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Cultură

Así son los chicos europeos que hacen turismo sexual en Estados Unidos

Estos tíos británicos viajan miles de kilómetros para ir a alguna ciudad universitaria en algún lugar de Estados Unidos, impresionar a las chicas con su acento y conseguir la mayor cantidad de sexo posible.
chicos británicos en un coche
De izquierda a derecha: Carl, Dan, William y Chris. Fotografía por la autora

William es el tercero por la izquierda en esta foto. Y también es el primer hombre que me entró en 2016 y el primer tío al que besé nada más empezar el Año Nuevo. Y también el segundo. Y el tercero. Y… bueno, ya os hacéis a la idea. William forma parte de un grupo de tíos británicos que viajan miles de kilómetros cruzando el charco solo para follar. En Nochevieja, incluyeron San Diego en su tour internacional de ligoteo, y yo me fui allí con ellos. San Diego era un lugar atípico para ellos, ya que habían convertido en tradición seguir un patrón que yo definiría como parte del guión de la película Love Actually: ir a alguna ciudad universitaria perdida en algún lugar de Estados Unidos, impresionar a las chicas con su acento británico y conseguir la mayor cantidad de sexo posible. Por muy frustrante que resulte, este plan funcionaba a las mil maravillas, y me avergüenza reconocer que también funcionó conmigo.

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"Nunca follo con mis entrevistados", le dije a William.

Como respuesta, William espetó: "¿Y quién te dice que intento follarte?". Bueno, para ser sinceros, sus amigos sí, porque uno de ellos estaba haciendo movimientos de penetración, con sus manos apuntando hacia mí detrás de William. Además, ese era todo el objetivo de su viaje. Aunque esta era la primera incursión de William en el turismo sexual con acento británico como cebo, sus amigos Dan, Carl y Chris ya habían recorrido varias ciudades universitarias follándose todo a su paso, entre ellas Auburn, West Chester, Syracuse, Tuscaloosa y Tempe, basándose únicamente en la suposición de que los tíos británicos son más atractivos que los norteamericanos. Su método había demostrado ser muy efectivo: el periódico estudiantil de Auburn publicó una noticia acerca de su llegada a la ciudad, lo que nos da una idea de lo emocionadas que se sienten algunas mujeres en Estados Unidos ante la mera idea de interactuar con ellos.


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En las 12 horas que pasamos juntos desde las 22:00 horas en Nochevieja hasta el muy resacoso viaje de vuelta al Aeropuerto Internacional de Los Angeles a la mañana siguiente, vi a tres chicas desnudas en carne y hueso, y escuché historias sobre noches locas con Ron Jeremy, una estrella británica del porno, y sobre padres cabreados que trataron de agredir a Chris por haberse acostado con su hija en medio de un bosque en Pensilvania. Pasé toda la noche con ellos, gritando por encima de una abarrotada mesa repleta de mujeres que competían por llenar su copa de la botella compartida, contemplando los efectos de la noche anterior por la mañana en las suites de su hotel (después de que todos follaran menos William, él y yo "nos besuqueamos y nos acurrucamos", como lo expresó Chris, añadiendo que le dieron náuseas al vernos) y compartiendo coche con ellos durante sus últimos momentos en Estados Unidos.

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Hablé con chicas que se denominaban "zorras" a sí mismas por acostarse con ellos, pero ni una sola vez oí a los chicos hablar despectivamente sobre ninguna parte de toda su operación. Insistieron mucho en que no les retratara como artistas del ligoteo en mi historia. Pero no les costó admitir que mentían a las chicas cuando las conocían, diciéndoles que eran escritores de la versión británica de GQ, o los componentes de la banda Arctic Monkeys. Y aun cuando no lo hacían, seguían usando su acento para conseguir chochos. El truco parecía ser su mera presencia en estos lugares: estamos aquí, nuestro acento mola más que el del tío que te follaste la semana pasada y te vamos a proporcionar una historia que contar más interesante que cualquier otro tío que puedas llevarte a casa en esta ciudad. Quizá si todos los artistas del ligoteo tuvieran acento británico, una tarjeta de embarque y un pasaporte vigente, no tendrían que recurrir al típico "insulto disfrazado de halago" para ligar.

Aquí está nuestra conversación, que he resumido para que resulte breve y concisa:

VICE: ¿Por qué creéis que es tan fácil conquistar chicas en Estados Unidos? Chris: Bueno, nosotros bromeamos con que las chicas de la América profunda son como "¡Socorro! ¡Socorro!" con los hombres de por allí. Entra en cualquier bar de West Virginia y verás cuál es nuestra competencia.
Carl: Gorra con la visera hacia atrás, zapatillas de deporte…
Chris: ¡Se ponen chaquetas de cazador para ir al bar!
Dan: Nosotros llevamos nuestra ropa normal, ropa casual, y las tías van del palo "¡Oh! ¡Qué guapo vas! ¡Qué elegante!".
William: Incluso llamarme William me da mucha ventaja entre las chicas de por aquí, me dicen "¡Oooh, tu nombre es tan inglés!". Es tan sencillo como un acento y un nombre.

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Las consecuencias de la noche anterior. Foto por la autora

¿Habéis visto Love Actually ?¿A quién se le ocurrió el plan de venir aquí a hacer esto y cuándo comenzó? Dan: Se me ocurrió a mí, hace como un par de años. Otra gente viene con nosotros, mi hermano y otros. Este es el primer viaje de William con nosotros. Se nos ocurrió, y no basándonos en esa película sino en general, "¿Por qué ir a Las Vegas a picar piedra con las chicas?". Allí todo el mundo intenta impresionar, exhibir su dinero y demás.
Chris: Pero en el resto de Estados Unidos, por ejemplo en Arizona o donde sea, ¡es la nada absoluta! ¿Sabes? En West Chester, Pensilvania, hay bosques durante kilómetros y kilómetros.
Carl: ahí está nuestro gancho. El atractivo de ser extranjeros, de ser ingleses, eso aquí es un gancho enorme.
Chris: Exacto. Para eso, Alabama es el mejor sitio.
William: [En San Diego] tener acento británico no significa nada, pero ¿en la parte central de Norteamérica? ¡Es la mejor herramienta del mundo!

¿Cuál fue la primera ciudad a la que fuisteis? ¿Cómo tuvisteis tanto éxito como para seguir volviendo? Chris: West Virginia, donde está la universidad. Morgantown. Una de las chicas, que es de Nueva Jersey, vino a mi ciudad este año por Navidad. O sea, íbamos a las fraternidades y nos hacíamos fotos con los… ¿cómo se llaman?
Carl: ¡Las letras! Anclas. Tienen un ancla gigante y todas aquellas estúpidas letras griegas y demás.
Chris: Exacto. Fue una locura. Todas las chichas querían salir con nosotros, preguntarnos cosas sobre Inglaterra, imitar nuestros acentos, querían que pronunciáramos alguna palabra…
Dan: ¡Joder, eso es lo peor de todo! Si oigo a una chica más imitar el acento británico, tío…
Chris: Pero fue una locura. Y claro, cuando te das cuenta de que aquí te tratan casi como a una celebridad sin motivo, tienes que seguir volviendo. Así que eso hacemos, traemos a más tíos con nosotros y todo el mundo lo pasa genial. Las chicas quieren fotos, quieren vídeos, quieren contárselo a sus amigas. En realidad todos, nosotros y ellas, nos proporcionamos una experiencia mutuamente. Una historia que contar.
Dan: Todo el mundo lo pasa bien. No hay nada malo.

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¿No os cansáis de esto? ¿No os hace sentir un poco mal? Dan: No. No hay ninguna mentira aparte de las mentiras divertidas, que son como "mentiras blancas". A veces les decimos que somos redactores de la versión británica de GQ y que estamos aquí para escribir un artículo sobre cómo salen de cita y de fiesta las mujeres en EE. UU. Ya sabes: "¿Cómo os llamáis? ¿Estáis solteras? ¿Ah, sí? Ok, ¿podemos haceros unas preguntas? ¿Vais a salir luego? ¿Dónde iréis? Oh, ¿es divertido ese sitio? ¿Que hay un montón de chicas allí? ¿Podemos ir allí para ver cómo es, ya sabes, a nivel sociológico?".
Chris: Y a veces usamos nombres falsos. Para divertirnos. Archie, Harry, Ramsey… Will no tiene ninguno. Imagínate que estás en Alabama y las chicas te preguntan "¿cómo os llamáis?". Y nosotros: "Archie, Cecil, Ramsey y Danny". Y ellas van del palo "¡Oooooh!", como si les acabáramos de enseñar un gatito bebé. A todas las chicas les encanta el nombre Archie. A veces somos una banda de música. Les decimos "Yo toco la guitarra en los Arctic Monkeys", y ellas nos dicen "¡Oh, sois buenísimos! ¡Tenéis dos millones de reproducciones en Spotify!". O, por ejemplo, yo llevo estas tres estrellas tatuadas. Y les digo que cada estrella representa a un hermano caído, porque soy bombero.

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Los tatuajes en el brazo de Chris, que no representan a sus amigos muertos. Foto por la autora

¿Es eso cierto? William: ¡Qué va!
Chris: Pero, ¿qué más da? Ellas no lo saben. Es algo inofensivo.

Cuando ibais a los bares de los estados del Sur, como Alabama o West Virginia, ¿qué diferencias veíais con San Diego? Chris: Muchas. Puedes ser el centro de atención, así que hablamos en voz muy alta. A gritos, como "Hey, Dan, ¿qué vamos a hacer luego?" Ahí es cuando ves que las chicas giran el cuello y entonces las miramos y decimos algo como "¡Oh, no sabía que había modelos de Victoria's Secret en Alabama!". Algo cutre. Yo soy quien se sacrifica casi todas las veces. Me pongo en ridículo y entonces los demás tíos vienen a recoger los pedazos. Y antes de que te des cuenta, las tienes viniendo a tu casa por Navidad. O sea, yo soy literalmente del montón. ¡Todo el mundo me dice que me parezco a Michael Cera! ¡Búscalo en Google, es verdad! Pero aquí puedo hablar con cualquier tía, de verdad. Me sé estadísticas de todos los estados y de todas las películas.

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¿En qué se diferencian las chicas norteamericanas del resto? Chris: Las chicas norteamericanas son muy amistosas. Por ejemplo, estoy en West Chester, Pensilvania, y me voy a cortar el pelo. Me pongo a charlar con la peluquera y ella me pide que salga con ella esa noche. Y yo pienso "¡de puta madre!". Me lleva por ahí, y me presenta: "¡Esta es mi madre! ¡Este es mi padre!". Y yo pienso, "Seee, ¡voy a conseguir la puta greencard!". Pero de pronto me lleva hasta un tío que es como… como un tío del montón con una barriga enorme y me dice, "¡y este es mi novio!". ¡Eso jamás pasaría en Inglaterra! Una chica inglesa jamás pensaría que quiero salir con ella para conocer a su familia, pero aquí pasa constantemente.

¿Qué pensáis de los artistas del ligoteo? Chris: Nosotros no somos [artistas del ligoteo]. Somos más bien tipos ingleses que adoran la diversión y lo pasan bien. No vamos por ahí jodiendo a la peña.
Dan: Exacto. Todos tenemos trabajos normales. O sea, esto solo es turismo. Lo que pasa que lo hacemos con más frecuencia.

¿Con cuantas chicas norteamericanas os habéis acostado? Me refiero cada uno. Carl: Bueno, yo no llevo la cuenta.
Dan: Sí, creo que ninguno de nosotros la lleva. No sabría decirte ni cuántas ha habido en los tres últimos meses.
Chris: A ver, un montón.
William: Oh, pues como cinco. Solamente.

¿Durante cuánto tiempo pensáis seguir haciendo esto? ¿Hasta que os enamoréis? Chris: Sinceramente, yo no pienso demasiado en eso, voy haciendo sobre la marcha. No me gusta planificar mi vida. No hago planes sobre lo que va a pasar en estos viajes.

¿Le habéis contado a alguien que os dedicáis a hacer esto? Chris: Sí. Todo el mundo en mi trabajo lo sabe.
Dan: Pero intentamos no alardear de ello. Tenemos vidas reales y no queremos que nos juzguen.
Chris: Mis padres saben que me va bien.

¿Alguna vez habéis tenido novia en todo esto? Chris: Cuando fui a Athens, Georgia. ¡Me porté muy bien! Fui un buen chico. Cuando rompimos, me fui al spring break de Panama City. Nueve chicas en cinco días.

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