Katia Repina retrata el mundo del porno en Cataluña

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Katia Repina retrata el mundo del porno en Cataluña

Actrices y actores, rodajes, shows, performances, postporno... un universo en el que se ha sumergido la artista rusa desde hace cuatro años.

Katia Repina es moscovita, y cuando acabó la carrera de Económicas y Gestión, hace seis años, se mudó a Barcelona. "Aquí empecé mi relación con la fotografía documental. Me interesan historias íntimas relacionadas con la identidad y la sexualidad".

En su trabajo Hacia el porno la fotógrafa se sumerge de lleno en el particular universo del cine para 'adultos' y de todo lo que se mueve a su alrededor. "Entré en contacto la primera vez que fui a Salón Erótico de Barcelona, hace cuatro años. Fui sin grandes expectativas, sin pensar que me interesaría tanto este mundo. Aquel día solo tomé algunas fotos, pero a partir de ahí empecé a leer diferentes teorías sobre la pornografía, opiniones a favor y en contra".

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Decidió seguir adelante, y continuar investigando. "Cuanto más leía más me fascinaba este mundo, además no podría olvidar el ambiente del Salón Erótico, parecía un concierto de rock, el público grabando vídeos con la mano derecha y haciendo fotos con la mano izquierda a la vez..¡Algo surrealista! A partir de ahí empecé a contactar con productores e ir a los rodajes, shows, performances". Vamos a ver qué nos cuenta sobre su proyecto, en el que aun continúa trabajando.

¿Qué es lo que te seduce de esta industria?

En general me interesan temas de los que se habla en voz bajita, de los que muchos no se atreven opinar sinceramente. A la vez siempre me interesé por el papel de la mujer en la sociedad. Veo la pornografía como un reflejo de la sociedad, por eso me pareció muy curioso investigar el papel de la mujer en esta industria, aunque no puedo decir que en mi proyecto me centro solo en la mujer. Son muchos los motivos porque el tema de la pornografía me parece muy atractivo para investigar. Hasta que no empecé el proyecto no me daba cuenta de lo censurado que es el tema. Todo el mundo ve porno pero todos lo consideran como algo muy malo, lo critican en voz alta, y luego a escondidas lo disfrutan. Admito, que también al principio fue pura curiosidad, una necesidad personal de investigar la sexualidad y sus diferentes maneras de vivirla.

¿Cómo fue tu relación con los actores? ¿Has hecho amigos dentro del porno?

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En algunas ocasiones me pasaba que las actrices creían que yo era actriz también. A veces durante los rodajes hay tensiones, la gente está cansada y no les apetece que haya gente fuera del equipo durante la grabación. Hay muchas personas que por cualquier excusa quiere colarse en un rodaje, les da morbo, pero yo nunca he tenido ningún problema con ningún actor o actriz. Probablemente porque no represento una amenaza para las actrices, se me ve que no tengo morbo por verlas en todo tipo de situaciones. Soy joven, soy mujer, entonces me aceptan mucho más rápido, el hombre necesita más tiempo para conseguir la misma confianza. En el primer rodaje donde estuve, el productor que hacia fotos mientras filmaban la escena, en un momento tenía que irse a un sitio, y me pidió que hiciera las fotos con su cámara de lo que estaba pasando, quería que haga fotos muy muy porno (que es muy diferente a mi estilo), además era un rodaje anal con una MILF. ¡Qué recuerdos! Del porno me hice amiga solo de una actriz. Cuando la conocí era su segundo rodaje, muy rápido establecimos una amistad y seguí su vida privada y profesional durante dos años. La acompañé en los rodajes, shows y festivales y también en su casa con su novio o en casa de sus padres, compartiendo con ellos las fiestas de Navidad, cumpleaños, picnics y momentos muy íntimos. Por varias razones decidimos parar este proyecto, pero sigo sintiendo mucho cariño por esta actriz.

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Cómo fotógrafa, ¿qué te interesa de este tipo de imágenes?

Es un reto para mí buscar aquellos momentos que parecen resultar sinceros, de reflexión, que duran tal vez solo un instante y nacen entre el aburrimiento y el cansancio. Estos momentos que no son sobre el porno sino sobre un ser humano que es igual que tú o yo, pero que parece ser de otro mundo. Me interesan las miradas, lo absurdo, todos los detalles alrededor que no interesan al consumidor.

También tocas el mundo del postporno, háblanos un poco de él.

La oferta del porno no es tan monótona, como puede parecer a primera vista. Aparte del porno convencional (mainstream) existe porno alternativo, porno feminista y postporno. El postporno utiliza el porno como una herramienta política para transmitir mensajes feministas. Las principales diferencias existentes con el porno mainstream son: por un lado no prima la mera excitación sino la transmisión de un mensaje político, por otro, no está dentro del negocio de la industria, por lo que no persigue fines económicos. El porno que no representa a una mujer y a un hombre por igual, o mejor dicho el sexo como algo exclusivo que un hombre practica a una mujer, y la mujer lo hace por y para satisfacción del hombre, puede resultar peligroso. En su libro Postporno Era Eso, María Llopís explica que las feministas utilizan el postporno para cambiar el punto de vista de la sociedad patriarcal y sexista. Me fascina una frase suya: "... la pornografía es un reflejo de nuestra sociedad sexuada. Todas nuestras miserias se ven reflejadas en ella. Vivimos en un mundo en el que la violencia contra la mujer es asumida como parte de nuestro día a día" y concluye "a mí no me preocupa que la pornografía mainstream sea sexista. Me parece lógico. Tenemos el porno que nos merecemos."

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Es una serie abierta, ¿hacia dónde te diriges ahora mismo? ¿qué quieres fotografiar?

Sigo trabajando en el proyecto, aunque con mucho menos intensidad. Empecé hace unos cuatro años y la verdad que durante el último año estaba muy poco conectada con este tema. Actualmente dentro del tema de la pornografía lo que más me atrae es el consumidor. Cuando pensamos en el porno siempre nos referimos a los actores, a las actrices, que si la pornografía es peligrosa y dañina o al revés ayuda a aliviar la tensión. Pero realmente cuando hablamos de la pornografía hay que empezar a hablar sobre el consumidor. Él es quien tiene el poder. Él es quien manda. Especialmente ahora, en la época de Internet y de nuevas tecnologías, donde el consumidor tiene un mayor anonimato y peso en la industria. Entonces llevo meses pensando en ellos, es el próximo tema que quiero tratar cuando digo que mi curiosidad en la pornografía no está cubierta.