La chapuza de presentarse a unas oposiciones en España

Lo hemos leído en La Opinión de Murcia, pero no es algo exclusivo de esta Comunidad. Eso está claro. La picaresca está insertada con fuerza en la cadena de nuestro ADN, viaja de generación en generación y todavía no se ha inventado la vacuna que frene ese impulso irrefrenable de hacer trampas que es tan nuestro. Lo que pasó en Lorca es solo un capítulo más del libro de los tongos en la Administración. Sobre todo cuando se trata de conseguir un puesto público, ahora tan cotizados y codiciados. También son habituales en procesos electorales, porque el pucherazo es otra variante de las trampas en los exámenes.

Pero vayamos al caso de Murcia. El asunto es que se convocaban plazas de Auxiliar Administrativo en Lorca. Se presentan 200 personas y 60 pasan a la segunda prueba. Hasta aquí, todo en orden. Pero ahora es cuando llega el despropósito. Según un testigo, que está especialmente indignado, y no es para menos, algunos aspirantes abrieron el programa de ordenador para responder a las pruebas antes de saber en qué iban a consistir los ejercicios. "Raro, raro, raro", como decía el venerable padre de Julio Iglesias.

Así que José Carlos, que así se llama el testigo, indagó hasta que una compañera de su aula le confesó que ese examen estaba colgado en Internet. Es decir, que se había filtrado. Pero su enfado debió de ir en aumento cuando descubrió que los ordenadores con los que hacer la prueba no estaban todos conectados al mismo tiempo y que los exámenes no venían sellados. Siete alumnos han impugnado la prueba, incluso la que ha sacado el número 1 de la oposición. La vergüenza ahora va a parar al tejado del Ayuntamiento convocante, al que parece que le han pillado en pleno pucherazo. Aunque de éstas los políticos suelen salir airosos, se tienen bien aprendido eso de huir hacia adelante y no retroceder jamás.

El caso de Lorca no es aislado. No hay que remontarse mucho en el tiempo para encontrar noticias sobre oposiciones tocadas por una mano ajena. Subiendo de nivel, nos encontramos con el caso de la exconsejera de Salud de Extremadura, María Jesús Mejuto. Estando en el cargo convocó plazas para acceder al Servicio de Salud de la comunidad. Una vez abandonado su puesto, ella misma se presentó y sacó una 93,3 sobre 100. Una verdadera notaza, casi 20 puntos por encima del segundo clasificado en la lista.

Tráfico de preguntas por WhatsApp

Y el pasado mes, en Madrid, se dio un caso de transferencia de preguntas utilizando los datos del teléfono móvil. Atrás quedaron ya esos viejos tiempos de robar los exámenes en la secretaría y fotocopiarlos. Ahora, algunos opositores a maestros de la Comunidad de Madrid recibieron el soplo de varias preguntas y temas que iban a caer en la prueba. Si ya había 22.916 aspirantes para 580 plazas (la proporción es otro tema) el hecho de que haya información clasificada que llega por WhatsApp de una manera "casual" complica aun más las cosas. Los que recibieron el chivatazo lo han denunciado a los sindicatos, que están detrás del tema. En los mensajes se advertía de que iban a tener que analizar un texto de Cervantes, y cayó el autor de El Quijote.

Y de supuestos tongos a una verdadera chapuza, con una parte de puchero también. Porque en Castilla-La Mancha llevaban sin convocarse oposiciones cinco años para profesores de Secundaria, y este año se han decidido a hacerlo, todavía bajo el férreo gobierno que impuso Cospedal. Esto tuvo lugar el pasado mes y la primera sorpresa fue que solo salieron en la oferta la mitad de las plazas. ¿Suena mal? Pues bastante. ¿Qué habrá pasado con las que faltan? Misterio sin resolver, por el momento.

Y la parte de la chapuza llega cuando los tribunales tardan cuatro horas en constituirse, los presidentes de los mismos no tienen más información que la que puede tener uno cualquiera que pasaba por allí y las instalaciones para realizar la prueba son aulas mínimas o incluso un gimnasio. Además, los aspirantes tuvieron que esperar durante bastante tiempo soportando un sol de justicia sobre sus cabezas. Los sindicatos echando humo y, como siempre, ninguna respuesta por parte de los responsables. Que en este caso, además, ya han abandonado el Gobierno, así que tampoco se les espera de vuelta. Un clásico lo de eludir responsabilidades.