde el feminismo, o por el euskera o por el ecologismo o cualquier vertiente de su interés encuentre su sitio en un proyecto colectivo y se sienta parte de él. Ahí terminará la frustración que comenzó tres años atrás".

Garazi, militante de Sortu, partido del que Arnaldo Otegi es secretario general, ha venido desde Navarra con varios amigos. "Lo que Arnaldo merecía es que estuviéramos aquí apoyándole y que viera que aquí seguimos en la lucha, en la militancia", explica tras confesar que ha llorado de emoción durante el acto. Explica que no se debe confundir la izquierda abertzale, independentista, con los violentos porque ésta "siempre ha seguido el camino político por una vía democrática. Dejar la lucha armada era una cuestión que tenía que tomar ETA y la tomó". Frente a las próximas elecciones, Garazi quita importancia al resultado y se centra más en el proceso. "Los buenos resultados vendrán si se hace un buen trabajo en la calle". Preguntada por qué pediría como primera necesidad para la juventud vasca, apunta alto: "Vivir en nuestro estado propio y en un país muchísimo más justo que el que vivimos". Concretando en lo que es más factible que ocurra a corto plazo, Garazi pide "que se hagan realidad las peticiones que se llevan haciendo desde las capas más humildes: el derecho a la vivienda, a la política, a la energía, la justicia social y los derechos básicos.