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Cultură

​Hubo un tiempo en que la mafia contrataba a drag kings lesbianas

Recordamos un capítulo olvidado de la historia queer con la novelista Lisa Davis.

Fotografías de archivo cortesía del sitio web de Lisa Davis

En un café de Chelsea, la escritora e historiadora Lisa Davis se inclinó sobre la mesa para contarme un chismorreo lésbico de hace 40 años. "Corinne quería arrebatárselo todo a Lee", dijo, "así que Lee llamó a la mafia, que envió a Big George a Long Island, y así se acabó el problema. Corinne cedió de inmediato, Big George se fue a su casa y Lee se quedó con la mitad del negocio".

Davis hizo una breve pausa para regocijarse con mi asombro. "Ah, sí", dijo. "¡Los de la mafia eran muy ecuánimes!".

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Aunque pueda sorprender oír hablar de lesbianas declaradas trabajando con y para la mafia, hubo un tiempo en que todos los locales gais de Nueva York estaban regentados por esta organización criminal. Davis está especializada en este periodo y es autora de Under the Mink, una novela de misterio ambientada en la escena gay de las décadas de 1930 y 1940, cuando los clubes nocturnos eran dominio de lesbianas y drag kings al servicio de la mafia. Davis llegó a conocer a muchas de aquellas mujeres durante la década de 1960 y plasmó sus historias en la novela.

El libro, al igual que el mundo que describe, es el producto de una cultura vibrante que fue disolviéndose con el paso de los años. La primera edición fue publicada en 2001 por Alyson Books, la histórica editorial que actualmente atraviesa una mala racha. Davis ha iniciado negociaciones para su reedición con IntoPrint Publishing, dedicada a ayudar a poner en circulación libros descatalogados, pero por el momento, si quieres hacerte con una copia, tendrás que pedírsela prestada a algún amigo. Es una verdadera pena, porque no solo es un libro entretenido y que te atrapa, sino que dibuja el retrato de una comunidad de lesbianas muy poco conocida. Detrás de esta novela hay un exhaustivo trabajo de investigación a partir de entrevistas con sus protagonistas y los resultados de las pesquisas de la propia Davis.

Nos sentamos con Davis a hablar sobre los años 30, la mafia y el mundo glamuroso de los drag kings.

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VICE: Hoy en día poco se recuerda o conmemora del mundo que describes en tu libro. Es obvio que no tienes edad como para haberlo vivido personalmente, a no ser que uses alguna crema hidratante milagrosa. ¿Cómo te documentaste al respecto?

Lisa Davis: Conocía a una mujer llamada Gayle Krumpkin, apodada "Gayle Williams" cuando actuaba en el 181 Club, el mayor espectáculo drag de la ciudad. Fue en los sesenta, quizá 1964 o así. Tanto ella como sus amigas habían trabajado en locales nocturnos. Habrá quien piense que trabajar para la mafia siendo lesbiana era un castigo, pero al contrario, fue lo mejor que les pudo pasar. Cuando se juntaban, ¡era lo único de lo que hablaban! Todas tienen álbumes con fotos de la época, así que pude tomar muchas notas.

Háblame de los bares.

Empezaron a abrirlos a finales de los 30. En 1939 se celebró la Exposición Universal de Nueva York y el alcalde LaGuardia, que era puritano de toda la vida, aprovechó la ocasión para hacer limpieza. Cerró muchos negocios de Times Square y ¿adónde los envió? Al Village, una zona olvidada por la policía.

Los locales de la mafia eran sitios muy elegantes frecuentados por estrellas de cine. Por otro lado, los bares gais eran verdaderos antros. La mayoría de los clubes del Village eran de lesbianas. Los bares de chicos se encontraban en la zona alta, bajo el puente del tren elevado de la Tercera Avenida. El Village era dominio de las chicas porque primero estuvieron allí las sufragistas, todas lesbianas.

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¿Cómo fue la experiencia de estas mujeres trabajando para la mafia?

Buddy Kent [otro drag king de la época] dijo que los de la mafia se habían portado muy bien con las lesbianas. Estaban saliendo de la Gran Depresión, no tenían nada y tenían muchas posibilidades de acabar asesinadas por ser gais, así que con la mafia se sentían protegidas.

Principalmente trabajaban como camareras, aunque a veces alguna de ellas alcanzaron el estatus de estrellas, como la crooner Blackie Dennis. Su espectáculo era increíble. También tenía una actuación en la que hacía de stripper, en Jimmy Kelly's y en otros locales. Pero la mayoría de ellas eran camareras, algunas drag kings y unas cuantas eran strippers o prostitutas. A los de la mafia les gustaban las chicas porque podían meterlas en la prostitución y, además, a ellas no parecía importarles. Supongo que era porque ganaban mucho dinero.

Y ¿qué ocurrió? ¿Por qué cerraron los bares?

Durante la década de 1950 la mafia sufrió numerosos ataques que acabaron provocando el cierre de muchos clubes. ¿Cómo se llama el que escribió el libro sobre la mafia? ¿Peter Maas? Él dijo que eran como los demócratas o los republicanos. El Gobierno tenía que deshacerse de la mafia porque ganaban mucho dinero y no podían controlarlos. Ah, y luego estaba la televisión. La televisión contribuyó a hacerlos desaparecer. Cosas de la vida.

¿Qué pasó con las mujeres?

Pues Gayle se mudó a Florida. Para morir allí, básicamente, de forma lenta pero elegante. Sobrevivió porque la gente que había conocido 50 años atrás en los bares y que no tenía otro sitio adonde ir se fueron a vivir con ella a su caravana. Una vez más, estaban todas juntas. Toni, la stripper, Sully Sullivan, que no era nada guapa, sino que parecía un tiarrón, y una tal Augusta Cohen (Gus Cole) y otra llamada Bill o algo así. Se pasaban el día hablando de las mujeres que trabajaban para la mafia.

Jackie Howe y Buddy Kent regentaban un sitio llamado Page 3 en la esquina de Charles Street y la Séptima. Es un local muy grande. Ahora es un restaurante mexicano, pero entre mediados de los 50 y los 60 era un club. Según cuenta Buddy, les fue muy bien hasta que llegó la televisión.