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Ocho horas perfectas

Kokoshca nos explican sus ocho horas perfectas

El grupo sueña con un desayuno con tostadas, comprar productos de temporada en el mercado, lanzar el móvil del batería al mar y descojonarse, bailar toda la noche, darse un baño en el mar y tener sexo.

Hace años, Kokoshca eran muy jóvenes, demasiado incluso. Recuerdo que les preguntamos en una entrevista qué era lo que les preocupaba y respondieron que los herpes labiales, algo juvenil a todas luces. Con el tiempo, han madurado y, cuando les damos a elegir sus ocho horas perfectas, incluyen un desayuno con tostadas, café, zumo y té, ir a comprar productos de temporada en el mercado o repasar sus anhelos en soledad. Después lo compensan lanzando al mar el móvil de su batería, bailando toda la noche, dándose un baño en el mar y teniendo sexo. Porque Kokoshca —que acaban de volver de tocar en NY— siguen siendo muy jóvenes, demasiado incluso.

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Fotografías cortesía de Kokoshca

VICE: ¿Cómo empezarían las ocho horas perfectas de los jóvenes Kokoshca?
Kokoshca: La perfección es aburrida y lo que nos gusta y emociona suele ser aquello inesperado… pero empezaríamos por ejemplo despertándonos ni muy temprano ni muy tarde, pongamos a las 09:15. Desayunaríamos tostadas, zumo y té mientras escuchamos a Antônio Carlos Jobim.

Después estaríamos terminando esa canción con la que estuvimos el día anterior hasta la madrugada y que se repite continuamente en nuestra cabeza. Así que, bien sea por sublimar la obsesión o simplemente por crear arte, terminaríamos de darle forma.

Por dios, no me digas que os vais a pasar todo el día metidos en casa sin salir.
Claro que no. Al mediodía, con el sol brillando y una ligera brisa que hace que los 24º centígrados sean muy agradables, saldríamos a la calle y nos encontraríamos con gente. Según el plan, acudiríamos al mercado a comprar productos de temporada o realizaríamos otro tipo de menesteres. Acabamos tomando algo en algún bar mientras socializamos.

Ojo, no vayáis a poneros piripi ya que aún quedan muchas horas por delante.
Comeríamos, solos o en compañía, buenas viandas sin beber demasiado, porque así aprovechamos la tarde para ensayar y avanzar la composición de unas canciones. Nos separamos y nos citamos para la noche. En soledad repasamos nuestros quehaceres o anhelos y nos dedicamos por entero a nuestra intimidad por un rato.

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Esto os ha quedado muy profundo. Me gusta. Y, después de la soledad, ¿qué?
Después tendríamos reserva en un restaurante que nos gusta, y allí regaríamos toda la comida con buen vino. Un sitio que no resulte una estafa. Que lo que cocinen lo hagan bien, entendiendo el porqué lo hacen y su relación con la naturaleza, que sepan que el cliente y su felicidad depende de ellos y de ese momento. Más vino.

Una jornada tranquila, sin duda. Como de intelectuales suecos octogenarios.
Bueno, después acudiríamos a una fiesta, no sabemos si urbana, rural, o en una playa. ¿Qué importa? La cosa es bailar, bailar toda la noche, " ¡Baila, baila bailando va!" Y estar con gente, nueva y conocida descojonándote y seduciendo y que te seduzcan. Y hacer el idiota, como si fuéramos niños y no tuviéramos complejos. A estas alturas lanzaríamos el iPhone de Alex al mar (o donde sea) y acabaríamos descojonándonos.

Calculo que ya está anocheciendo. Es posible que sea de noche, incluso.
En estos momentos es importante alejarsee de las turbocharlas de pesados o de treintañeras que no somatizan bien el consumo de droga con el vacío de sus mentes y la falta de humor o creatividad en sus acciones. Es importante, decíamos, no escuchar sus obviedades vagas sobre las cosas, reflexiones frustradas resultantes delconflicto entre querer ser algo y ser otra cosa.

Estáis hablando de huir de comidas de oreja y de que os la frían, vuelta y vuelta.
Huir de opiniones de mierda que les crea un vacío tan profundo como el sonido de un gong tibetano. Vacío que llevan arrastrando desde que sus padres les matricularon en ese colegio privado con la intención de ser gente de provecho en el futuro. Que no empañe la fiesta y sobre todo "que no se rompa la noche, que no se rompa". Bailando, bailando lo que sea, cualquier cosa que te guste que sea ecléctica y estar en compañía de esa persona con la que te gusta estar y descubrir algo que permanecía oculto.

Hemos vuelto a lo intenso, lo bello, lo hermoso, lo bonito. Todo eso.
Y ahora es cuando cada cual recorre su camino y va desapareciendo, pero puede ser agradable darte un baño en el mar, puede ser un simple almuerzo, una charla, tener sexo o todo ello junto.

Por algún motivo, sabía que acabaríais el día follando.
En fin, no se trata de soñar que un día sea perfecto como un deseo a un puto genio de una lámpara. Sino de construir que en la medida de lo posible, muchos de tus días, sean reales y gozosos. Si partes del fango, lo único que puedes hacer para sobrevivir es subir a flote. Es una buena estrategia, para creerse el teatro de la vida, — "el viejo teatro" que diría Germán Carrascosa— y aunque todo sea mentira es mejor creer en una hasta el final y lavarse los ojos después de cada mirada.